Después de haber tomado la gran decisión de hacerse un tatuaje por primera vez (o segunda, o tercera…), invariablemente llega un pensamiento a nuestra mente: “¿Me dolerá?”
Siendo que un tatuaje es, en términos literales, una herida, puede llegar a doler. Es una realidad que algunos sufren más con el dolor, otros no tanto; unos se aguantan más, otros desertan. Sin embargo, es un hecho que hay zonas del cuerpo que pueden ser más dolorosas o molestas que otras.
Es común que la gente compare su tolerancia al dolor, y a veces éste es un marco de referencia poco confiable para el dolor que en realidad puedes llegar a sentir. Sí es importante mentalizarse a que puede causar molestia (tomando en cuenta la zona del cuerpo que será tatuada), pero tampoco hay que horrorizarse por ello. Al final del día, si fuera algo realmente insoportable, ¡nadie lo haría!
Ahora bien, a continuación muestro un sencillo esquema de las áreas en las que se puede sentir una mayor incomodidad (me gusta que la imagen dice “discomfort”, porque en realidad no necesariamente tienes que sentir dolor, puede ser una molestia leve).
Como es de esperarse, hay áreas que evidentemente son más sensibles, y cualquier intento de meter tinta con una aguja puede causar una incomodidad terrible, incluso un dolor significativo; eso ya es decisión de la persona que se haga el tatuaje. Es importante mencionar que algunas áreas, como el brazo y la pierna, que podrían parecer menos dolorosas, pueden tener menos músculo, y por estar cerca de un hueso, aumenta instantáneamente el nivel de dolor que sentirás. Reitero, esto no quiere decir que vaya a ser un sufrimiento inquisitorio, sólo son recomendaciones en caso de que no estés seguro en qué parte del cuerpo tatuarte.
Ahora que ya conoces un poco más de las zonas recomendables para “sufrir menos”, ¿dónde te harás tu tatuaje?