Es prácticamente imposible encontrar a alguna persona en el mundo a quien la pandemia de COVID-19 no le haya hecho replantearse su vida cotidiana. Al vocalista de Dorian, Marc Gili, esta problemática le ha agudizado los sentidos y le ha permitido reflexionar largamente sobre los nuevos rumbos que quiere emprender a través de la música.
Han pasado dos años desde que su más reciente álbum Justicia Universal (2018) vio la luz. Sin embargo, en el 2020 ha adquirido nuevos significados de los que Marc está consciente. Mientras ocurren estas cavilaciones en su mente, y en la del resto de los integrantes de Dorian, la banda prepara música nueva que compone vía remota, un método nuevo que ha permitido mantener una dinámica creativa.
Dorian se ha definido con frecuencia como una banda que disfruta de viajar, recorrer el mundo y conversar con la gente que se encuentra en el camino. Sin embargo, es momento de que los paraísos artificiales regresen a la vida de la agrupación catalana. Una llamada telefónica me conectó con Marc, ambos desde nuestro propio aislamiento, para charlar sobre su nuevo video, sus reflexiones en tono al COVID-19 y cómo se ha re-significado Justicia universal durante este 2020.
En varias entrevistas han mencionado lo mucho que les gusta viajar y lo mucho que les inspira la calle para componer, ¿cómo ha influido el aislamiento en su proceso creativo y qué los ha inspirado en estos meses?
Como te imaginarás, sobre todo el viaje interior. También nos gusta la lectura, nos gusta la reflexión, y estos meses hemos podido reflexionar y leer mucho. Sobre todo, una cosa en lo que sí que afecta el asunto de la crisis mundial que tenemos, a la hora de componer, es un poquito en la mirada que van a tener las futuras letras de Dorian. Estamos aprovechando estos meses para hacer música nueva, y buena parte de esta música hablará de lo que está pasando en el mundo en estos meses y de lo que podría pasar en los próximos años.
No es la primera vez que con Dorian tocamos asuntos relacionados con lo político o lo social, pues en el propio disco Justicia universal, la canción que lleva por título este mismo nombre ya vinculaba en su letra las políticas neoliberalistas con la amenaza del cambio climático, es decir, la explotación, del planeta y de la gente, vinculada a la política, a la economía salvaje de libre mercado y a la destrucción del planeta. Estos temas, creo yo, que no sólo en Dorian, sino en la música popular en los próximos meses y años, van a ser cada vez más recurrentes.
Hemos venido de unos años en los que en muchas letras de canciones había mucho ego, mucho consumismo y mucho materialismo. Se ha hablado mucho de las marcas de ropa, de sexo, de drogas, de ego-trips, y creo que este camino no va a tener tanta cabida en los próximos años en la música pop. A lo mejor me equivoco, pero nosotros lo sentimos así, y en este confinamiento, en lo personal te tengo que decir que hemos encontrado muchas cosas de las que hablar en futuras letras del grupo que tienen que ver con lo que va a ocurrir en el mundo y, como tú decías, en la calle en los próximos tiempos.
La telecomposición con la que han estado trabajando en la banda vía remota, ¿podría derivar en un álbum hecho por completo de esta forma o tienen otra idea en mente para cuando puedan volver a reunirse?
Estamos componiendo mucho material bueno, y creo que está funcionando la telecomposición. Por un lado, se pierde la inmediatez de la composición en grupo, esa mirada, ese comentario que puede hacer que una canción cambie, sensiblemente, la dirección por la que iba, porque, bueno, los músicos no hacen canciones, las canciones hacen a los músicos. Tú no compones, sino que la canción te compone a ti.
Entonces es algo orgánico que se va haciendo sobre la marcha y cuando lo haces en grupo, un simple comentario, un fraseo, un arreglo de sinte, de guitarra, beat, puede llevar la canción a otro lugar enseguida. Esa inmediatez se pierde con la telecomposición, pero al mismo tiempo tengo que decirte que sí que hay un toma y daca que se produce casi a diario que acerca bastante dentro de la distancia, gracias a la tecnología, lo que es la moderna composición de la antigua composición de canciones.
