A mi parecer, los tatuajes de Henna son un arte que, desafortunadamente, se ha devaluado con el nacimiento de nuevas tendencias. Pasó de ser una técnica oriental antiquísima, a ser el pretexto para “no tatuarse en serio”. Ciertamente el concepto y uso de esta planta ha cambiado y variado con el paso del tiempo. Por esto, y por mi constante curiosidad por estos tatuajes desde que era chica, decidí buscar realmente de qué iba esta técnica y qué parte de lo que practicamos en occidente es verídica.
La tradición de tatuar con henna comenzó en la India en el siglo XII, un lugar donde el arte de pintarse diseños en las manos, surgió como ritual religioso, en el cual se comunicaban con sus deidades a través de dicha tinta. De hecho, en la India no se ve este arte como un tatuaje; para ellos es más bien un equivalente a maquillaje. La encargada de hacer los diseños en aquella época solía ser la esposa del barbero. Se dice que la creación de anillos y pulseras de henna surgió como una opción a un grupo socioeconómico que no podía darse el lujo de comprar joyería.
A partir de ahí, su uso se extendió a tinte para el cabello y decoración para novias en su boda (técnica conocida ahora como “mehndi”). Existe una variedad de figuras con significados especiales, desde una mejora en la relación suegra-nuera, hasta en la suerte que la novia tendrá en su matrimonio.
Y sí, a diferencia de aquí, en el oriente los tatuajes no iban sobre la piel; con una aguja, la tinta iba por debajo de la epidermis, haciendo el proceso un poco más doloroso y susceptible a infecciones. A pesar de esto, por la naturaleza de la tinta, los tatuajes eran temporales. Asimismo, su duración en la piel y el tono que tomara (del rojo más claro a un negro intenso) varía dependiendo del clima.
Ciertamente, más allá de sólo ser patrones bonitos que llegaron a evolucionar en lagartijas y tribales que todo mundo se hace en la playa, la técnica y razón de ser de estos diseños es mucho más interesante de lo que parece. Sería interesante ver la llegada formal de esta técnica a nuestro país; con artistas dedicados y formados en esta disciplina, que pudieran trabajar para diseños de algunos aficionados por el arte de la tinta en la piel.
¿Te harías un diseño así?