Y del segmento amarillo del arcoíris aparece Virgil Abloh. Se toma la cabeza y dedica una mirada de agradecimiento a todas las personas en el front row. Es el primer diseñador afrodescendiente en tomar el cargo de director creativo de la línea masculina de Louis Vuitton. Él lo sabe, tiene muy presente ese dato porque es el que define la razón de toda su carrera.
Estalla en lágrimas y el público es reciproco con esa entrega: ovación de pie. Se abre paso entre el camino de colores y tiene muy claro a dónde quiere llegar… Intenta quitarse las lágrimas de los pómulos y alza la vista para verse a los ojos con Kanye West.
Un abrazo fraterno y catártico que duró apenas 17 segundos; pero que se siente como el final de un parte aguas en la ‘’cultura popular’’. Un abrazo que simboliza la cumbre en la labor por reivindicar el talento de la comunidad negra en el mundo occidental. Virgil estaba ahí, para ellos, para los suyos.
Virgil Abloh nació el 30 de septiembre de 1980 en Rockford, un pequeño condado a las afueras de Chicago. La primera parte de su vida estuvo marcada por tres cosas: la música, el skateboarding y sobre todo, el basquetbol; algo natural si consideramos que en el mismo año en el que cumplía doce, Michael Jordan y sus Bulls ganaban el primero de seis campeonatos de la NBA para construir una de las dinastías más legendarias en la historia del deporte.
Virgil siempre supo a dónde quería llegar y se pasó la adolescencia enviando bocetos y mockups a las oficinas de Nike en Oregon; aunque sin obtener respuesta, como era de esperarse.
Lo cierto es que, desde temprana edad, aún a sabiendas de que debía agudizar sus habilidades de diseño en función de desarrollar una intuición comercial eficaz, ya estaba claro que cada idea y cada intervención hablaban su idioma y eran reflejo de esa identidad que se nutría de una cultura popular en apogeo: ropa, tenis, edificios, beats, personajes, entretenimiento…
Su primera producción la hizo bajo la firma CEAS1, un alias que empezó como su tag para incursionar en el grafiti; pero que se convirtió en la señal para saber que Virgil estaba ahí: en las paredes, en las fiestas y en los talleres como parte del movimiento <<Bomb The Suburbs>>
Curiosamente, no fue el basquetbol lo que despertó en él la inquietud por el vínculo entre estética y comercialización, sino el futbol, un deporte que practicó desde niño y del que fue testigo de su crecimiento en Estados Unidos durante la década de los 90’s.
‘’Siempre me ha parecido fascinante la manera en que conviven tantos elementos en una camiseta de futbol: el escudo del equipo, el nombre y el número del jugador, los logos de los patrocinadores y los patrones que conforman el diseño del jersey. Es algo que los otros deportes típicos de la cultura estadounidense no tienen’’.
-Virgil Abloh en entrevista para Highsnobiety
Su madre y su padre, ghaneses de nacimiento pero persecutores del sueño americano desde finales de los 60s, siempre fueron promotores de las pasiones de Virgil, bajo la condición de que jamás dejara de estudiar y sacara, eventualmente, una carrera universitaria. Por eso siempre fue un alumno ejemplar.
‘’Creo que las claves para que Virgil sea tan exitoso son dos: lo ordenado que es y su capacidad para tener energía incluso después de haber dormido solo tres horas. Toda su vida ha sido así. Es fan de los itinerarios y de la calendarización’’.
– Edwina Abloh, hermana de Virgil para el New York Times.
En la primavera de 1998 fue aceptado en el programa de ingeniería civil de la Universidad de Wisconsin-Madison. No pasó mucho tiempo para darse cuenta de que no estaba interesado en el perfil profesional de esa carrera; sin embargo decidió terminar el curso para tranquilidad de su familia. En 2002, al poco tiempo de haber egresado de la licenciatura, regresó a la escuela, esta vez al Instituto Tecnológico de Illinois para iniciar su maestría en arquitectura.
