The Guadaloops es una agrupación formada por jóvenes mexicanos que han unido las experiencias aprendidas con sus proyectos alternativos para dar forma a una banda que no se encierra en un sólo género musical. El proyecto puede combinar hip hop, funk, neo soul hasta lo que se les ocurra pero siempre cuidando cada detalle en él.
Este viernes se presentan con su disco Viuda (2018) por primera vez en el Lunario del Auditorio Nacional. La emoción se siente en el aire después de haber tenido la oportunidad de platicar con ellos previo a su concierto. Nos contaron acerca de su debut, la independencia de una banda en todos los sentidos hasta incluso su migración a la CDMX por motivos fuera de sus manos.
¿Cómo fue el proceso creativo de ‘Viuda’?
Estuvo largo, raro y bien ortodoxo. Empezamos grabando en Austin en una vuelta que tuvimos para un SXSW. Ahí un amigo de Fermín, Beto Martínez (Leche House Music) tenía un estudio. Ahí estuvimos grabando las seis bases que preparamos a lo mejor un mes antes, más o menos, de ideas que teníamos algunos y fuimos complementando en los ensayos. Allá se terminó de registrar pero aún distaba mucho de lo que es ahorita. Pasó como un año y medio, evolucionando. Aún no tenía letra, no tenía concepto excepto el sonoro. Nada de historia ni ésta onda del cuento. Se formaron las ideas hasta hace unos meses que ya estuvimos cerrando bien el concepto, terminando de escribir las letras que hasta ahora, estamos montando. Fue un proceso saltado, interrumpido de alguna forma pero al final quedó algo que no pudo haberse hecho de otra forma. Estuvo muy chido, la neta.
Tal cual las bases se grabaron y un año después, se retomaron en un rancho en Querétaro donde todo esto grabado en una cinta de manera muy orgánica y cruda con instrumentos muy básicos pero con mucha calidad. Luego nos dimos otra semana en ese mismo rancho en Querétaro para ponerle todas las máquinas: sintetizadores, secuenciadores, pads, etc. El proceso fue algo muy bonito. Llegando a la CDMX, se terminó de grabar las letras en La Bestia Records. Los dos últimos meses han sido bien pesados porque teníamos el tiempo encima.
¿Qué sienten debutar en el Lunario este viernes?
Sí, estamos muy emocionados. Creo ninguno de nosotros había tocado en el Lunario. Es la primera vez que nos vamos a presentar ahí como la banda tal cual. Estamos súper emocionados y contentos porque aparte tenemos nuevo material y agarramos un buen pretexto. Es un material muy significativo para la banda, es la primera vez que trabajamos todos juntos, entonces no hay mejor manera que hacerlo que en un lugar de esos. Además, un lugar de esas características permite meterle más cotorreo a los visuales, a la escenografía. Va a ser un show distinto para nosotros, tanto de preparación porque va a ser un set largo, como de nuevas herramientas y cosas que van a estar sucediendo en el escenario durante el show.
Ustedes son un ejemplo de expandir sus horizontes al no cerrarse en un solo género, ¿qué podrían decirle a las personas respecto a eso?
Lo que podemos decirle es que tomen los recursos que estén a tu alcance y siempre abrirse a nuevas posibilidades. Explorar. Tratar de alguna manera hacer lo mismo pero desde una perspectiva diferente. No tener miedo a arriesgarse.
Justo la filosofía de la banda siempre ha ido de eso; de no respetar tanto los cánones, géneros o formas si no, amalgamando nuestras referencias y lo que nos gusta escuchar. Poder concebir ideas que a todos nos satisfagan, nos emocionen y pues al final, reflejan todo lo que nos gusta escuchar y qué hacemos. Todo para poder dar un mensaje. Para nosotros, la idea es poder transmitir ese mensaje sin ceñirse a todas limitantes que pueden ser buenos puntos de partida. La gente es muy creativa y no tienen por qué cerrarse a eso.
¿Cómo es que sus proyectos alternativos se unen a The Guadaloops?
