Por: Gabriel Adame Cruz
*Los comentarios emitidos son responsabilidad de su autor y no reflejan necesariamente la postura editorial del medio.
“Burócrata” es una palabra que usamos muchas veces de forma peyorativa e incluso la escuchamos frecuentemente como un insulto, que nos lleva irremediablemente a imágenes mentales de personas descuidadas en su arreglo, que “pseudo-trabajan” en cuartos desordenados, mal pintados y llenos de papeles que nunca se gestionan.
Pero si nos atenemos al origen de la palabra “burócrata” está viene del francés “bureau”, que significa escritorio y del griego κράτος (krátos = gobierno). Entonces un burócrata es alguien que ejerce el poder del escritorio y la burocracia como cuerpo de funcionarios es la encargada en cada Estado de ejecutar la decisión pública de forma eficiente y eficaz; lo cual además hace en los países democráticos con pleno respeto a los Derechos Humanos.
El verdadero burócrata es el servidor público, con vocación de servicio, que se ha formado sólidamente profesionalmente y que mantiene un escrupuloso y adecuado arreglo personal porque sabe bien que representa a la máxima organización que hemos alcanzado los humanos, el Estado.
Un ejemplo de burócrata es Rosario Green Macias, la primer Canciller de nuestro país. Mujer sólidamente formada profesionalmente, egresó de la licenciatura en Relaciones Internacionales de la UNAM e hizo estudios de posgrado en El Colegio de México y en la Universidad de Columbia, en Estados Unidos.
Quienes tuvieron el gusto de interactuar con ella en la Cancillería, en el Senado de la República (fue dos veces Senadora) y en su Partido (Secretaria General del Partido Revolucionario Institucional) comentan como sobresalía por su siempre adecuado arreglo personal, por su escrupuloso manejo del protocolo y meticulosa preparación para cualquier trabajo, incluyendo el conocer siempre a fondo a sus interlocutores.
Un ejemplo de esto último, es que en sus carpetas de trabajo de la Cancillería además de currículos e integrar los datos comunes de sus contrapartes, era necesario que sus colaboradores agregaran datos como: gustos, familia, aportaciones intelectuales y en general cualquier otro dato personal importante.
Ayer Rosario Green, quien fuera la primera Secretaria Ejecutiva de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, la primera mexicana en ser subsecretaria de Asuntos Políticos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU); a quien se le dieron dos doctorados honoris causa por su trabajo por los Derechos Humanos, en Ciencias Humanísticas por la Universidad de New Rochelle (Nueva York) y el segundo en Leyes por la Universidad Tufts (Massachusetts); nuestra primer Canciller mujer, la Embajadora Emérita, la internacionalista, escritora, política, diplomática, catedrática, la Mujer de Estado falleció.
Hoy la Burocracia Mexicana está de duelo, pero además de sus grandes logros Rosario Green nos deja a los servidores públicos mexicanos, un ejemplo de preparación intelectual y personal, de escrupuloso y honrado trabajo, y de amor a México y a los mexicanos. Una Mujer de Estado.