“Impresionante Checo… Titánico Sérgio Pérez. Ha venido desde el fondo para robarse el show. Ni siquiera el lío con Leclerc ha podido con él. En el escenario en el que cualquier otro se hubiera rendido, en la carrera en la que la mayoría de habría conformado con hacer puntos, él se ha comido a dieciocho monoplazas para quedar primero. Con determinación, con coraje y mucha paciencia, el mexicano logra su primera victoria en la Fórmula 1. Hay que decirlo sin pelos en la lengua: si este hombre no tiene un asiento en el máximo circuito, el automovilismo de élite perderá toda credibilidad. Checo, ¡DON CHECO! Es usted un subidón para este deporte. Todo México orgulloso”.
-Comentario final de la narración de Antonio Lobato sobre la primera victoria de Sergio Pérez en el Gran Premio de Sakhir
Con Lewis Hamilton ausente, Sergio Pérez inicio el Gran Premio de Sakhir desde la quinta posición. Por delante de él, los favoritos: Bottas, Russell, Verstappen y Charles Leclerc. El primer highlight de la carrera vaticina la lógica de las 50 vueltas restantes: un aparatoso accidente en los últimos puestos casi ocasiona que Romain Grosjean quede atrapado entre las llamas.
Apenas dos vueltas después, una maniobra audaz pero poco inteligente de Leclerc en la tercera curva lo deja fuera de la carrera y “Checo” y Verstappen resultan víctimas colaterales. Después de algunos minutos de incertidumbre, el mexicano de Racing Point es el único que regresa. Hay dos noticias: una buena y una muy mala. La muy mala: es que reanudará en última posición; la buena es que la carrera todavía es muy joven.
22 vueltas después, los Mercedez van sobrados con casi ochos segundos de ventaja respecto al tercer lugar. Mientras tanto, Checo da una auténtica cátedra de cómo administrar sus neumáticos suaves sin perder el ritmo. Como león recién liberado de su jaula, Pérez remonta nueve lugares y ahora está en zona de puntos; y cuando el resto del pelotón entra a boxes, él resiste y aprovecha la oportunidad para escalar al quinto peldaño. Por delante quedan los huesos más duros de roer: los Mercedez, Stroll y Ocon.
Ahora es momento de nivelar las revoluciones y Checo se aferra a sus cauchos para exprimir todo el rendimiento posible de las llantas y con eso permitirse entrar a pits hasta dentro de cinco laps más.
Llega la vuelta 48 y Checo se alinea con el resto de punteros para ingresar a boxes. A su regreso, el mexicano no tiene reparo en atacar a su co-equipero Lance Stroll. La presión es tanta que al primer titubeo del canadiense, Pérez lo supera por los interiores.
El siguiente en la mira es Ocon y nos vienen a la memoria sus bruscos encontronazos cuando peleaban por el papel estelar en Force India. Esteban y Sergio compiten palmo a palmo sin perder la dignidad y el originario de Guadalajara sale airoso con menos resistencia de la esperada.
Pérez accede al podio pero quiere más.
Vuelta 62 y un nuevo accidente: el novato Jack Aitken, tiene un accidente y el safety car entra en acción. La ventaja de 20 segundos que mantenía Bottas respecto al resto plantea un contexto aparentemente inmejorable para llamar al double stack de Mercedez. Todo parece bajo control y ambos carros salen de pits con holgura.
Una vuelta después se dan cuenta de que a Bottas le pusieron neumáticos usados y a Russell le montaron los que originalmente estaban presupuestados para su compañero. Checo Pérez aprovecha el desastre y se hace de la posición de honor.
Lap 68 y la locura inicia. Russell se recupera con fiereza y rebasa fácilmente a Bottas y Ocon. Sabe del potencial de su máquina y no deja de asediar a Sergio. Cuando parecía que recuperaba la primer plaza de manera inminente, el ingeniero principal de Mercedez recibe un mensaje de Russell:
“Se pinchó uno de los neumáticos traseros”.
Con todos esos antecedentes, el Gran Premio de Baréin augura sorpresas hasta el último momento.
Pero no para Checo. Diez segundos de ventaja y mucha madurez para afrontar metros llenos de tensión. El #11 de Racing Point se asoma en la última recta de la pista. La bandera a cuadros lo espera y a nada de cruzar, solo se preocupa de una cosa: que su hijo, tocayo, vea el momento en el que obtiene la primera victoria de su carrera.
Algunos análisis posteriores buscaron demeritar la victoria del mexicano ante la presencia de tantos accidentes, errores técnicos y la inasistencia del siete veces campeón, Lewis Hamilton.