Pues creo que convergen en muchas cosas pero tienen su propia voz. Está Tino El Pingüino, está Bicho Blanco, está todo lo que hace Sami, lo de Fermín solo también, y Fer que está empezando con Excalibur. De alguna manera, forman parte del mismo universo, se siente que de pronto convergen en muchas cosas pero cada uno de dichos proyectos ya tienen su propia identidad y su propio discurso. Al final, The Guadaloops sirvió como aglutinante de varias cosas como impulsar a los demás proyectos y ha funcionado bien aunque luego las agendas no ayudan porque está difícil cuadrar todos los calendarios.
¿Qué se siente ser bien recibidos con un proyecto diferente a lo que cada uno ha hecho a lo largo de sus carreras?
Es raro porque The Guadaloops va a un festival y no puede entrar a un festival de hip hop, no entra tampoco a un festival de pop, de rock y entonces de repente se siente raro porque está muy dividido por géneros pero la gente es a lo que ha respondido muy bien porque involucra diferentes tintes musicales de varias latitudes y creo que es también algo que caracteriza a la banda. Se siente muy bonito que la gente responda de esa manera. Te das cuenta de eso en los shows que ves a gente que podrás categorizar en una escena, a mucho tipo de personalidades y está bonito; es muy incluyente.
Monterrey y CDMX son las ciudades más grandes de México, pero ¿por qué creen que al final muchos músicos del norte deciden cambiarse a la capital?
Somos tres del norte y nosotros nos venimos para acá por una razón muy particular como el narco. Del 2009-2012, se vivió una ola de violencia en Monterrey muy cabrón. Nos cerraron muchas puertas, la gente ya no quería salir, la vida cultural para los músicos se vino abajo por los bares, venues. Se perdió esa escena, ya no la había. Se perdieron muchos espacios y pues no vimos otra alternativa más que si queríamos seguir en el país, venirnos a la capital. Sabíamos que era el lugar donde podían suceder las cosas, donde estaban la mayoría de los músicos del país, más escena y más espacios. Más oportunidades de crecer. Igual la Ciudad de México ha sido el punto donde convergen muchas personas de otros lugares del mundo y donde la diversidad es más amplia.
Ustedes son una banda independiente. su álbum fue hecho de la misma forma, pero ¿hasta qué punto te puedes considerar independiente?
Al menos en la manera que lo hacemos nosotros pues es desde cero porque realmente no contamos ahora con el apoyo de ninguna disquera, de ninguna distribuidora todavía ni nada. También todo lo creativo es parte de nosotros, entonces podría decirte que en su totalidad es independiente. Lo que te puedo decir es que hay que echarle muchas ganas, ponerse a trabajar mucho y se siente bonito hacer las cosas por uno mismo, ¿no? Se siente una buena satisfacción de que la gente responda a una iniciativa muy particular y honesta.
¿Cómo se unieron al show sus invitados especiales, Entre Desiertos y Mcklopedia?
Bueno, aquí cabe aclarar que Mcklopedia ya no estará con nosotros por cuestiones ajenas a la banda. Hubiera estado bien porque hicimos un tour juntos y con Entre Desiertos hay una relación muy padre desde hace unos años, así que cuando vienen a tocar por acá, se quedan con alguno de nosotros o procuramos vernos. Probablemente, ya vamos a hacer una grabación en este año pero decidimos hacerlo con ellos porque nos inspiran mucho y nos late lo que hacen.
¿Cómo es que un grupo piensa ponerle un nombre como The Guadaloops?
Tiene que ver con el hecho de que hay dos cosas: Guadalupe y Loops por bucles, una célula en las que se basan muchas canciones, a base de repetición y cómo se componen las canciones. Guadalupe, no es tanto por una fe o devoción, es por identificar y tener presente un símbolo de la mexicanidad en todo el mundo. Eso fue básicamente la fusión de algo que suena armónico entre la música que hacemos y el nombre de la banda. Fonéticamente suena pegajoso entonces por todos lados, ese nombre salió bien.