Así que está siendo un experimento interesante. Afortunadamente la tecnología hoy en día permite grabar a un alto nivel de calidad desde casa muchas cosas y estamos aprovechando muchísimo el tiempo para llevar a cabo esto. Creo que buena parte del próximo álbum de Dorian tendrá esa marca, la marca de la telecomposición, y en los próximos meses, que es previsible que ya nos dejen juntarnos a los barceloneses, sabes que Madrid y Barcelona son las dos ciudades que todavía están en fase cero en España por la densidad de población, es previsible que rematemos muchas de las canciones que estamos componiendo ahora mismo ya en fase grupal, todos juntos.
No sé si con mascarilla o sin ella, pero sí que habrá un momento en que todos nos juntaremos para rematar la faena. Ahora, eso sí, estamos avanzando muchísimo, y como te digo, se puede decir que esta crisis mundial nos tiene a todos enganchados a las noticias. Estamos bien al pendiente de cómo va en México la cosa, por ejemplo, de cómo va en Brasil, de cómo va en Turquía, en muchos lugares, y de cuáles están siendo las consecuencias de esto. Creo que se va a notar eso también en las próximas canciones, en las próximas letras, sin duda.
Recientemente has compartido tus reflexiones en torno al COVID-19 y de lo beneficioso que podría ser un concepto como la República Universal para afrontar conflictos mundiales, ¿cómo podría aplicarse esta idea en la industria de la música?
Voy a explicarlo muy rápido: la idea no es mía, viene de lejos, viene de la Ilustración Francesa, de la Revolución Francesa, pero tiene su raíz en el deseo de que entendamos que tenemos que tener una mentalidad cosmopolita y llevar a cabo políticas cosmopolitas de cara al futuro. Cuando hablo de República Universal no estoy diciendo, pero ojalá, que sea factible en las próximas décadas llegar a una República Universal, es decir, a un solo país en el mundo, pero sí que creo que se pueden afrontar los increíblemente complejos problemas que va a generar en los próximos años el cambio climático y otros futuros virus o bacterias desde un consenso mundial. Es decir, ¿cuál ha sido uno de los problemas que ha provocado la expansión del COVID? Pues que cada país ha ido a la suya, tomando las decisiones a la suya, en algunos casos, como Bolsonaro o Trump, sin atender a lo que decía la comunidad científica; y en otros casos, como por ejemplo España o Italia, o incluso el Reino Unido, cerrándose tarde.
En un futuro vamos a tener que entender que el mundo es un organismo único, es un solo cuerpo, y que estamos siendo afectados por él y afectándole a él, y que si no tomamos las decisiones todos unidos no vamos a salir de ésta, va a ser un siglo muy complicado. A eso me refería con el deseo de que entendamos que tenemos que jugar en una misma liga y con un mismo cerebro, todos juntos, en lo que son los problemas universales, luego cada país tendrá sus problemas particulares, y también tendrá sus fronteras y sus cosas, no hay problema con esto, pero sí que no puede ser ya más que los problemas que nos incumben a todos los tome cada presidente del gobierno a su bola y por su lado.
Con respecto al tema de la música, yo creo que ya estamos en una República Universal desde hace tiempo. El éxito de la música latina y la música en español en estos últimos años, que no sólo se circunscribe al continente americano y a España, sino que ya ha llegado a Japón, a Filipinas, a todo el mundo angloparlante, a Rusia, ha abierto mucho el juego de la música en el mundo, que en las últimas décadas fue dominado por el mercado anglosajón.
Vamos a ver en los próximos años, como ya está sucediendo por ejemplo con las estrellas coreanas del pop, cada vez surgir fenómenos universales, por ejemplo de los países del Magreb, de los países asiáticos, América Latina sin duda seguirá marcando el ritmo muchos años más. Ya estamos en la música en un escenario universal en el cual los parámetros de la música popular ya no van a ser los que genera una o dos industrias, por ejemplo en este caso la inglesa o la norteamericana, sino que va a ser un diálogo mucho más rico e intercultural. Yo creo que esto es muy bueno para todos y nos va a enriquecer mucho musicalmente a todos.
Ya pasaron dos años desde el lanzamiento de Justicia universal, lo han llevado de gira y ya lo conocen mejor, ¿cómo han crecido con este álbum y qué han aprendido de él?
