#ThisIsHowWomenDo Entrevista con Phoebe Bridgers: las grandes canciones están en los días normales
No es un martes cualquiera en la Ciudad de México: los estragos del Corona Capital 2022 aún se sienten en el cuerpo y la selección mexicana juega su primer partido en el Mundial de Catar. El tiempo se detuvo y peatones, oficinistas y policías hacen lo posible por ver el marcador en las pantallas de los restaurantes que también están al límite de su capacidad.
Nadie sospecha siquiera que estamos por entrevistar a una de las artistas más importantes de la actualidad. El protocolo de acceso es rígido y hostil: cubrebocas a dos años del inicio de la pandemia. Hay que registrarse más de una vez para acceder a la famosa suite presidencial del Hotel Sofitel. Un silencio sepulcral que contrasta con la escandalosa tensión que se vive afuera.
Para Phoebe Bridgers tampoco es un martes normal, si es que existe la normalidad en la cotidianidad de una estrella de Rock. La gira a la que dedicó casi un año llegó a su fin y tuvo un cierre que mezcló solemnidad, humor y euforia ante los ojos de 35 mil personas que la eligieron por sobre todas las otras opciones que se escuchaban en la Curva 4 del Autódromo Hermanos Rodríguez.
En su suite, lujosa como cualquiera de clase presidencial, hay una pantalla que ya transmite los resúmenes del partido de México. Varias mesas con comida y un estadounidense enorme, que no sabemos si es guardaespaldas o manager de Phoebe, nos deja las reglas muy claras.
Ella aparece y nos sientan en una mesa de cristal, frente a frente como si estuviésemos en el careo de nuestro propio divorcio. A pesar de las cortinas gruesas y pesadas, el sol se cuela entre las rendijas y nos da una luz natural muy bella.