A diferencia de su primer contacto con la educación superior, este posgrado sí resultó fundamental para cambiar toda la perspectiva que tenía respecto al diseño. Fue ahí donde se encontró con la estética industrial y el movimiento de los desconstructivistas: una corriente derivada del plan urbanístico que los soviéticos aplicaron para sus ciudades durante la década de 1980, caracterizada principalmente por la alteración de la simetría a partir del robustecimiento de volúmenes en edificaciones enormes.
El primero en acuñar el término “deconstrucción” fue el filósofo Jaques Derrida, quien tras su interacción con el arquitecto formalista Peter Eisenman se interesó en la posibilidad de revertir la estructura convencional de las construcciones sin alterar su funcionalidad. Esta concepción no encontró popularidad hasta que Bernard Tschumi ganó la Parc de la Villette en 1986.
Dos años después, esta intención estética explotó gracias a que los nombres más importantes de la época empezaron a trabajar según estos nuevos parámetros: Zaha Hadid, Daniel Libeskind, Philip Johnson y Mark Wigley, estos dos últimos organizadores de la feria de diseño del MOMA y a quienes se les debe la institucionalización de la “deconstrucción”.
Este pequeño relato es vital para entender la conformación de Virgil Abloh como diseñador y artista, ya que sobre éste cimentó las bases de todo su trabajo posterior.
Hacia el final de su máster en Arquitectura, Virgil fue alejándose de los objetos de estudio propios de la carrera y empezó a trabajar en ideas para piezas de muebles, textil y arte digital.
Él mismo cuenta que fue un profesor de la universidad quien detectó esta situación y lo incitó a dejar softwares como AutoCad para adentrarse en la suite de Adobe y programas de producción musical.
No fue hasta su primer viaje a Nueva York que Virgil sintió que podía ser parte de una comunidad con la cual pudiera compartir gustos, intereses y metas.
Boutiques de marcas emergentes como a life eran el epicentro de un movimiento a punto de explotar. La clase de sitios que en esa época eran visitados por nombres aún desconocidos como el de Ronnie Fieg, Matthew Williams y la misma Yoon Ambush.
Todas estas mentes prometedoras encontraron un mismo techo en splay, el sitio web fundado por Samuel Spritzer -programador de las primeras páginas online de Kaws y Supreme- que funcionaba como una especie de tablero en el que toda la comunidad de Nueva York intercambiaba proyectos, referencias y retroalimentación.
Toda esta energía motivó a Virgil a iniciar su primer proyecto streetwear compuesto por playeras y sudaderas impresas por diseños de su autoría: Fort Home.
A decir verdad, las pop-ups que organizó de la marca en Chicago y Nueva York solo resonaron entre su grupo de amigos; sin embargo, la buena ejecución de las piezas le valió un empleo en la prestigiosa Custom Kings, dedicado al diseño y a la imprenta de sobre textil que en aquella época trabajaba el stock de Famous, Quite Life y Plan B. La gran virtud que reconoció el equipo de Custom Kings en Virgil fue su sensibilidad para distribuir y aprovechar los espacios, atributo que explotaría hasta sus días en OFF WHITE y Louis Vuitton.
Las personas que frecuentaban el estudio de Custom Kings eran realmente estimulantes para Virgil, y sin duda alguna, la más importante fue Don C: padrino de la nueva comunidad de la moda de Chicago y colaborador íntimo de Kanye West durante sus primeros años de trayectoria. Luego de varios meses de interaccionar y formar una amistad sólida, Don C llevó a Virgil a las oficinas de John Monopoly, quien en ese momento ya era manager de Kanye y otros raperos en efervescencia de la west coast.
‘’Desde el primer momento tuve confianza en Virgil porque me pareció un chico gentil y amable. Siempre en disposición de aprender, me pidió una oportunidad para unirse al equipo y después de conocer su trabajo, no dude ni un poquito. Un tiempo después nos enteramos que el día de nuestro primer encuentro había sido su ceremonia de graduación de la maestría y prefirió venir con nosotros para conocernos. A partir de ahí supe que no me había equivocado con él’’.
-John Monopoly sobre Virgil Abloh para TMZ.
