Reseña: Rodrigo Musi
La calidad es difícil de encontrar, la perseguimos en todo lo que consumimos. Siempre habrá quien busque atajos para todo, desde arreglarse en la mañana hasta construir un edificio. Pero todos, sabemos cuando algo es realmente de calidad: ya sean unos tacos al pastor, o incluso un corte de pelo, hay algo en ella que simplemente sentimos inmediatamente. Por que como sabemos, lo barato sale caro. Mucha calidad condensada en un sólo lugar es algo difícil de encontrar, pero es justamente lo que sucede en Millesime.
Los chefs mexicanos que participaron en el evento fueron:
Pedro Evia: K´u´uk – Mérida
Ángel Vázquez. Intro – Puebla
Paul Bentley. Magno – Guadalajara
Rodolfo Castellanos. Origen – Oaxaca
Solange Muris. Manzanilla – Ensenada
Fernando Martínez Zavala. Yuban – CDMX
Eduardo Palazuelos. Zibu – Acapulco y Mar del Zur – CDMX
Federico López. Yacht & Beach Club – Isla Mujeres
Atzín Santos. Atalaya – CDMX
Diego Niño y César Vázquez. Nexo – CDMX
Daniela Mier. Lum -Chiapas
Jose Meza. Carolina – Riviera Nayarit
Elena Santos (Cocinera Tradicional del Perú)
Juanita Bravo (Cocinera Tradicional de Michoacán)
Mercedes Oropeza (Cocinera Tradicional de Venezuela)
Miriam Peraza (Cocinera Tradicional de Yucatán)
Mónica Beteta (Guadiana y Costa Guadiana)
Lula Martin del Campo (restaurante Roca)
Tonatiuh Cuevas (restaurante Zanaya-Four Seasons)
Jose Antonio Salinas (Balcón del Zócalo)
Mate Zorrilla. Cocina molecular- NH Collection
Fernanda Prado –Gelatoscopio
El evento empezó a la una, con una cata que organizó la mezcalería Unión, enseñando las diferencias entre los agaves espadín, tobalá y cirial.
Terminando el evento, recorrimos del lugar, había muchos puestos, todos ofreciendo algo. Podías detenerte donde quisieras para probar, platicar o simplemente a mirar. No había ninguna limitante.
La siguiente parada fue en un puesto de cervezas artesanales, nos recomendaron una cerveza de ensenada llamada, Vaquita Marina, que en realidad estaba muy buena. Cerca de ahí estaba un puesto de la Europea donde podías elegir entre muchos productos Premium. Seguido del puesto del mezcal Garrafas. Había otros mezcales, con otras combinaciones y otros nombres.
Buscando el bocadillo perfecto, llegamos al stand de Casa Madero, donde regalaban vino, cerveza y mezcal una extraña y potente combinación. La velada estaba avanzada, y muchos de sus vinos de muestra ya se habían terminado, pero el encargado del lugar nos dio algo que el definió como “el mejor vino del mundo”, un Shiraz 2013, con viñas de 30 años en promedio, dos años en barricas de roble americano, luego dos años más en bodega antes de salir al mercado.
La velada se acercaba al final, y decidimos ir a Charaní, para los que no saben lo que es resulta que hay un tipo de destilado que se llama Charanda, que no es Ron, pero similar (con base de caña de azúcar también) y que es una de las cinco bebidas con denominación de origen en México.
Así, mientras el lugar se vaciaba, decidimos terminar la expedición. Fue una gran experiencia a lo que simplemente concluiré: Millesime 2018, te espero con amor.