Reseña: El Día de la Unión, un desastroso homenaje a Los Topos de 1985

// Por: Staff

mar 18 septiembre, 2018

Por: Kika Jurado/ @kikajurado

Las historias basadas en desastres naturales han sido narradas infinidad de veces por muchos realizadores cinematográficos durante los años, claramente sólo algunas han sido objeto de reconocimientos como es el caso de la clásica de Earthquake (1974) de Mark Robson. Aunque pareciera que la receta para hacer una película de este tipo es sencilla, en realidad no lo es cuando lo que se intenta es llegar a la sensibilidad del espectador.

La fórmula se vacila en una delgada línea entre la conjunción del lenguaje cinematográfico y la destreza en la narrativa que puede ser o sumamente funcional o sumamente desastroso y la segunda película como director de Kuno Becker cae en lo segundo.

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Una historia sobre el terremoto del 85

Max, un padre descuidado, recoge a su hijo en casa de su madre pero antes de llevarlo a la escuela tiene que parar en su oficina por lo que deja al niño en el estacionamiento subterráneo del edificio mientras ocurre el terremoto. A la par Javier, un ingeniero civil que termina de taxista, ve la ciudad derrumbarse mientras lleva a una pasajera al Hotel Regis y decide por las circunstancias ofrecerse de voluntario para sacar a la gente de los escombros.

La película producida por Anna Roth y Juan Aura y co-escrita por Patricio Saiz y Carlos Marín tiene un primer acto extraordinario, sin duda es imponente ver en pantalla grande un desastre natural que marcó la vida de muchos mexicanos y la producción y los efectos visuales son bastante impresionantes. La recreación de la época y el diseño de producción a cargo de Rafael Mandujano quien hizo el arte de Babel (2008) de Alejandro G. Iñárritu, nos transportan a los ochenta con facilidad. Sin embargo, la película cae en un hoyo lleno de subtramas predecibles e innecesarias llenas de clichés en el lenguaje audiovisual.

Un filme ambicioso 

Los detalles estuvieron supervisados escrupulosamente por Becker quien actuó, escribió, produjo, dirigió, editó y supervisó musicalmente la cinta, y tal vez acaparar tantos aspectos de un proyecto que involucra tantas decisiones provocó que ésta tuviera tantas carencias. Si bien, la intención primordial es recordar una catástrofe natural que marcó la historia de México y explotar la vena de lo ocurrido el año pasado cuando otro terremoto azotó nuestra nación, es inevitable no sentir que todos los elementos se alinean para manipular al espectador a través de la música imponente y los discursos heroicos estereotipados que seguramente funcionarán y provocarán esa intención.

El Día de la Unión (2018) es una película sumamente ambiciosa, no sólo por la gran producción que trae a sus espaldas sino porque llega a cartelera estratégicamente en estas fechas que causaron tanto dolor en los mexicanos y en lo destacable, la cinta ayuda en hacernos recordar cómo en la adversidad, México es un país lleno de gente con determinación, compasión y humanidad y también hace un buen homenaje al grupo rescatista Los Topos que tienen su génesis justo en el terremoto de 1985.