El pasado 26 de marzo se cumplieron 20 años del lanzamiento del álbum debut homónimo de Gorillaz, el proyecto animado del cantautor Damon Albarn en colaboración con el ilustrador y artista del comic Jamie Hewlett que causó furor desde el primer momento gracias a eclecticismo musical multicultural enlazado a un mundo ficticio habitado por zombies, monos mutantes, monstruos con cara de vegetales y personas extravagantes, entre ellas Stuart Pot, Murdoc Niccals, Russell Hobbs y Noodle, los cuatro integrantes de la banda.
El término –banda virtual- empezó a popularizarse en revistas especializadas y de cultura pop debido a su éxito inusitado, combinado con el empeño que tuvieron en profundizar y centrarse en el mundo animado de la banda durante su primera década de carrera. Sin embargo, el proyecto británico estuvo muy lejos de haber sido la primera agrupación musical de su tipo, siendo un concepto que lleva décadas dentro de la industria de la música popular y que se ha desarrollado desde entonces con distintos fines expresivos y comerciales.
Desde la experimentación sonora que dio como resultado la primera canción de Alvin and The Chimpmunks; pasando por las agrupaciones que acompañaron a sus miembros en sus programas de televisión como The Archies, Jen and the Holograms y Josie and The Pussy Cats; hasta llegar al comentario social de Gorillaz y a los proyectos japoneses post-modernos creados para la promoción de videojuegos y equipos de audio.
El origen de las agrupaciones virtuales es este proyecto ganador de cinco Grammys, con cuatro sencillos que entraron al top 10 del Billboard, tres álbumes certificados platino y una canción que entra a la lista de los 100 más vendidos de la historia ‘The Chipmunk Song’ con cinco millones de copias.
Sin embargo, todo inició con esta canción, un experimento que compuso su creador Ross Bagdasarian en 1958 cuando se le ocurrió grabar su voz, reproducirla a una velocidad mayor y volver a grabarla para utilizar esta segunda grabación como la voz principal de la pieza. El tono de su voz era como el de -una ardillita- y por ello eligió empezar a formar el proyecto con los tres hermanos en mente.
Si bien, las ardillitas después se convirtieron en una licencia multimillonaria con serie de televisión, películas, discos y hasta presentaciones en vivo, todo inició como un proyecto puramente musical, contrario al segundo gran referente del tema: The Archies, la agrupación de bubblegum pop formada en Nueva York en 1968 por los protagonistas de la serie animada y la historieta The Archie Show.
Un proyecto que sigue vivo e imponiendo la discusión de temáticas relevantes en la conversación actual que previo a ser solo una serie de cómics, se presentó también como un proyecto musical de seis álbumes multiplatino cuyo mayor éxito ‘Sugar, Sugar’ alcanzó la posición más alta en Estados Unidos e Inglaterra y sigue siendo todo un referente cultural presente en películas, caricaturas, fiestas y comerciales.
Tras el éxito de The Archies como proyecto musical y el desarrollo de la trama de la serie animada, se creó la banda espejo del protagonista de la licencia, pero con chicas en su lugar, resultando en el lanzamiento del primer álbum de estudio de Josie And The Pussicats.
Con Bobby Hart como cabeza compositiva, el responsable de varios de los sencillos más exitosos de The Monkeeys, el trio animado lanzó un álbum en 1970 que fue todo un éxito comercial, sobretodo entre las chicas que veían el programa animado. Seis sencillos que siguen siendo reproducidos constantemente y la creación de una nueva marca que sigue con presencia mediática.
La historia de este visionario proyecto de Toronto, Canadá, es poco menos que triste, puesto que fue la primera agrupación virtual en décadas cuyo enfoque principal se encontraba en su proyecto musical, contrario a las películas o series animadas.
Su enfoque fue similar al de Gorillaz, generando un par de personajes con personalidades polares que fungían como los integrantes ficticios del proyecto, en este caso Simon (Jay Levine) y Milo ( James McCollum). Además, también nació como una banda de experimentos, tras la deformación de su proyecto principal The Philisopher King, llegando a ganar un Premio Juno a Mejor Grupo y nominaciones a Mejor Álbum por Hot Show (1998), Mejor Sencillo y Mejor Video por ‘Sucks To Be You’.
La banda fue todo un suceso en Canadá, llegando a lanzar tres discos con certificados de ventas que superaron los tres veces platino, transformándose en el proyecto 80 más exitoso de Canadá en la historia de Canadá. Sin embargo, la disquera Epic Records no logró transformarlo en un proyecto de impacto internacional, tras un cambio de nombre (Simon and Milo) para tratar de impactar en el mercado estadounidense, nunca lograron su objetivo de llegar a otros países y un par de años después, surgió la banda de Damon Albarn.
