Reseña: Vice, un documento abrumador y de denuncia

// Por: Staff

mar 5 febrero, 2019

Kika Jurado

Durante la administración republicana de George W. Bush, Estados Unidos sufrió una de las más grandes ofensivas a su nación: el ataque terrorista que derrumbó las Torres Gemelas en Nueva York y el ataque al Pentágono en Washington. Las noticias sensacionalistas condenaron a los terroristas y los patriotas aplaudieron el inicio de la guerra contra Irak. El inicio de una ola de racismo y xenofobia contra la gente de oriente y los musulmanes en América, se alimentaba con la ignorancia de un pueblo ávido de venganza.

La cuestión del por qué se invadió a Irak en específico es ahora conocida como la macabra estrategia para activar la economía de armas y adueñarse del petróleo del país árabe. El terrorismo: el pretexto perfecto; la mente detrás: Dick Cheney, el entonces Vicepresidente de los Estados Unidos de América.

El ganador del Premio Oscar, Adam McKay dirige “Vice” una película que se ha vuelto un documento abrumador y que denuncia sin recato la tiranía, la mezquindad y los intereses personales de los líderes del país Americano a través de una ficción apoyada de una investigación exhaustiva. Lo interesante en el tinte narrativo de la historia es la propuesta que combina grandes momentos de comicidad exaltando al absurdo y un drama político lleno de traiciones y ambición.

Ambicioso, sumiso y poco proactivo

La historia cuenta los inicios de la carrera política de Dick Cheney, interpretado soberbiamente por Christian Bale, quién se transformó completamente, comprometiendo su cuerpo subiendo más de 20 kg, afeitándose la cabeza y aclarándose las cejas. Un joven sin ambiciones particulares, sumiso y poco proactivo que comienza a moldearse en el juego político durante las administraciones de Nixon y Ford. La biografía coloca al Vicepresidente más poderoso de Estados Unidos, como un gran monstruo sin escrúpulos que es capaz de traicionar a su misma hija con tal de ganar popularidad, pasar encima de vidas humanas para lograr sus ambiciones y manipular al presidente al mando; un soso George W. Bush interpretado por el nominado al Oscar, Sam Rockwell.

Esta sátira políticamente incorrecta contada a través de un peculiar narrador, viaja a través de las décadas mostrando la evolución de la personalidad política, la relación de co-dependencia con su ambiciosa esposa Lynne, interpretada por Amy Adams, y los retos que traía la enfermedad cardiaca que lo consumía. El brillante guión escrito por el mismo McKay, es sumamente provocador, brillante y ejecutado con una elegante dirección que amalgama un maravilloso diseño de producción e impecable maquillaje.

Las decisiones del republicano nacionalista Dick Cheney cambiaron al mundo y los efectos colaterales de sus ambiciosas estrategias siguen repercutiendo en la economía mundial al día de hoy. Además de seguir cobrando la vida de miles de inocentes.

La película con una hechura sumamente original con insertos de falso documental e imágenes de archivo, se vale de grandes recursos visuales para hacer una cinta divertida y reveladora.