Sin importar si te gusta la política nacional o internacional, es inevitable hablar acerca de uno de los eventos más importantes que ocurrieron en la etapa histórica que estamos viviendo: El primer Presidente afroamericano de Estados Unidos, fue reelecto.
Sin fijarnos en la bandera, la nacionalidad, o el partido o preferencia política, en estos tiempos, hasta parece una utopía, que una nación desee que su presidente sea reelecto. Y eso que el sistema electoral en Estados Unidos es absurdo.
Y lo digo porque no sé si lo tengan claro, pero aquí, el ganador no es aquél con la mayor cantidad de votos totales (el voto popular), sino quien logra sumar la mayor cantidad de “votos” en el llamado Colegio Electoral. Un “colegio” que no es un lugar, sino un proceso: 538 votos repartidos entre los estados, de acuerdo con el número de senadores y representantes de cada uno; es decir, directamente proporcional a su población. Es súper complejo. Esto hace que se concentren recursos en muchos lugarcitos cuya única virtud, es ser territorio disputado. El ejemplo perfecto es Ohio. No sé si les tocó escuchar que muchos ojos estaban puestos en Ohio, pues desde hace un buen rato, es la obsesión de las campañas presidenciales. ¿Por qué? Pues porque en el sistema estadunidense, Ohio abre o cierra las puertas de La Casa Blanca.
¿Y qué decir de los latinos…?. Esta reelección básicamente se debió al 71% de los latinos que votaron por Obama. Digámoslo como lo que es: Obama fue reelecto, prácticamente, con el apoyo del voto latino.
Soy orgullosamente mexicana. Me enorgullezco en formar parte del 16% de la población que es identificada como Latina en Estados Unidos. Tengo la oportunidad de trabajar aquí y de llevar mi vida en dos lenguajes.
Formo parte de la generación que habla español con orgullo, y si algún día tengo hijos aquí, sé que una de las mejores herencias que les puedo dejar, es que crezcan bilingües.
¿Ven? Tal vez los latinos ya somos como Ohio: abrimos o cerramos las puertas de La Casa Blanca. Somos el grupo minoritario más grande; y hoy, estoy segura que no somos un gigante dormido. Los Latinos en E.U. salieron en masa a votar. Exigieron su derecho al voto para así ser reconocidos, escuchados y lograr que Washington cree y vote por políticas que afectan a nuestra comunidad y por ende, a Estados Unidos, la nación en la que vivimos.
Independientemente de la afiliación o preferencia política, yo espero que los latinos sigamos unidos y estemos presentes de manera activa para presionar en obtener las reformas que necesitamos. Sin importar el país en el que vivamos, ya basta con que los latinos nos quedemos relegados. Busquemos cambios reales, que nuestros niños y jóvenes tengan acceso real a la educación. Que el español como lenguaje, sea un legado y un orgullo, y que sea como un gran complemento en la formación de una persona. Que los latinos puedan ingresar fácilmente a las universidades en Estados Unidos. Lograr ser el grupo minoritario más grande, con educación superior. Que tengamos todo lo que necesitamos para ser exitosos e impulsar a ésta, o a la nación en la que vivamos. Busquemos coexistir con el resto del mundo.
Parece que ser latino está de moda. Aprovechemos y crezcamos. Ahora, hasta Disney tiene a Sofía, a su “Princesa latina”.
Luego entonces, que el voto latino no sea sólo una canción, no sea sólo una ilusión, sino una respuesta efectiva a nuestros problemas y demandas. Exijamos una política de absorción de latinos o de regularización de papeles. Y que el voto latino no haya sido sólo por temor a que los republicanos “nos persigan”.
Recordemos que Obama ya estuvo 4 años en el poder y no pudo cambiar la realidad de los latinos que viven en Estados Unidos. Por ejemplo, ¿“Dream Act” es una promesa, es realidad o es una esperanza? Hagamos de esa iniciativa una realidad.
Hay mexicanos o latinos que llevan 20 o más años sin ver a sus familias porque no tienen papeles en regla, a pesar de llevar años trabajando en empleos estables. Sí hay trabajo disponible para nosotros en Estados Unidos, pero sin papeles, sólo puedes arriesgar tu vida para conseguirlo.
Qué tal si seguimos con las utopías y pensamos en una política continental (América como continente). Sin importar si eres demócrata, conservador lo la bandera que lleves, sé que sí hay plataformas o factores que tenemos en común, como lo son seguridad, salud, cultura, justicia social.
El voto latino hizo la diferencia en E.U. Ahora, como mexicanos tenemos una responsabilidad específica que nos toca, ya que existe un buen historial de política exterior en México, y sobre todo, por nuestra ubicación geográfica. Veamos hacia el norte, pero también nos toca ver hacia el sur.
No podemos negar que culturalmente, tenemos mucho camino recorrido y podríamos decir que estamos reconquistando, pero ¿por qué no hemos logrado llegar a las leyes?
Si no hubiera pobreza en nuestros países, Estados Unidos no “tendría” o no le estaríamos exigiendo que establezca una política migratoria, pues no tendríamos paisanos tratando de huir de la pobreza. Cómo sacar a la gente de la pobreza.
Hoy le escribo a todos los latinos y sobre todo, a los mexicanos, exigiendo que nos integremos en serio. Démosle un giro latinoamericano a nuestro desarrollo. Innovemos.