Café Ocampo, es un pequeño café y bar en la frontera de la Colonia Cuauhtémoc y Anzures. Su realidad, como la de muchos otros lugares en la Ciudad de México, es la búsqueda de una identidad. Misión que en este caso permanece al frente de todo lo que hacen.
El espacio es pequeño, pero no tiene sentido el pensar que debe crecer más. En medio de una ciudad saturada, un ofrecimiento comercial desbordante y bares atiborrados, el café o «bar de barrio», parece el único descanso en una mutante ciudad. Una alternativa clara.
Todos los socios de Café Ocampo vienen de un background en la industria coctelera y con bagaje creativo. De esta manera su propuesta viene desde “el bar que siempre quisimos”.
En la intimidad de este lugar se tiene una selección de licores especializados como el vermouth, adicionalmente de ser parte de una coctelería premium sencilla, experta y bastante sensible.
La propuesta de Café Ocampo deriva de una minuciosa investigación de campo, inspirada en las barras clásicas italianas, al norte de este país. Mismos que tienen vista en lugares como Roma y Milán.
Esto una tradición donde se mantiene la cultura del aperitivo, que son licores de bajo grado de alcohol consumidos previo a la cena, un momento “recreacional” para convivir después del laboro.
Aquí una alternativa frente a la falta de una identidad en los bares dentro de México. Se trata de una propuesta que conlleva más que un nombre y un espacio. Para Café Ocampo, la selección de licores, horarios, aperitivos, café, luz, arte, mobiliario y hasta un coaster, todos son importantes.
El menú de vermutería, whiskies, detalles como la cerveza lPA y ginebras, hacen del lugar uno particular. El tema de horarios también tiene su propio encanto. Este ofrece un menú de comida y de spirits, que se transforman mediante se cambia la hora del día.
Evidentemente el Café es también una pieza angular de esta propuesta. El esfuerzo por introducir esta bebida dentro del lugar no se queda solo en la calidad. Actividades como Coffee & Booze, dan pie a ejercicios como el de un barista interactuando con una barra de coctelería. En este sentido, generando oportunidades para una convivencia más orgánica dentro del lugar.
Otro ejemplo de esto, está en El Brunch (en un horario de 2:30 pm ) que propone otras bebidas, otros menús y los mejores bloody marys de la zona. Todo disponible dos domingos al mes donde se organizan actividades en torno a un concepto.
Obviamente hay un lugar para la comida en cualquier bar. Café Ocampo cuenta con un menú especialmente dedicado a la comida italiana, de otra manera y más generalizado, mediterránea. Mientras esta es esencialmente un acompañamiento, no un restaurante, se exige estar al mismo nivel que el de la coctelería.
Finalmente el espacio en Café Ocampo es uno dim lit, azul profundo, con acomodo de speakeasy y arte de figuras emergentes como Marina Silva que se postula itinerante para darle oportunidad al cambio.
Así este refugio se ha convertido en referente de barrio, de pasantes de tráfico, de curiosos y el nightlife, un espacio cómodo y dedicado para recordar que era sentarse a tomar y platicar.
Visita Café Ocampo en Plaza Melchor Ocampo 14, CDMX.