//Por: Santiago Rodríguez
Hay muchos tips que podemos compartir de fotógrafo a fotógrafo. La realidad que representamos puede estar modificada por detalles tan importantes como la composición, el encuadre, el filtro, los planos, la distancia, los puntos focales… Pero quizás uno de los primeros pasos para entender cómo mejorar las fotografías sin meterse demasiado en tecnicismos es la luz. La luz es la vida del fotógrafo. Al final, lo que capta nuestra cámara son variaciones de luz. La luz es como el anillo único: quien domina la luz, dominará la fotografía. En breve, la luz es el reflejo de nuestras emociones, ideas, sentimientos como fotógrafos y, por ello, hay que respetarla y conocerla.
Cabe decir que cada tipo de luz tiene su encanto. Puede ser luz natural, artificial, de relleno, de rebote, mixta con diferentes cualidades que modificarán los colores, contrastes, brillos e incluso el volumen dentro de la fotografía. Una forma de dividir las cualidades de la luz es en su intensidad: luz dura o luz suave. En otra ocasión haremos la contraposición con luz suave y sus trucos. Pero hoy, precisamente hoy hablaremos de la luz dura.
La luz dura nos ayudará a mejorar nuestra expresión fotográfica. Nos ayudará a prestar más atención a un detalle tan importante como es la iluminación en una fotografía. Pequeño detalle del que depende que la cámara capte algo en una imagen. Se le llama luz dura porque es intensa y marca fuertemente las sombras. Permite los contrastes fuertes, destaca volúmenes, destaca las sombras y aún más los contornos iluminados. Es una tarjeta gratis para destacar elementos fácilmente (“fácilmente”). Piensen en Caravaggio y su estudio de cómo la luz puede afectar una imagen. Encontramos líneas fuertes, puntos de fuga marcados y perfiles muy definidos. Todo gracias a las sombras o bien, gracias al uso de la luz.
¿Cómo lograr la luz dura? Generalmente, se logra con la distancia. Cuando una fuente de luz está cerca del objeto, entonces tenderá a hacerse luz dura. Está enfocada con intensidad sobre el objeto. Cuando se difumina o se aleja, se convierte en luz suave. Es el mismo principio de acercar o alejar una linterna (sirve la del celular). Los factores a tomar en cuenta es el color, la dirección, el tipo de fuente de luz y su intensidad. Si tienes focos “móviles” o linternas, podrás concentrar la luz haciendo cilindros de papel. Hay que entender que mientras más cerca esté de un objeto, mayor será el efecto de dureza. Mientras menor sea la fuente de luz (no en intensidad, sino en tamaño) la luz se endurecerá más. La dirección es la que permite al fotógrafo descubrir nuevas perspectivas. En ese sentido, podrás cambiar incluso la forma del rostro de alguien sólo por la dirección de la luz dura. Sin Photoshop. Es la magia de la luz.
Comparto algunos tips aplicados del uso de la luz dura. En un retrato, por ejemplo, se puede crear prácticamente a otra persona. Si la luz es lateral, podrás aumentar el volumen y resaltar las texturas; cuidado con granos o imperfecciones faciales, porque se marcarán como montes y cráteres. Dependiendo el ángulo de la luz, podrás resaltar facciones del rostro como la nariz, los pómulos, los labios o esconderlos, si es el caso.
Cuando la luz es frontal se resaltan los detalles del rostro, se reducen las texturas y se disminuye un poco el volumen; se pueden resaltar ojeras, también, así que es recomendable maquillar esos detalles, si así se requiere (dar un poco de ángulo a la luz frontal ayudará a resaltar el rostro, pintando con las sombras que se generen). Cuando la luz es cenital, se crearán sombras marcadas bajo los ojos, la nariz y el mentón; dicho de otro modo, se puede reducir la mandíbula, “sacar punta” al rostro. Si la luz está colocada en contra picado (nadir) se crearán sombras antinaturales en el rostro, aumentarán los rasgos bajos y generalmente se le da un toque más grotesco o violento al retrato.
Intenta jugar con la luz, pero recuerda: es tu amiga. Es una amiga que puede también resaltar los errores en tus fotografías. Hay que conocerla y, para ello, debemos saber cómo y dónde medirla. Las cámaras traen diferentes opciones para la medición de la luz, como son matricial, puntual o ponderada. La matricial buscará en todos los tonos de la escena y creará un valor homogéneo. La puntual medirá la luz en el punto exacto donde se coloca, es la más exacta de las mediciones y muy útil cuando existe una diferencia muy notable entre el objeto y el contorno (como el retrato con fondo negro). La medición ponderada sólo busca el centro de la imagen; crea una matriz con el centro de lo que queramos tomar, lo cual ayuda a resaltar objetos cuando estás creando una composición.
Contrastes. Luz y oscuridad. Color y vacío. La luz dura nos permite jugar con la realidad e incentivar la imaginación. Juega con ella, diviértete.