En primer lugar, hemos tenido intención de llevar a cabo el mejor espectáculo en vivo de toda la historia de la banda. Creo que Justicia universal ha sido la graduación profesional de Dorian como banda y en esto estamos muy orgullosos. Hemos hecho actuaciones memorables y que han hecho vibrar a muchísima gente y han colocado esta banda al nivel de cualquiera. Esto no es nada fácil teniendo en cuenta que venimos de la más estricta independencia y que Dorian es una banda que nunca ha tenido grandes capitales detrás ni grandes compañías discográficas detrás apoyando, sino que se ha ido levantando a base de trabajo, de canciones y del pulso del día a día.
Hemos aprendido a ser mejores músicos y a entregar un directo muy contundente y eficaz. En lo personal, te diría que me quedo, como bien apuntabas al principio, con los viajes. Gracias a esta gira hemos podido presentarnos en varias ocasiones en todo Estados Unidos, entre esas hubo siete conciertos con Zoé, y también hemos ido solos. Hemos ido por todo el continente americano, a lugares que todavía no habíamos visitado, como por ejemplo Ecuador, también hemos visitado por fin Tijuana, que nos esperaba mucha gente ahí y fue una noche muy especial. Hemos recorrido, como bien se puede ver en el video de Cometas, toda la frontera sur-norte, México-Estados Unidos, en un viaje casi épico te diría, que pasó por California, Arizona, Nuevo México, Texas y terminó en Houston. También hemos vuelto a Perú, a Argentina, a Colombia, se ha consolidado mucho la banda en España.
Hemos aprendido de todas las personas que hemos conocido por el camino, de los libros que nos han recomendado, de toda la gente en la calle con la que hemos hablado, porque siento que puedes sacar oro de la conversación con un taxista o que cualquier persona en cualquier esquina puede enseñarte algo. Somos personas muy ávidas de vivir y de experimentar, de preguntar, y de mezclarnos con todo el mundo. Te diría que han sido dos años de viajes de una intensidad fuera de lo común que nos han enseñado muchísimo.
Creo que somos más maduros también, y que apreciamos más el tiempo que tenemos y el tiempo que nos queda de vida. Apreciamos más la vida todavía. Esto lo entiendes cuando ves mucho, cuando vives mucho, cuando experimentas mucho y cuando ves mucha felicidad, pero también mucho sufrimiento, que también lo ves en la carretera, porque ves mucho mundo. Eso te ayuda a tomarte la vida de otra manera, a saber qué es lo importante y lo prioritario y qué no lo es tanto. Ésta es otra de las lecciones que hemos sacado de esta larga gira.
Ya hablabas de su nuevo video, el de Cometas, ¿será el último de Justicia universal?
Correcto, éste es el video con el que despedimos Justicia universal. Cometas es una canción muy querida y muy demandada por el público de Dorian y nos sentíamos en deuda y con muchas ganas de dedicarle un video y que tuviera su repercusión. El video lo rodamos, como te decía antes, a lo largo de un viaje que nos llevó por Tijuana, por Arizona, por El Paso, por Austin, y que terminó en Houston. Nos interesaba mucho, sobre todo, rodar pegados a la valla, pegados al muro, porque Cometas es una canción que habla, entre otras cosas, del muro. Expresa nuestra disconformidad con el hecho de que muchos partidos políticos en el mundo estén usando el tema de la inmigración como arma arrojadiza y como vehículo para sacar votos.
Cualquier persona mínimamente informada, inteligente, sabe que el problema de la inmigración nunca se resolverá levantando muros y nunca se resolverá por el lado militar, sino que se tiene que resolver arreglando los problemas que hay en los países de origen, aportando dinero y controlando ese dinero para que no se lo lleven los gobernantes locales, para que la producción no lo desvíe, y fomentando la prosperidad en los países de origen; y por otro lado, regularizando a los inmigrantes que uno ya tiene en el territorio y que contribuyen a levantar la economía tanto como cualquier otra persona, y que en cambio son estigmatizados y señalados casi como criminales y como mercancía para conseguir votos con argumentos fáciles.
