Por: Alonso Valencia
Los videojuegos y el cine nunca han sido una pareja fructífera. Desde que comenzó la masificación del juego electrónico a lo largo de la década de los 80, la idea de adaptar las franquicias más famosas ha sido una constante que se mantiene hasta la fecha.
Mortal Kombat, Super Mario Bros., Tomb Raider, Resident Evil, Street Fighter, Prince of Persia, Assassin’s Creed, y Doom, son sólo algunos de los títulos que han llegado a la pantalla grande de manera desastrosa.
Hasta este punto, es muy complicado encontrar un filme basado en un videojuego que haya sido por lo menos decente, y desgraciadamente Rampage no es esa respuesta.
Basado en el clásico de Midway estrenado por primera vez en 1986, Rampage: Devastación por su título en México es protagonizada por Dwayne Johnson y Naomie Harris, quienes por azares del destino, deben enfrentarse a tres colosales bestias que amenazan con destruir la ciudad de Chicago.
“La Roca” interpreta al Doctor Davis Okoye, un ex-militar que se ha especializado en primates desde un encuentro con un gorila albino, a quien salva de las manos de un grupo de cazadores furtivos.
Rampage nos muestra la relación entre Davis y George, el amigable e inteligente gorila, el cual es afectado por un extraño agente creado por científicos para alterar el ADN con mutaciones especificas seleccionadas de otros animales, y que casualmente cae desde una estación espacial en la reserva natural de San Diego en la que habita el simio.
Ahora bien, era más que lógico que al adaptar un videojuego que se basa en tres animales gigantes destruyendo una ciudad, la trama tendría que ser igual de rebuscada que la premisa. Desafortunadamente, los encargados del guion de la cinta, decidieron enlazar todos los puntos de una manera casi absurda en la que la historia y los puntos narrativos pasan a segundo plano.
Una de las principales problemáticas con Rampage no sólo es la trama, sino que hace uso de algunas estrellas de renombre en Hollywood como un atractivo para atraer audiencias solamente, ya que Naomie Harris, Jeffrey Dean Morgan y Joe Manganiello interpretan a personajes caricaturizados, cuya importancia nunca se hace presente en la cinta, y resultan por demás olvidables.
Lo increíble del asunto, es que hasta el mismo Dwayne Johnson se siente plano, sin rasgos definitorios aparentes, y como un héroe de acción que sólo está en el filme porque sí.
Visualmente, Rampage tampoco es un triunfo cinematográfico moderno. Lo que logra básicamente de manera indirecta, es contar con un look and feel de película de desastre noventera, algo así como Daylight de Sylvester Stallone, o incluso como la encarnación de Godzilla (1998) de Roland Emmerich.
A pesar de todo el director del filme, Brad Peyton, sabe que la película cuenta con todos estos puntos en contra y llega un punto en que incluso decide jugar con esto. Los villanos son una burla del estereotípico villano malévolo que atenta contra la naturaleza humana, la idea de los tres animales gigantes se utiliza para algunos momentos cómicos, e incluso Dwayne Johnson está al tanto de que este personaje quedará minimizado ante otras actuaciones en otros blockbusters de mayor calibre, por lo que explota su estatus actual en un rol imposible en la vida real.
Si esperaban que Rampage fuera una cinta que cambiaría el cine de acción de esta generación, definitivamente estaban viviendo bajo una roca. Esta adaptación llega a sentirse en momentos como la de Mortal Kombat (1995), en la que todos los involucrados pusieron un videojuego en el cine, sin enfocarse en lo absurdo o incongruente que sería un torneo de artes marciales con un monstruo de cuatro brazos contra una agente militar, sabiendo que estaban ahí sólo para darle un rato de diversión al espectador, y sin pensarlo crear una película kitsch que aún se recuerda hasta la fecha, siendo extrañamente fiel a su material original.
Al final no podría decir que Rampage es una película pésima, es exactamente lo que están esperando antes de entrar a la sala, y sus resultados no son tediosos ni horribles. Su mayor defecto es que simplemente está ahí, no para cambiar el cine, no para ser recordada por su pésima ejecución, ni siquiera para ser una diversión inherente como la saga de Rápido y Furioso. Rampage Devastación simplemente está ahí sin más.
Antes de entrar a ver Devastación, desconéctense y diviértanse con las secuencias de acción, ya que por lo menos cuenta con una destacable. Eso sí, si buscan una trama, no la van a encontrar nunca.
Calificación: 5/10