Hace algunos meses, cuando nos confirmaron las fechas de la edición 2013 del Vive Latino, una de las primeras cosas que saltó en mi cabeza fue que coincidirían con South by Southwest, festival multidisciplinario celebrado en la capital texana, Austin y que por 6to año consecutivo tendríamos presencia tanto en cobertura como con un showcase oficial.
El dilema entre SXSW y Vive Latino se incrementó mientras se acercaba la fecha. Algunos argumentaban sus diferentes puntos de vista de las dos plataformas musicales, algunas bandas incluso participaron en los dos eventos, otros nos quedamos con las ganas de poder estar en dos lugares al mismo tiempo.
Pero lo importante es que una vez más, aunque hayan coincidido en fechas, los dos eventos trajeron consigo múltiples beneficios para la industria musical. Para mí, SXSW 2013 me dejó una voz rasposa, calambres en las piernas, un poquito de insolación y muchas bandas y proyectos que por primera vez pude ver en vivo.
Lo más destacado tiene que ser, Jim James, verlo en un pequeño bar junto a unas decenas de personas, es algo que no se repetirá jamás. Su disco debut como solista, “Regions of Light and Sound of God” suena vigoroso e impactante en vivo. En cuanto a bandas nuevas, la mejor impresión me la dejó, Haim, increíble como suenan y el potencial que tienen estas hermanas, SXSW será la vitrina que las impulse a estar en lugares privilegiados de la música. Pero no me detendré a recapitular de nuevo todo lo que vimos la semana pasada, para eso está nuestra cobertura #WARPenSXSW.
Dave Grohl, mención aparte, justificó totalmente el porque fue elegido como el keynote de este año, a través de su sentido del humor, anécdotas y reflexiones hizo que muchos recapacitaremos nuestro lugar en la música y la vida.
Los puntos negativos también figuran, no todo funciona al 100%, las marcas y corporativos trasnacionales tienen cada vez más presencia y desvían la atención de lo que SXSW fue en principio. Los eventos con grandes nombres como Prince, Depeche Mode, Sound City Players o Justin Timberlake se opacan cuando para entrar tienes que ser vicepresidente de _____coloque marca grande aquí______ o alguien “influyente” pero que no tiene nada que ver con la música. Las filas son interminables, hasta para comprar algo de comer. La infraestructura turística queda por debajo de la demanda de los asistentes, no hay suficientes servicios para los miles y miles que llegan a la ciudad. Pero, como mencionaba al principio, todo hace que valga la pena cuando se mira en retrospectiva.
La pregunta final ¿vale la pena SXSW? Rotundamente puedo decir que SÍ.