Escribo esta colaboración semanal desde una sala de espera en el aeropuerto de Madrid – Barajas, luego de un viaje de trabajo a la increíble capital española y de cubrir el Festival Internacional Benicàssim el pasado fin de semana.
Camino al aeropuerto, una pequeña manifestación nos cerró el paso durante algunos minutos justo frente a las oficinas del Partido que ocupa actualmente el poder, a mando del Presidente Mariano Rajoy que la semana pasada anunció una subida del tipo general del IVA del 18 al 21% y del 8 al 10% en el caso del reducido a partir de septiembre.
Y es que España sufre una crisis económica, pero también de depresión colectiva. La industria de la música, del cine, del entretenimiento y cultura en general vive una incertidumbre sin precedentes, que jamás se había vivido en la historia democrática en el país. Lo mismo con otras ramas e industrias claro está… Excepto la de los privilegiados y ladrones de cuello alto que nadie castiga y siempre se protegen.
La clase media está cansada. Los más jóvenes hablan de un éxodo necesario y de viajar por el mundo con tal de no estar aquí. En lo que respecta a mi trinchera, debo agregar que habrá que observar el comportamiento de los festivales españoles, que hoy por hoy tienen mucha atención mundial y son los más “guay” como dicen por acá. El Sònar, el Primavera Sound (Barcelona), el BBK (Bilbao) y hasta el Benicàssim podrían afectarse severamente en precios y asistencia para el próximo año. Ya de plano el último anunció fechas para 2013 con precios de boletos que ya suenan a un “simulacro de emergencia”, como dirían mis amigos españoles de Dorian.
Esperemos dentro de todo, lo mejor.