El fotógrafo Jesús Cornejo y el músico y compositor Todd Clouser reúnen su talento en La Caja de Espejos. Retratos Hechos Canción (2022), un proyecto que combina música, imagen y relato para dar a conocer historias de “personas comunes”, que será presentado en vivo, en el Teatro de la Ciudad, este jueves 5 de mayo, a las 8:30 pm con boletos a la venta en Ticketmaster y en taquillas del teatro.
Integrada por 23 fotografías de Cornejo —quien acompaña su trabajo visual con breves narrativas y con la banda sonora de Clouser, compuesta ex profeso para las imágenes de cada personaje retratado—, la muestra explora 15 historias que buscan quedar en la mente del espectador como un autorretrato a través del otro, del desconocido, además de conectar con los sentidos.
Luego de haberse presentado desde 2019 en lugares como el Foro del Tejedor o la Galería El Rule, en esta presentación en el teatro ubicado en Donceles 36, Centro Histórico, La Caja de Espejos contará con cómplices de primer nivel en el escenario como el contrabajista Aarón Cruz, los cantantes Israel Ramírez (Belafonte Sensacional), El David Aguilar y Vivir Quintana, así como la poetisa Guadalupe Galván.
Algunas piezas con las que el público podrá conectar son ‘Hombre Paloma’, ‘Dioses’, ‘Nana Mago”, ‘El Camino del Fuego’, ‘Festejos’, ‘El Mar Negro’, ‘Las amigas de Cayohueso’ y Esperando al Diablo’, entre otros títulos que reúnen más de una década del trabajo fotográfico de Cornejo, realizado en diversas regiones de México y otros países como Colombia, Chile y Cuba, mismas que el fotógrafo nos explica en la siguiente carta.
Quizá para comenzar este relato sobre mi proceso creativo de “La Caja de Espejos” tenga que decirles primero que uno nunca se imagina de qué manera se consolidan los sueños.
Cuando tenía catorce años entré a estudiar guitarra clásica al Conservatorio de las Rosas en Morelia, lugar donde la música se convirtió en mi vida pero además aprendí muy bien a escuchar en mis clases de entrenamiento auditivo y durante varios años uno de mis mas grandes sueños fue hacer música y tocar en grandes teatros. Tiempo después la vida me puso una cámara en mis manos, ese objeto de colección de instantes me hizo salir a la calle y fue el perfecto pretexto para perder el miedo a acercarme a las personas que me llamaban la atención y retratarles, pero sobre todo que me contaran historias sobre sus vidas.
Mi vida dio un giro y me volví un fotógrafo con formación de periodista, pero la música siempre ha sido mi más grande pasión, puedo pasar días sin tomar fotos, pero no un día de mi vida sin música. Así que para evitar la nostalgia de haber dejado la música me convertí en fotógrafo de
músicos, de alguna manera el conservatorio me había dejado una muy buena formación para entenderles y durante varios años en Morelia destiné mi mirada a retratar música y danza en los teatros, coleccionar historias en la calle y en las bodas perfeccionar mi técnica y gracias a ellas hacerme de mi equipo fotográfico.
Recuerdo el día que decidí mudarme hacia la Ciudad de México, esa tarde de día de reyes del 2012 sobre una avenida famosa por su sonido de tacones en Morelia estaba por tomar la “combi”, mientras esperaba en ese semáforo frente a mí llegó sin saberlo mi primer personaje de “La Caja de Espejos”. El aroma a gasolina se percibía a metros, se colocó frente a los ojos rojos que nos observaban y explotó junto a mí con una llamarada que iluminó de manera fugaz su cuerpo plateado, yo como hipnotizado fui hacia él, nos miramos fijamente y sin decir una sola palabra aceptó mi presencia, tomó nuevamente un sorbo, colocó los dedos sobre sus labios y volvió a explotar en fuego, pero esta vez yo ya lo tenía conmigo. Unos días después llegué a vivir al gran monstruo, en ese momento el Distrito Federal.
Tuvieron que pasar quizá cerca de 6 años del momento que les narro para que me llegara un mensaje de Todd Clouser, para esa época yo ya había trabajado con él en varios de sus proyectos como A Love Electric y Chant, nos había presentado otro gran y querido personaje, Aarón Cruz bajista y puente de vidas. “Estoy viendo tus fotos en tu instagram y los relatos que tienes sobre las personas que retratas, me gustaría escribir música inspirada en ellas”, escribió Todd, al momento le contesté que para mí eso sería un honor. Unas semanas después llegaron a mi correo volándome la cabeza y los sentidos, las dos primeras composiciones del proyecto, la primera fue sobre el Tragafuego y la segunda sobre “El Hombre Paloma”, un personaje que retraté sobre la plaza Simón Bolivar en Bogotá, del cual seguramente García Márquez hubiera escrito un relato.
Esa noche que llegó la música, una sensación que nunca había experimentado en mi vida me recorría el cuerpo: mis fotos e historias se estaban convirtiendo en canciones. Al día siguiente busqué a Todd y en una “chilaquilería” de la Portales nos vimos para escoger más fotos y que él pudiera seguir componiendo música. Mi única petición y línea narrativa para el proyecto:
que fueran retratos e historias de personajes de a pie, cotidianos pero llenos de una gran poesía y filosofía de vida.
A partir de ese momento, muchas de mis historias y retratos de personas que fueron apareciendo en mi camino durante muchos de mis viajes en México y otros países de latinoamérica entraron en un proceso de metamorfosis hacia ser una canción o una composición musical instrumental o improvisación. Músicos de México y de otros países comenzaron a colaborar grabando en estudios y desde sus lugares de origen y de pronto en una creación comunitaria las historias estaban siendo narradas desde muchos más lenguajes y para más sentidos.
En el 2019 “La Caja de Espejos: retratos hechos canción” se presentó por primera vez en La Galería el Rule con una exposición física a gran formato, instalación de dispositivos de música y las historias escritas para visuales y en braille para personas con discapacidad visual, hicimos tres conciertos presenciales en la galería con músicos, artistas invitados y un servidor narrando las historias en vivo. Para ese momento mi concepción de ser fotógrafo había cambiado por completo, mis fotos e historias ahora eran parte de un todo y habían alcanzado una dimensión que ni yo mismo imaginé: ahora eran parte de un arte comunitario hablando y reflexionando sobre la vida de los retratados, sobre mi vida, la de Todd, de los artistas invitados y de cada persona que vivía la obra con todos sus sentidos. De alguna manera “La Caja de Espejos” había logrado su objetivo: hacer que todos los participantes de la obra se conectaran y reconocieran entre sí y que nos diéramos cuenta que no había ninguna diferencia humana entre nosotros, que todas y todos somos luz, sonido, emociones sueños e historias.
Ahora, a unos días de presentar nuevamente el proyecto en el Teatro de la Ciudad, me descubro escribiendo estas líneas y cerrando el círculo, los sueños se hacen realidad pero de una manera que nunca imaginé, cada uno de esos pasos, viajes, charlas e historias que me regalaron personas desconocidas pero profundamente filosóficas y poéticas ahora se han vuelto música, luz y sombra y con ellas la posibilidad de presentarme en un gran teatro haciendo y compartiendo lo que más amo hacer, como el sueño de aquel niño de catorce años estudiando guitarra clásica, dentro de su cubículo.
Gracias Todd, a los músicos invitados del proyecto pero sobre todo a cada personaje que ha aparecido en mi vida y me han regalado parte de la suya en cada retrato.
-Jesús Cornejo