Históricamente, la Argentina es una de las mecas de la música hispanoamericana contemporánea. Desde los Tangos de Gardel, las Trovas de Mercedes Sosa, el Rock de Charli, Spinetta y Fito, el genio de Cerati y la potencia de Juana Molina… Todas y todos como grandes iconos de la contracultura que ayudaron a cimentar sonidos para todo el continente.
Lo que nadie vio venir es que, con el paso del tiempo y la evolución del mainstream, también pasarían a convertirse en un semillero inagotable de talentos para abastecer el espectro Urbano de la música: Bizarrap, Nicki Nicole, Nathy Peluso, Wos, Cazzu, Duki y la lista podría extenderse por varios renglones.
De entre esa generación nos encontramos a Román Monzón Herrera, mejor conocido como Lit Killah, uno de los raperos más importantes del orbe y precursor de lo que parece ser un nuevo modelo de artista: músico, freestyler y streamer.
Desde González Catán para toda la Argentina, Lit Killah surgió de una familia modesta: hijo de un técnico en reparación de electrodomésticos y una educadora para niños con discapacidad, para Monzón Herrera es tan importante el ”de dónde vienes” como el ”a dónde vas”, y en la conversación que te presentamos a continuación, da muestra de ser un hombre con principios bien arraigados, con los pies sobre la tierra y sin pretensiones más allá de su órbita.
Una mirada íntima a uno de los estandartes de toda una generación en América Latina. Lit Killah, para ustedes.
Algo que me llama mucho la atención de tu figura como artista es que empezaste muy joven, y por lo mismo, ahora que tienes 23 se siente como si en realidad llevaras décadas en la industria. ¿Cómo se ve todo este camino recorrido en retrospectiva?
”Es muy loco porque a veces pierdo la noción de todo el tiempo que ha pasado, ¿sabes? Ya son seis años desde que empecé. La cosa es que pasó tan rápido que no lo resiento. Aún estoy fresco y con las baterías cargadas para progresar y aprender. De cierto modo es como si todavía fuese un debutante porque por un lado pertenezco a la generación que logró que el freestyle explotara en Argentina y por otro también soy de los nombres que han llevado la música urbana argentina a un nivel de popularidad y exportación impresionante.
Todavía me pasan cosas raras como lo que sucedió en Puerto Rico: que en estos premios de Hip Hop, Reggaeton u Trap me otorgaron <<mejor nuevo artista>>; y más que ofenderme, me motiva mantenerme propositivo con el proyecto”.
Sobre lo que dices de tener las baterías intactas, me recordó a una entrevista a Billie Ellish donde dice que a veces la industria da por hecho que porque son jóvenes, jamás se cansan ni sufren las consecuencias de un estilo de vida tan demandante. ¿Alguna vez te has sentido particularmente cansado o con ganas de pausar un poco todo?
”No diría que al grado de querer tomar unas vacaciones largas; pero hay días en los que sí añoro una semana de calma, la cual -afortunadamente- se me es posible dentro de mi ritmo de trabajo. Igual, al menos ahora, no es una sensación que me dure tanto porque pienso que si yo no soy disciplinado con mi proyecto y mi música, nadie más lo será por mi. Porque lo lindo de que la música sea la que te da de comer es que eres tu propio jefe y por lo tanto, eres quien define cuándo descansar y cuándo hay que meterle más esfuerzo. Hay temporadas donde es un trabajo 24/7: componer, pensar en videos, estrategias de lanzamiento… Eventualmente le agarras el gusto a todo. Creo que la clave es hacerle caso a tu cuerpo y nunca excederte”.
En ese sentido de tomarle gusto a todo: ¿Cuál dirías que es la parte más divertida de tu trabajo?
”Creo que lo más divertido es vivir este trabajo entre amigos: en el estudio y fuera de él. Por ejemplo: hoy vengo a México y resulta que por unas o por otras Duki y Thiago también están acá, bueno, hacemos lo posible por vernos y salir a dar la vuelta… Incluso eso hace que para nosotros como artistas solistas no nos sintamos tan solos y podamos convivir con gente que vive cosas similares a lo que uno atraviesa día tras día.
En relación a tu pregunta anterior, creo que eso también ayuda a no sentirme cansado de esta vida como artista: al final esto es un sueño hecho realidad y compartirlo con amigos es un privilegio”.
Desde siempre en América Latina tenemos en mente que Argentina, México, Puerto Rico y Colombia son los epicentros de la música en esta zona del mundo; sin embargo, creo que particularmente en México y en Argentina se atravesó por un proceso difícil para entender que no todo eran rancheras o tangos o Rock… ¿Consideras que en este momento la sociedad argentina es consciente de la relevancia que tienen ustedes para el Urbano?
”Como dices: al principio no porque éramos muy pocos los que estábamos montados en esto; pero ahora, en Argentina somos entre 40-60 artistas con números para ser considerados como parte del mainstream. Todos están pegados y vienen nuevos que también transmiten que van a pegar.
Ya tenemos el respeto y la admiración de artistas del Rock y eso para nosotros es importante porque al final también somos resultado de lo que ellos hicieron y ellos reconocen que nuestra labor es relevante.
Es curioso porque a veces siento que incluso los fans son más conscientes de lo que representamos como escena que nosotros mismos”.
Recién platicaba con Aczino y me contaba que cuando empezó a participar en las competencias internacionales de freestyle, se dio cuenta de que cada país tiene un estilo muy particular para rapear. ¿Consideras que en Argentina sí hay un estilo muy particular para rapear?
”Creo que por ejemplo: si en México el distintivo es su riqueza cultural, en Argentina nuestro fuerte es la manera en que reconfiguramos nuestro flow y el tempo en general. No éramos conscientes de eso hasta que aprendimos la música desde una visión técnica y caímos en cuenta de todos los recurso que utilizamos sin saber que eran recursos como tal”.
Y también les ayuda mucho la influencia sociocultural de Italia, Alemania y Estados Unidos, ¿no?
”Totalmente. En Argentina se escucha música en inglés y al final eso permite recibir más influencias de artistas que hacen cosas poco usuales para la norma en América Latina; y eso eventualmente nos motiva a revolucionar nuestra propia pro¿puesta”.
En diferentes espacios he podido identificar que eres una persona muy familiar, muy respetuoso del barrio en el que creciste; y justo de una comunidad como la de González Catán, son ídolos para niños y adolescentes. ¿Consideras que ahora tienes una responsabilidad social para con esos jóvenes?
”Fíjate que esa responsabilidad siempre la sentí pero más que con la gente en general, la siento con el barrio en el que crecí: porque al final quiero representar lo más fiel posible la experiencia de vivir en un lugar como González Catán. Por otro lado, creo que mi música no educa ni debería educar a los hijos de alguien porque los críes bien o mal, ellos van a tener sus gustos y tomarán sus propias decisiones. Que yo viera, por ejemplo, South Park no causó que yo me volviera violento como sus personajes; y eso es gracias a que en mi familia me dieron las libertades y los valores para discernir el bien del mal. Con la música es lo mismo y creo que los artistas no deberíamos pensar en si nuestras letras pueden ocasionar esto o aquello”.
¿Y dirías que te sientes orgulloso de que esos niños y jóvenes te tomen de referencia?
”Eso sí, claro. También porque mi música no es de vicios ni violencia; pero tampoco juzgo a quienes sí recurren a esos temas porque al final cada quien habla desde su contexto y de lo que conoce y no debemos recurrir a la censura para responsabilizar a la música de lo que no le corresponde”.