Pareciera que en la nueva normalidad ante la contingencia de la pandemia, la tecnología está de nuestro lado. El confinamiento tiene algunas ventajas y una de ellas es que nos ha ayudado a acortar distancias. He hablado y entrevistado muchas veces en persona a Alison Mosshart, a quien considero una mujer icónica de mi generación gracias a formar parte de dos proyectos importantísimos de la era “indie” de la música y el rock, The Kills y The Dead Weather. Nuestra charla más reciente fue como tantas otras hoy en día, a través de Zoom, la plataforma infalible dicen, para comunicarse via remota.
Para no ampliar detalles, comienzo confesándoles dos puntos importantes. Lo primero es que unos minutos antes de nuestro enlace, me dejaron saber que solo hablaríamos por audio y sin cámara, para que se saquen de la cabeza esa imagen de la pantalla partida en dos, con Alison y yo hablando desde nuestras cómodas salas o comedores en casa. Lo segundo es que aunque no lo crean y pese a intentarlo de ambos lados, terminamos más de 20 minutos de plática amena sin haber grabado absolutamente nada, tema que no pienso discutir, ni hablar con nadie, pero que me obligó a sacar las tablas de oficio periodístico, recurriendo a pequeñas notas y sobretodo a la memoria con el fin de escribirles esto.
Como es un absoluto placer platicar con ella y aprovechando que nadie de la disquera nos hizo el enlace telefónico, como se acostumbraba en el pasado inmediato; desde que empezamos a hablar, no tuvimos que acordar en qué momento se trataba de un intercambio de palabras informal y en qué momento estábamos “on the record” o en “the un-record” en este caso. Lo primero que hablamos fue referente a dónde estaba y cómo estaba viviendo el confinamiento.
“Estoy en mi casa en Nashville desde principios de Marzo. Estuve en LA antes de eso y de ahí viajé prácticamente cuando comenzó el -lockdown-. Desde entonces no he salido, pero he sido muy productiva”. Es la primera vez que Alison publica música bajo su propio nombre y en dónde no tiene de cerca a socios creativos tan poderosos como Jamie Hince (en The Kills) o Jack White (en The Dead Weather).
“Ha sido muy emocionante e inesperado. En realidad yo no estaba buscando hacer un proyecto bajo mi nombre, pero hubo una situación muy particular que se dio alrededor de la historia de ‘Rise’, una canción que escribí cuando vivía en Londres en el 2013, justo en una situación como la actual, yo sola en mi casa, con una guitarra”. Esa canción permaneció guardada todos estos años hasta que el tele drama de Facebook Sacred Lies (2020) le pidió el uso de la misma para que la cantara Jordan Alexander (“Elsie”) en el primer episodio ‘The Singing Bones’.
La serie es producida por Blumhouse Television y Raelle Tucker (True Blood, The Returned, Jessica Jones), protagonizada por Juliette Lewis, Ryan Kwanten, Jordan Alexander, y Kristin Bauer van Straten. Fue la misma producción de la serie, la que le sugirió a Alison que además de contribuir con la lírica de la canción, fuera ella también quien la interpretara de manera oficial. “A Domino Records le encantó la idea y nos propusimos publicar esta y otra canción bajo mi nombre por vez primera. La canción la grabamos en Los Angeles -ahora que estuve allá- bajo la producción de Lawrence Rothman. No va a haber un disco ni va a pasar más allá de esto por el momento, aunque definitivamente se abre una veta para seguir publicando más cosas bajo mi nombre en el futuro”.
Además de las dos canciones que estrena, existen dos videos que fueron editados y producidos por la propia Mosshart debido al confinamiento. “Es la primera vez que hago algo así. Nunca pensé que lo iba a hacer, pero cuando me ví en la situación de estar en casa, pensé que lo mejor sería que yo aprendiera y lo hiciera por mi cuenta”.
La fascinación de Alison por los autos no es un secreto. No solo forman parte del visual imaginario de gran parte de su obra con sus otros proyectos, también han sido el tema de buena parte del arte gráfico que ha desarrollado en pinturas y fotografías.
Su primer libro “CAR MA” es justo una colección de su arte, fotografías y escritos que son una suerte de oda a su amor por los motores. “Poco antes de dejar LA, un amigo me invitó a ver un show de Lowriders, en el medio de una calle. Me parecieron tan hermosos y perfectos, que decidí sacar mi cámara y grabar algunos videos. Cuando ya estuve en casa pensando en ideas para el video de ‘Rise’, revisé con calma lo que había grabado y me pareció ideal, aunque la gran mayoría de lo que grabé no me servía necesariamente porque alguien caminaba y se atravesaba en el tiro de la cámara o porque no reunía los valores estéticos que estaba buscando. Así que decidí conectar la cámara en casa y grabarme tres veces cantando la canción. Luego aprendí a usar iMovie, que luego me enteré, no es el software ideal ni profesional con el que se trabaja, pero logré sacar un buen resultado después de muchos intentos. Ya para el segundo video, pude aprender a usar otro programa y los resultados son mucho mejores”.
Aquí sí ya me imagino a Alison en su casa de Nashville, con su Camaro negro estacionado afuera, aquel que me contó era su juguete favorito la última vez que hablamos en persona en una habitación del Chateau Marmot en Los Angeles, California. Editando videos por horas, cayendo en la frustración y desesperación de un proceso creativo sumamente complejo del que no conocía nada hasta antes de estas épocas de COVID-19. “Muchos amigos y el propio Jamie me ayudaron en este proceso. Nunca me sentí sola, ya que les iba mandando el proceso de trabajo y me ayudaban con sus comentarios y guía. Lo que sí es que nunca había sentido tanto respeto por los editores, productores y directores de videos. Es una de las cosas más complejas que alguien puede hacer. Darle vida a una pieza audiovisual y contar una historia”.
Ahora más que nunca, una artista multidisciplinaria que no tiene miedo en abordar nuevas maneras de expresarse, ni de adaptarse a las situaciones. “Extraño muchísimo salir de tour. La última vez que giramos con The Kills, lo hicimos por tres años consecutivos sin parar. Estábamos rostizados, fritos, no podíamos más. Esta nueva etapa sin conciertos, se suma a un año de descanso que me tomé de las giras, es por eso que ya no puedo esperar para regresar, aunque sé que lo tendré que hacer”. La buena nueva es que la creación no se termina pese a estar a la distancia. “Jamie y yo venimos trabajando en el nuevo disco de The Kills. Por eso estaba en California de hecho. Ahora todo es como al principio cuando empezamos el proyecto; a la distancia. Trabajamos letras e ideas cada quien desde su hogar. No es nuevo para nosotros y no vamos a parar”.