¿Imaginaste alguna vez cómo sonaría Joy Division si tocara hip-hop? ¿O si los Radiohead rapearan? Solo una mente retorcida como la del versátil (y camaleónico) Danny Brown podría soñarlo, llevarlo a cabo y lograrlo a la perfección: Atrocity Exhibition (2016), su obra cumbre. Sí, Atrocity Exhibition, como el hipnótico tema inicial de Closer, segundo álbum de Joy Division, banda a la que el rapero de Detroit suele citar como influencia musical, junto a los de Tom Yorke y a Nine Inch Nails. Y eso se nota a la perfección en lo dramático, opresivo y gótico del álbum.
Por aquellos años, cuando levantabas una piedra, aparecían cuatro o cinco álbumes de hip-hop. Ante esa situación, sobresalir era muy difícil, pero Danny Brown lo logró con un trabajo que tiene todas las características de un clásico de culto. No es tarea sencilla escapar de los temas que conforman Atrocity Exhibition. Desde el momento cero, hasta la última rima de ‘Hell for It’, el intérprete y un equipo de productores, músicos y compositores trabajaron a destajo para la construcción de un material dinámico, intenso, casi tan brillante, como peligroso y valiente, marcado por el peso de las rimas y un uso cuidado de los samples.
Al más frecuente, constante y talentoso de sus colaboradores, Paul White, mejor conocido por su participación como productor del eufórico True Romance (2013) de Charli XCX, se le atribuyen 10 de los 15 temas del tracklist del LP, pero nombres como Evian Christ, Black Milk o The Alchemist, también son importantes para la calidad distintiva del disco.
Atrocity Exhibition (2016) puede verse como el cierre perfecto de la trilogía que comenzó en XXX (2011), siguió en Old (2013) y culminó en 2016 con esta obra maestra, hasta la fecha, el mejor álbum de hip-hop industrial editado. No importaba lo que estaba sucediendo con la música en aquella mitad de década, la aguda escritura emocional de Danny Brown estaba nuevamente en plena exhibición.
Su debut llegó con la promesa de una salida. Old reflejó el nuevo estilo de vida alcanzado gracias al éxito. Este registro, tan oscuro, lúgubre e incómodo, continúa sugiriendo que algo más profundo sigue obsesionando a Brown. Él evitó sacar a la luz todos sus demonios y convirtió a Atrocity Exhibition en un proyecto introspectivo y experimental.
Evidentemente, al ser un bosquejo cercano a lo autobiográfico, las colaboraciones de otros artistas están más limitadas. Pero cuando aparecen, brillan con luz propia y son excelentes. La terna que componen Kendrick Lamar, Ab-Soul y Earl Sweatshit roza un verdadero “dream team” del hip-hop. El trío compite con Brown para ver quien rapea las mejores líneas en ‘Really Doe’. En ‘Rolling Stone’, los estribillos están a cargo de la cantante sudafricana Petite Noir y la dulce voz en las rimas de ‘From the Ground’ es de Kelela. Y el indómito B-Real (Cypress Hill) colabora en ‘Get Hi’.
Para un artista, enlazar y resumir tan perfectamente el caos de su propia vida en una lista de 15 canciones, es una clara demostración del talento de Danny Brown como músico. En Atrocity Exhibition (2016) vemos a una persona en su punto más vulnerable, no reflexionando sobre el amor perdido o su vanidad y arrogancia, sino haciéndole frente a su existencia problemática. Esta calidad lírica combinada con una producción sublime lo convierte en un álbum emocional, trascendental e imperdible. Por todo esto está catalogado como uno de los álbumes de la década. Y muy bien ganado lo tiene.