Unirse al equipo de Don C, John Monopoly y Kanye desató una reacción en cadena que acrecentó la red de contactos de Virgil: diseñadores, publirrelacionistas, agentes de comunicación, modelos, músicos y artistas de todos tipos. La siguiente persona clave en la vida de Abloh fue Kim Jones, actual director creativo de Dior que en 2006 era considerado la gran promesa de la moda inglesa tras ganar el Brit Fashion Award como figura emergente del año.
Para el verano de 2007 Virgil cruzó el Atlántico para pasar todo el verano en el departamento de Kim Jones, de quien se volvió sombra para aprender todo lo posible sobre la industria y el negocio. De Kim, Virgil admiraba su capacidad para conjugar la moda urbana con los requerimientos de la etiqueta formal.
A su regreso a Estados Unidos, Kanye estaba en los preparativos de su gira Glow In The Dark, tour para promocionar su álbum Graduation (2007). Para sus intereses profesionales, trabajar en esta gira no solo representó al oportunidad de asesorar el diseño de los escenarios, los visuales y la mercancía, sino además, la posibilidad de interactuar con Takashi Murakami, otro de sus grande héroes.
Este proceso hizo que Virgil y Kanye afianzaran su fraternidad; y con todo y el éxito que ya tenían, buscaron cumplir sus sueños de educarse en la moda de alta costura como ellos creían que debería de ser: De la manera en que Cristobal, Christian, Yves y Karl aprendieron, en los talleres a partir de mecanismos de trazo, patronaje, costura y confección.
‘’Ambos vinieron a mi oficina para solicitar formalmente un espacio en el programa anual de la Escuela Central de Diseño de Saint Martins. Me reí muy fuerte y les dije que eran unos estúpidos. ¿Qué podría ofrecerles esta escuela que no supieran ya? Ellos respondieron: <<Necesitamos aprender a cocer>>.
-Louis Wilson, coordinadora académica de la maestría en diseño de modas del Saint Martins.
Ante la negativa de Louis Wilson, ambos movieron sus hilos para ingresar a la pasantía de seis meses organizada por Fendi para aprender el ABC de sus protocolos creativos y de producción.
‘’Creo que ninguno de los dos sabe exactamente cómo consiguió un espacio en ese programa de Fendi. Y la verdad es que muchos podrían decir que no hicimos nada: nos la pasábamos preguntando y yendo por café; pero sí nos obligó a reflexionar lo que significa trabajar bajo presión en este mundo. Virgil se convirtió en el amo y señor del Photoshop, jamás he visto a alguien tan rápido como él’’. -Kanye West para GQ.
2007 y 2008 pusieron a Virgil en el mapa de la moda europea, particularmente en el ojo de Michael Burke, quien era miembro de la junta ejecutiva de Fendi y que fue ocupando grandes sillas en todos los consorcios importantes de la moda durante los siguientes diez años, incluida una en Louis Vuitton.
Con todo y que Kanye ya colaboraba con LV y que Virgil era amigo de la nueva alcurnia de la moda, los otros diseñadores de haute couture de esa generación los miraba con recelo, como si fueran forasteros intentando apropiarse de su territorio. No era una posición circunstancial: la manera en que ambos querían democratizar la alta costura a partir de la cultura urbana y su color de piel representaban una amenaza contra el estatus quo que las grandes casas cimentaron durante décadas.
‘’Le han querido llamar de muchas formas; pero era racismo. No soportaban que tuviéramos tanto ímpetu por aprender y que algunos gigantes de la industria nos respaldaran’’.
-Don C sobre el trato que recibió su clan en la semana de la moda de 2009.
La consagración musical de Kanye trajo consigo el lanzamiento definitivo de Virgil desde la posición de director creativos en tres de sus obras cumbre: My Beautiful Twisted Dark Fantasy (2010), Watch The Throne (el disco colaborativo con Jay-Z) y Yeezus (2013). Diseño de portadas, gestión de los colaboradores y toda la identidad visual de los tres álbumes estuvieron a cargo de Virgil.
