#WARPPresenta: Entrevista con Gustavo Santaolalla, el último de nosotros
Más de cincuenta años de carrera musical. Líder de una serie de agrupaciones imprescindibles para el desarrollo del rock en español, icono de la canción argentina, héroe del ronroco, productor de los más grandes álbumes del movimiento rock en tu idioma y ganador de dos Premios de la Academia. Sin embargo, Gustavo Santaolalla no tiene ningún problema en pensar sobre su futuro y asegurar que quienes lo recordarán al final del día serán aquellos “chicos de hoy, cuando tengan sus 50 años, cuando se junten y se pregunten entre ellos -¿te acuerdas de The Last Of Us?-“.
El músico ya lo ha dicho en el pasado, sonriente. Sus conciertos se transformaron de un encuentro de viejos seguidores del rock en español a una convención de chicos Gen Z obsesionados con su PlayStation, utilizando playeras de Joel o con símbolos de Las Luciérnagas. De la noche a la mañana, pasó de ser un icono de la música latinonamericana a ser el embajador musical del mundo gamer, la mayor industria de entretenimiento del mundo, y todo gracias a su trabajo en un título muy específico, tan celebrado, como polémico… Pero ya histórico: The Last Of Us.
“Si algún día alguien hace una conexión emocional con los jugadores, en otro nivel, que vaya más allá del combate, de estar peleando y todo eso… Habrá un cambio radical en este medio”, pensaba el compositor con respecto a la industria de los videojuegos, después de haber rechazado a varios proyectos de compañías “muy grandes” porque no compartían su aspiración artística. “Sin embargo, un día llegó Neil Druckman y me presentó esta historia”.
Se enamoró de los personajes. Dice que no hubo ninguna duda con respecto a aceptar o no el proyecto. Fue una conexión inmediata, genuina, en la cual se le impulsó a experimentar tanto como quisiera y a presentar sus ideas de la forma más honesta que pudiera. Jugó con instrumentos orgánicos, usó tubos de PVC, intervino una guitarra y manipuló las reverberaciones de su baño… Sin embargo, una herramienta muy específica y muy querida fue la que lo ayudó a encontrar el camino hacía el alma de este título.
“Lo que me ayudó fue haber elegido el ronroco. Con ese instrumento salió de forma natural, rapidísimo. Fue impresionante, uno de esos temas que salieron de forma íntegra”, afirmó, con una sonrisa gigante en el rostro y la soltura de alguien que está absolutamente seguro de que ha hecho algo valioso con su existencia. “Una cosa que después analicé y que me encantó fue el por qué elegí el ronroco y yo creo que fue por Ellie. Es lo que decía, el asunto de buscar la fragilidad de ese personaje”, agregó.