Reseña: Isle of Dogs, una película que respira y exuda la particularidad de Wes Anderson

// Por: Staff

dom 6 mayo, 2018

Por: Kika Jurado

Wes Anderson se ha caracterizado por ser un director con una sello autoral muy particular. El estilo estético para filmar, la saturación cromática de la imagen, su obsesión por la simetría y la fidelidad a sus discursos políticos lo ha convertido en el realizador más importante de cine independiente en la actualidad. Nueve años después de Fantastic Mr. Fox (2009), Anderson retoma la animación en stop motion con una película que respira y exuda su memorable particularidad.

Un homenaje a Japón

Isle of Dogs es una propuesta visual maravillosa que se sitúa veinte años en un futuro distópico en la ciudad de Megasaki en Japón. Gracias a los brotes de gripe de perro, el alcalde Kobayashi decide tomar acción y exiliar a todos los perros a la isla de la basura. Cientos de ellos intentan sobrevivir comiendo basura que llega en bolsas y contenedores, mientras que en la ciudad un grupo de científicos buscan la vacuna que eliminará tan desafortunada enfermedad a pesar de la desaprobación del dictador. Cierto día una avioneta tripulada por Atari, el sobrino del alcalde Kobayashi, se estrella en la isla y un clan de perros alfa va en su ayuda, su misión: rescatar a su perro Spot.

La idea original nace de las mentes de Roman Coppola, Jason Schwartzman, Kunichi Nomura y el mismo Anderson quiénes querían hacer una película acerca del mejor amigo del hombre, pero también situada en Japón gracias a la influencia del cine de Akira Kurosawa. El director hizo honor a la cultura japonesa con una representación muy respetuosa, mostrando una historia de amor y fidelidad universal entre un niño y su perro que funciona en todos los niveles.

Un proceso de animación histórico

Los recursos técnicos que se utilizaron para crear esta comedia militante son asombrosos; el uso de la luz, la profundidad de las formas, los decorados, el diseño artesanal de cada personaje y sobre todo las texturas provocan querer levantarse y tocar la pantalla. Y es que la necedad del director por no usar efectos a computadora logró detalles tan increíbles como nubes hechas con algodón real, causes de río hechos con envolturas de sándwich y pelajes tejidos con lana de alpaca.

De nueva cuenta, el director de fotografía Tomas Oliver se encargó del proceso más complicado, la película contó con 50 sets con 40 animadores y 50 cámaras distribuidas en un espacio limitado. La precisión en cada toma es fruto de un trabajo minucioso con lentes gruesos y gran profundidad de campo. El reparto pareciera ser una lista interminable de talento genial que incluye a Bryan Cranston, Bill Murray, Jeff Goldblum, Bob Balaban, Greta Gerwig, Tilda Swinton, Scarlett Johansson y la recién ganadora del Oscar, Frances McDormand.

Anderson a su mejor nivel

Isle of Dogs inauguró la pasada edición de la Berlinale donde Anderson obtuvo el Oso de Plata como Mejor Director, y es sin duda uno de sus mejores trabajos; además el juego de palabras del título en inglés al pronunciarlo en voz alta como I love dogs es el toque adecuado para una película que celebra el amor y la redención en una historia que hace homenaje a los perros y a sus amos.