La criminalización siempre es una forma fácil de conseguir votos, sobre todo entre ciertos electorados. Entonces, nosotros queríamos, humildemente desde nuestra posición como banda, expresar este malestar que tenemos y ahí lo soltamos. Ni pasaportes, ni fronteras, ni muros, ni guerras de mierda. Y sobre todo, ni estrategias de control, ese control que tiene lugar hoy en día a través de internet y a través de los medios de comunicación por parte de ciertos gobiernos.
Ese video no arranca en Tijuana por casualidad, todos sabemos que Tijuana es un punto caliente. Desde Tijuana te asomas un poquito y ves San Diego. Son dos mundos que están ahí, que se miran, que se tocan, pero que de alguna manera están condenados a estar en conflicto. Y esto sólo puede traer miseria y desgracia al mundo entero.
En España también tenemos muchos problemas con este asunto, en Italia también, en toda Europa hay un auge de la extrema derecha que se está aprovechando de esta problemática. Queríamos hablar de esto y por esta razón quisimos rodar el video en la frontera de México con Estados Unidos, porque es uno de los puntos calientes del planeta.
Justicia universal parece resonar mucho en estos tiempos, pues habían comentado en alguna ocasión que se relacionaba con la manera en que la gente, por su propia mano, transforma a la sociedad…
En efecto, sí. En estos últimos años no hay que olvidar que hemos tenido la suerte de ver unos movimientos sociales bestiales. El auge del feminismo en buena parte del mundo ha sido la gran sorpresa de estos últimos años. El feminismo no es sólo una fuerza política que busca la igualdad entre hombres y mujeres, sino que busca la transformación de la economía hacia modelos más sostenibles. El feminismo es una fuerza muy potente que va a marcar la pauta de la agenda política en los próximos años y esto nos ha traído un mundo un poco más justo, un poquito más de justicia universal en estos últimos años.
Por otro lado, también tenemos los movimientos LGTBI, que han sido tremendamente valientes en la visibilidad de minorías que sin ninguna razón lógica han sido estigmatizadas durante siglos. Y por último tenemos también los movimientos sociales, como el 15M en España o la batalla de Seattle, de hace ya unos cuantos años, todos los movimientos que en Davos van cada año a poner el dedo en la llaga y a señalar a los políticos que ejercen ciertas acciones porque son subvencionados por las grandes compañías del mundo.
Esos movimientos sociales que han puesto un grito en el cielo en estos últimos años contra el poder financiero han sido muy importantes y nosotros queríamos reflejar de alguna manera con el título de nuestro álbum Justicia Universal (2020), porque sí que pensamos que así como cuando miras la historia con la lupa corta y lees el diario cada día te parece que todo es un horror, todo son muertos, atentados, asesinados y desgracias ecológicas, también es cierto que si miras la historia de estos últimos veinte años con la lupa un poquito más de lejos te darás cuenta de que estamos avanzando como sociedad y de que gracias al sacrificio de mucha gente somos una sociedad un poquito mejor en algunos aspectos. En este sentido resaltaría claramente el feminismo, los movimientos LGTBI y los movimientos sociales que han hecho que mucha gente abra los ojos y que se sensibilice. De ahí la temática de ciertos versos de Justicia universal.
¿Qué canciones del álbum consideras que ha podido adquirir nuevos significados a raíz de la pandemia?
Sin lugar a dudas te diría que la propia Justicia universal, porque tiene esos versos que dicen: “estamos, estamos cerca del final, esto es, esto es la última señal”. Este estado de alarma, de alerta permanente, en el que estamos no es ninguna casualidad. Creo que el COVID-19 nos ha metido definitivamente en el siglo XXI. El siglo XXI no empezó en el año 2000 o 2001, no empezó tampoco con la caída de las Torres Gemelas, ha empezado con el COVID-19, que es el acontecimiento que ha precipitado la historia hacia adelante, y que nos ha metido a todos, a la humanidad entera, en el mismo barco y en el mismo tren. En este sentido sí creo que estamos ante un cambio importantísimo.
Para terminar la entrevista sólo agregaría que estén atentos los seguidores de la banda porque en los próximos meses vamos a compartirles música nueva y vamos a estar activos. No llegará todavía el nuevo álbum de Dorian, pero sí llegarán nuevos sencillos, porque vamos a intentar que la extraña situación en la que están los conciertos en vivo, que algunos se podrán llevar a cabo y otros no, depende del país, sea suplida con música y con un poquito de alegría.