Reseña: Hotel Transylvania 3, una tercera parte para el olvido

// Por: Staff

dom 15 julio, 2018

Por: Kika Jurado/ @kikajurado

Los monstruos clásicos de la literatura aparecieron en una animación sumamente divertida en el 2012 de la mano del director ruso Genndy Tartakovsky, animador del icónico show de Nickelodeon El Laboratorio de Dexter. Hotel Transylvania (2012) narra la historia de Dracula, quién es el dueño del único resort exclusivo para monstruos alejado del mundo humano y es además un padre soltero aprensivo y conservador. La grandiosa premisa e impecable realización le lograron una nominación a Mejor Película Animada en los Globos de Oro de ese año.

La repetición de la fórmula

La tercera parte de Hotel Transylvania aparece seis años después de la original repitiendo la misma fórmula. Los monstuos clásicos enredados en divertidos gags y situaciones absurdas que provocan varias carcajadas. La genialidad y los aciertos en la construcción de cada personaje, han sido clave del éxito de esta franquicia llena de estereotipos absurdos como el hombre lobo cargando a una camada de cachorros hiperactivos que no lo dejan dormir haciendo alegoría a la paternidad no planeada, o el monstruo de Frankenstein que siempre llega en partes por paquetería para evitar pagar un boleto completo de avión. La familiaridad con la que nos reencontramos con todos los personajes es el gran acierto de esta tercera entrega.

Después de que Drácula aceptara el matrimonio de su hija Mavis con Jonathan y en la segunda entrega se estrenara como abuelo de un hermoso híbrido, la rutina y soledad empiezan a aparecer. Wayne, Griffin, Frank y Murray lo alientan a buscar citas en alguna app, pero él es incapaz de aceptar que pueda volver a enamorarse y sentir el “click”. A la par Mavis al verlo tan estresado, organiza unas vacaciones en un crucero monstruoso dónde Drácula conoce a Erika, la atractiva capitana que tiene secretas y malévolas intenciones con él. Después de volar en un avión operado por Gremlins, bucear en el triángulo de las bermudas y bailar con el Kraken, los monstruos vuelven a acentuar el mensaje de inclusión, aceptación y tolerancia.

Un filme entretenido, pero olvidaste

Ésta grandiosa franquicia que ha tenido gran éxito en taquilla internacional tiene una narrativa simple y bastante divertida que apunta a la misma premisa conmutada “los monstruos no quieren a los humanos” o “los humanos no quieren a los monstruos”. Sea cuál sea, la película cumple con entretener a la audiencia y divertir con las peripecias y situaciones absurdas, aunque en el fondo es una entrega bastante olvidable que no se compara con la originalidad de la primera o lo emotividad de la segunda.