Con este impulso mediático y financiero, Abloh lanzó PYREX, un proyecto netamente personal que él describió como una película de diez minutos en un solo emplazamiento en el que cierto equipo sin deporte nos muestra cómo ser cool. Aunque en un principio no pretendía que las prendas de PYREX vieran la luz; pero su valor discursivo tomó una fuerza que ni él pudo detener.
Desde el nombre, que hacía alusión a una herramienta que los cocineros de crack utilizan para la creación de metanfetaminas. De cierto modo, la primera colección de esta marca sintetizaba todo lo que Virgil quería transmitirle al mundo: la juventud siempre gana, y era una especie de paradoja para defender a los grupos de niños y adolescentes marginados que viven bajo el estigma de ser pandilleros solo por vivir en lugares de escasos recursos.
Para Pyrex se buscó que modeleran personas congruentes con esa visión, y ningunos más adecuados que los miembros del A$AP Mob: Iliz, Nast, Bari, Josh más Naleye Junior, Ian Connor.y Jim Joe, artista urbano mejor conocido por ser el encargado de pintar las icónicas letras que dan portada a If You’re Reading This, It’s Too Late de Drake.
Pyrex se convirtió en el laboratorio de Virgil en términos de diseño, mercadotecnia, relaciones públicas y ventas; y con eso, sin querer queriendo, replanteo el concepto de hype dentro de la moda.
Virgil tenía un manual para volver exitoso este proyecto:
1. Compra textiles que en la medida de sus posibilidades sean baratos, pero de calidad aceptable. Bajo esta premisa, las playeras y sudaderas de Pyrex en realidad eran saldos de básicos de Ralph Lauren y Champion que después serigrafiaba con sus diseños.
2. Haz que los diseños sean fácil de reconocer.
3. Regalale tus prendas a personas influyentes para que su comunidad pregunte por ellas.
4. Vende cantidades limitadas por precios muy altos. Lo que a la marca le costaba 60 usd, lo recuperaba con precios de hasta 550 dólares.
5. Utiliza tus ganancias para el siguiente proyecto.
Las prendas de PYREX eran sumamente sencillas: colores primarios sólidos, prints inspirados en pinturas o fotografías y el número 23 de Michael Jordan en la espalda. Este fue el primer momento en el que Abloh recibió críticas por sobrepreciar sus productos sin una plusvalía real en términos de diseño y calidad; pero él sabía que lo más importante no era revolucionar el patronaje y la confección, sino darle símbolos de identidad a un movimiento en gestación. Quienes compraban a esos precios sabían que daban un mensaje: Somos los nuevos chicos cool del barrio.
Era el verano de 2016. Los ejecutivos de Nike empezaban a vislumbrar una crisis severa si la inercia de éxito hilada por Adidas durante los últimos cuatro años no se detenía: los Ultraboost y los Yeezys de Kanye estaban eran las piezas más cotizadas por propios y extraños. En la opinión pública se decía que Nike estaba atorada en la nostalgia y que sus ideas no parecían adecuarse a la concepción general de lo que se pensaba respecto al futuro. Las oficinas en Oregon clamaban por un plan de contraataque que relanzara la marca a como diera lugar.
Pidieron la asesoría del círculo más cercano de Nike: desde los nombres históricos como el de Tinker Hatfield, Michael Jordan y Mark Parker, hasta los personajes fetiche de la marca: Jeff Staple, Jan Takahashi, LeBron James, Eric Coston y Hiroshi Fujiwara. Particularmente este último fue el protagonista de la primera etapa de la estrategia de renovación: en Nike sabían que la clave estaba en sus archivos, dado el fracaso de la mayoría de sus siluetas nuevas; pero tenían que reinterpretar todos esos clásicos para que estuvieran a la altura de lo que el público del siglo XXI necesita.