Tras sufrir rompimientos románticos densos y a punto del quiebre de sus mayores proyectos artísticos, Damon Albarn y Jamie Hewlett se encerraron en un bote por semanas como un refugio creativo y personal. Pasaron horas viendo MTV de día y de noche hasta que se dieron cuenta de que era realmente aburrido ver videos musicales y se les ocurrió la medicina para remediarlo: una agrupación animada.
Gorillaz nació como el escaparate experimental de ambos artistas, con un Damon Albarn que en un pseudo-anonimato ya no tenía que seguir con la narrativa creada en Blur, otorgándole la libertad de componer en todos los géneros posibles. El resultado fue un primer álbum mayoritariamente de canciones trip-hoperas que, sin querer, se convirtió en el álbum más vendido en la carrera de Albarn a nivel global, a tan solo unas semanas. Seis discos multiplatino lo convierten en el proyecto animado más importante de la historia.
Ella fue creada en agosto del 2007 por una compañía japonesa llamada Crypton Future Media, la cual desarrolla productos musicales como efectos de sonido y bancos de voz para la industria creativa del país asiático. Hasta entonces, su creación más relevante había sido el software Vocaloid, mismo con el cual se logra generar una síntesis de voz capaz de cantar con bastante credibilidad a través de comandos de texto. Es por ello que los líderes de la compañía decidieron dar un paso bastante interesante en la difusión de este programa de computadora, creando un personaje ficticio distinto para cada paquete de voz disponible, integrando una personalidad de anime a las voces de sus programas.
La primera creación con este propósito fue Hatsune Miku, la cual fue descrita al momento de su lanzamiento como «una voz femenina y linda con la que los profesionales puedan crear con sus combinaciones de tonos de voz claros». Lo genial de la historia es que la chica, cuyo único propósito era servir como una imagen publicitaria, terminó creciendo su propio universo ficticio hasta transformarse en la primera artista virual del mundo, una gran celebridad musical que ha logrado otorgar eventos sold-out en los principales foros nipones y del mundo gracias a su existencia virtual, generada por medio de una imagen holográfica, las voces programadas en Vocaloid y bases instrumentales generadas gracias a una Inteligencia Artificial.
Tras la gestión de la Internet y el crecimiento exponencial de YouTube como una plataforma no solo para compartir videos, sino también para monetizarlos, muchos artistas empezaron a ver la posibilidad real de gestar proyectos musicales independientes cuya mayor particularidad recaiga en sus audiovisuales.
Una de las más sobresalientes es este proyecto de pop-electrónico con base en Dinamarca cuyo álbum debut salió a la venta en 2013 y que incluye algunas de sus canciones virales como ‘Jenny’, ‘Ode To The Bouncer’ y ‘All Men Are Pigs’. El álbum no fue lo suficientemente exitoso como para continuar, pero a principios de este año el primer sencillo alcanzó nuevos niveles de popularidad gracias a Tik Tok y ahora están preparando su regreso junto a la cantante alemana Kim Petras.
Regresando a la tradición de gestar una banda animada como parte de la promoción y de la expansión del mundo ficticio de una serie de televisión, las chicas de 22/7 son las protagonistas del anime que lleva el mismo nombre. Un sönen con toques de ciencia ficción en el cual la música es interpretada por ellas mismas.
El proyecto musical es bastante hermoso con videos animados bastante originales y que resaltan la belleza del estilo artístico inherente a la cultura del anime. Por otro lado, las canciones son baladas pop electrónicas íntimas, cálidas, de un carácter introspectivo que incluso rayan en el dream-pop.
El universo de League of Legends se está expandiendo a todo tipo de productos tanto físicos como culturales, sin importar que sea un mundo nacido dentro de los videojuegos, Riot Games se ha propuesto a conquistar todo tipo de industria con su historia, expandiendo la experiencia de LoL a uno de los multimedias más complejos de los últimos años.
Entre lo más comentado de la cita, se encuentra la presentación de un grupo virtual de K-Pop llamado K/DA, una agrupación creada para introducir una colección de nuevos personajes que aparecieron sobre la arena de Incheon, Corea del Sur, en forma de hologramas.
El grupo está conformado por cuarto princesas asiáticas del mundo de League of Legends, mismas que cuentan con una canción original titulada ‘Pop/Stars’, un track pop que se desarrolla sobre una base de beats básicos, pero interesantes, muy al estilo de M.I.A, que fue compuesta por el equipo de desarrollo del juego junto a las artistas norteamericanas Madison Beer y Jamie Burns.