Sergio Pérez, quien literalmente superó a todos sus contrincantes a partir del accidente de las primeras vueltas, se limitó a disfrutar el momento:
“Estoy sin palabras. Espero no estar soñando. Me costó diez años llegar a hasta este momento. Después de la primera vuelta parecía que la carrera estaba terminada; pero se trataba de no rendirse y seguir adelante. Hubo un momento después de la vuelta 50 en el que me di cuenta de que hoy era el día y nadie me lo iba a arrebatar”.
-Sergio Pérez después del Gran Premio de Baréin. 6 de diciembre, 2020.
Sergio Michel Pérez Mendoza nació en Guadalajara, Jalisco el 26 de enero de 1990. Es el último de los tres hijos que tuvieron Marilú y José Antonio.
Checo -como le apodaron prácticamente desde el día uno- ha sido el más joven de muchas cosas, incluso a pesar de las reglas. Incluso cuando la edad estándar para competir en la división infantil de Karting son los 7 años, el pequeño Pérez empezó a correr desde los cinco y ahí demostró que era un prodigio de la velocidad en toda la extensión del adjetivo.
Se hizo de un nombre en todas las categorías infantiles y juveniles: Shifter 80 c.c y 125 c.c; la Fórmula Skip Barber y la Fórmula 3 británica.
“El nivel de Checo en circuitos juveniles le empezó a quedar corto cuando se enfrentaba a muchachos de su edad, por eso optamos por inscribirlo a categorías para chavos dos o tres años mayores que él. Los lineamientos en Europa eran tan estrictos que nos veíamos obligados a mentir sobre su edad para que pudiera correr”.
-Antonio Pérez Mendoza, hermano de Checo.
En la vida de Sergio hay dos figuras primordiales para entender su éxito actual: su padre, quién a través de su experiencia como piloto y mecánico le enseñó el automovilismo como una manera de entender la vida; y Carlos Slim, el primer gran patrocinador en creer que podía acceder a la élite de su disciplina.
Checo cumplió con su destino y a los 21 ingresó a la Fórmula 1 como conductor de Sauber.
La vida en la división estelar no es fácil para nadie; pero, particularmente para él, le ha costado el doble por cosas que van más allá de la pole:
“Su nacionalidad es la mejor y la peor arma que tiene: la peor porque, desde los Hermanos Rodríguez, México no ha tenido muchos grandes referentes en este deporte y por lo tanto cuesta más trabajo posicionar una doctrina en las academias de conductores. A la hora de tomar decisiones en la escuderías -por ejemplo- los franceses, los alemanes y los ingleses te llevan la ventaja por su tradición automotriz. Y la mejor arma porque se ganó a sus compatriotas en un escenario desfavorable: en México, si no prácticas fútbol, béisbol o box dan por hecho que no eres un héroe <<del pueblo>> aunque seas destacado en tu deporte. Ahí está el caso de Lorena Ochoa y Paola Longoria que fueron consideradas las mejores del mundo en su deporte durante años y el público aquí nunca conectó con ellas; o la generación que se hizo de un espacio en la NBA. Checo, por su parte, incluso si el grueso de la población no entiende del todo el automovilismo, ya lo volvieron parte de su mitología. Seguramente, cuando acabe su carrera, podrá sentarse en la misma mesa que Hugo Sánchez, Fernando Valenzuela y Julio César Chávez”.
-Fernando Tornello, comentarista de F1 en América Latina.
Con todo eso en consideración, quizá la mayor virtud de Checo es que jamás ha dejado de divertirse. Como aquella vez en Baku cuando varios incidentes obligaron a ondear la bandera roja y con ello, suspender la carrera temporalmente. La competencia reanudaría con todos desde sus posiciones en la parrilla. Tres vueltas de un duelo a muerte con Hamilton para decidir al ganador. Un parpadeo y Lewis se siguió de largo luego de un fallo en los frenos a la hora de tomar la curva. Segunda victoria de Checo.
“Estar en un asiento de F1 es un privilegio que no puede tornarse a la ligera; pero eso no quita que también puedas pasarla bien y divertirte. Cualquiera que venga a Fórmula Uno y no identifique esta como una oportunidad para ser feliz en lo que hace, no merece estar aquí”.
Por primera vez desde que se reinstauró el premio de México, uno de los nuestros tiene posibilidades reales y bastas para acceder al podio.
“No he tenido incovenientes con aceptar un papel secundario en RednBull; pero el próximo año quiero disputar el campeonato mundial”.