“The oldest and strongest emotion of mankind is fear, and the oldest and strongest kind of fear is fear of the unknown…”
H.P. Lovecraft
Cuando Bram Stoker creó y publicó en 1897 su novela Drácula o Mary Shelley escribió, en tan solo una noche de fevril creatividad, Frankenstein o el moderno Prometeo, nunca imaginaron que el terror pudiera tener tantas dimensiones y posibilidades.
En la época actual, donde el cine y las series de televisión están absortas en los zombies, jóvenes vampiro y hombres lobo, brujas de Blair o muñecas hechizadas y asesinas es todavía menos probable que se perciba el valor de uno de los más grandes escritores de terror de todos los tiempos.
Es particularmente importante diferenciar entre el suspenso, la novela negra, el gore y el terror, solo por mencionar algunas de las oscuras categorías en las que la literatura y el cine principalmente han estado inmersas durante años, para poder entender lo que el insondable H. P. Lovecraft logró a lo largo de más de 100 cuentos, novelas y relatos que mostraron una visión única no solo del mundo, sino del universo entero.
Nacido en Providence, Rhode Island, Estados Unidos en 1890, Howard Phillips Lovecraft era más bien un joven enfermizo, cuya fragilidad lo obligaba a pasar sus días y noches en la casa familiar y la sobreprotección de la madre lo condenaba a no tener amigos, por lo que la nutrida biblioteca del abuelo y los extraños parajes alrededor del hogar eran su único espacio de desarrollo.
Lovecraft fue un niño prodigio: recitaba poesía a los dos años, leía a los tres y empezó a escribir a los seis o siete años de edad. Uno de los géneros que más le apasionó en su infancia fue la novela policíaca, llevándolo incluso a formar la “Agencia de detectives de Providence” a la edad de trece años.
A los quince escribió su primer relato como tal, La bestia en la cueva, imitación de los cuentos de horror góticos. A los dieciséis ya escribía una columna de astronomía para el Providence Tribune.
Para 1923 con su cuento El Ceremonial, comienza a consolidarse el genio de H.P. Lovecraft, que ya da muestras de un estilo original, sumamente descriptivo y con conocimiento de muchas ciencias: biología, física, astronomía, medicina forense, química, muchos son los fundamentos técnicos y filosóficos en los que se basa la literatura del joven escritor.
Sin embargo, es en 1926 con La llamada de Cthulhu que se empieza a conformar el universo de terror que convertiría a Lovecraft en un “creador de culto” que, para muchos jóvenes de su generación, se volvió un ídolo infalible.
Los Mitos de Cthulhu es una compleja y sofisticada serie de cuentos cortos que ya en la actualidad diversas editoriales han compilado como un solo libro, pero que Lovecraft escribió por separado y publicó a lo largo de años.
Con ellos el escritor crea todo un universo y una cosmogonía más allá de lo conocido, el principio es muy sencillo: millones de años antes de que el ser humano pisara la tierra, en el cosmos ya se libraba una batalla épica entre los Dioses Arquetípicos, que son considerados el lado luminoso y los Dioses Primigenios, que representan una suerte de lado oscuro.
Sin embargo, Lovecraft nunca habló en su obra de una “lucha del bien contra el mal”, por lo que los Primigenios no eran realmente malos, sino que su deidad estaba muy por encima de los valores humanos y para los cuáles la raza humana apenas tenía más importancia que el más sencillo de los insectos.
El más relevante, magnífico y poderoso de esos Primigenios era justamente Cthulhu, que luego de la batalla y por el miedo que se le tenía fue sepultado en la Tierra, en la más lejana profundidad del mar bajo el legendario sello de R´lyeh, que lo mantiene soñando y preso para que nunca más vuelva a dominar el universo con sus bestias monumentales y terribles.
Lovecraft no solo crea su propio cosmos, su propio idioma, su desarrollo narrativo que cala de terror hasta los huesos, también pasa de los colmillos, las garras, los muertos vivientes o la locura para gestar monstruos terribles con características nunca vistas, algunos incluso inmateriales y existentes más como una forma de energía destructiva.
Aún guardo en mi corazón aquellos días de lectura de los Mitos de Cthulhu sentado frente al océano, cuando él describe cómo los seres humanos se fueron volviendo esclavos de los Primigenios y cómo eran obligados, a través de asquerosos y lúgubres ritos, a romper los sellos físicos y energéticos que mantienen cautivos a estos Dioses para liberarlos y ya en el s.XIX y principios del XX, cuando se desarrollan estas historias, traerlos de vuelta a esta dimensión para conquistar el universo.
Simplemente hubo veces (muchas) en que tuve que cerrar el libro y tomarme un respiro, pues las imágenes descritas por H.P. Lovecraft y fielmente recreadas por mi cerebro, me llenaban el cuerpo de un sudor frío y el corazón de una inquietud desgarradora.
No solo por ser influencia de decenas de comics, películas, libros, videojuegos y series que en la actualidad presumen de vanguardia y creatividad literaria, sino por ser uno de los más grandes visionarios en la penumbra del alma humana y los demonios que ahí habitan, debemos celebrar a Howard Phillips Lovecraft leyéndolo y devorando fascinados la diversidad de seres y mundos creados en su tortuosa y magnífica mente.
Para los iniciados sugiero Los Mitos de Cthulhu y otros que varias editoriales ofrecen a diferentes precios, en este libro se compilan los cuentos de la gente que influyó a Lovecraft, cuentos de éste previos a los mitos, cuentos incluidos como parte del culto a Cthulhu y otros primigenios y cuentos de otros autores que siguieron la obra de Howard una vez que éste falleció y preservaron el universo Lovecraftiano para el futuro…
Sumérjanse en el terror, al desnudo y con el alma dispuesta a la fascinación con The best terror tales in the world….HP Lovecraft.