La estética minimalista de Fujiwara y Fragment –su marca- se antojaban como los colaboradores ideales para hacerle frente a las tres franjas. No porque la solicitud fuera concreta la hacía menos difícil; y aunque nunca hemos tenido acceso total a esa primera propuesta, sabemos que se le tachó de aburrida y ausente de valentía. El Air Max 1, el Jordan 3, el Cortez y el AF1 son algunas de las siluetas que presumiblemente tomó Hiroshi para ese pitch. Fue entonces que Nike entendió que necesitaban a alguien todavía más radical para cimbrar el mercado.
El antecedente de Virgil con PYREX y el éxito meteórico que empezaba a tener OFF WHITE como marca de alta gama en el streetwear dirigieron los ojos hacia él.
Jordan 1, Blazer, Chuck Taylor, Air Force 1 y Hyperdunk. Air Max 90, Air Max 97, Presto, Foam y Vapormax. 5 siluetas esenciales de basquetbol para entender el legado histórico de Nike en este deporte. 5 siluetas esenciales de running para entender la revolución de estilo que Nike impulsó desde el calzado para correr. The Ten. Diez iconos de la marca reinventados por el hombre del momento.
Desde el segundo semestre del 2017 y hasta otoño de 2018 fuimos testigos de un acontecimiento sin precedentes en la cultura urbana. Una colección colaborativa que cambió el rumbo no solo de Nike y el mundo de los tenis, sino de la moda en general.
Aquello que Virgil empezó a imaginar cuando enviaba sus sketches a las oficinas de la marca cuando apenas tenía 15 años, finalmente se materializaban.
‘’En su primera mañana en el cuartel de Nike, Virgil apareció con zinchos, plumones, una navaja X-Acto y un lápiz. Tomó el Air Force 1 y empezó cortar paneles aquí y allá. Cuando el par finalmente estaba diseccionado, lo volvió a pegar pero ahora alterando el orden de las partes, con cierta brusquedad, como si quisiera equivocarse a propósito. Finalmente, los intervenía con sus tags. Parecía como si estuviéramos viendo el interior del zapato pero expuesto’’.
-Dan Long, gerente de archivo en las oficinas centrales de Nike.
La idea era justo esa: que el público conociera lo más cercano a una versión de prueba de las siluetas, con sus códigos de identificación para la cadena de producción, con acabados incompletos e inexactos y con materiales desproporcionados según la distribución del espacio. Su blanco deslumbrante estaba hecho para adoptar un amarillento vintage típico de los productos que sufren el paso del tiempo; así como su distintivo ghosting, descrito como estructuras solidas transparentes que dejan al descubierto no sólo el interior del calzado sino también el pie que lo viste. Principio inspirado en lo que hizo el mítico Tinker Hatfield con la capsula de aire de la línea Air Max.
El lanzamiento fue un éxito rotundo y revivió un juego al que le faltaban matices tras las victorias incuestionables de la marca alemana. Sus precios de reventa detonaron la explosión de un mercado secundario que empezó a adoptar mecanismo de especulación para delimitar sus cifras.
Todo el jet set usó The Ten: Michael Jordan, Drake, A$AP Rocky, Bella Hadid, Roger Federer, Beyonce…Tener la colección completa se volvió el equivalente a la búsqueda del grial en la cultura popular.
Virgil Abloh falleció el 28 de noviembre del 2021 a causa de un cáncer muy agresivo que afectaba a su corazón y con el que tuvo que lidiar desde su diagnóstico en 2019.
Más allá de la relevancia de su obra, no hubo persona que se cruzara con él que no tuviera algo hermoso qué decir sobre su persona. Siempre atento, siempre gentil. Y desde esa posición demostró que no se necesita ser un tirano o un líder déspota para inspirar a toda una generación.
‘’Sin importar a qué te dedicaras o cuánto tiempo llevaras en eso, él siempre creía en ti. Su curiosidad era infinita y su ética de trabajo, intachable. Estaba empeñado en ser un ejemplo de que no importa de dónde vienes, sino a dónde vas. Era auténtico. Podías ver al padre, al diseñador, al empresario, al esposo, al amigo… Siempre igual: fiel a su amabilidad. Él siempre tenía las puertas abiertas para quien lo necesitase’’. -Shannon Abloh, esposa de Virgil.
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