Jordan Peterson, el intelectual canadiense que está siendo atacado por los medios musicales del mundo

// Por: Oscar Adame

mar 14 agosto, 2018

Este año estuvo repleto de criticas por parte de los medios musicales más importantes del mundo como Pitchfork, Consequence of Sound, la NME o Stereogum, no publiquen una nota en contra del psicólogo y escritor Jordan Peterson.

Por alguna razón, las plataformas musicales parecen haberse unido a los medios tradicionales en su odio al profesor de la Universidad de Toronto, que desde hace algunos meses incluso fue considerado como “el intelectual más relevante de nuestra época”, según el New York Times.

Cuando los medios musicales que, por definición, no deberían ser políticos empiezan a trazar una postura en contra de una persona basados en la descalificación ideológica, nos preguntamos cuál es el papel de estas plataformas en su función de la formación política de la juventud anglosajona y de sus intenciones con este poder.

Pero, ¿quién fue Jordan Peterson previo a la fama? 

Jordan Bernt Peterson es un psicólogo clínico experto en psicología anormal, social y de la personalidad, su obra se ha visto identificada por el interés que tiene en la interpretación arquetípica junguiana en las historias bíblicas y clásicas películas de Disney. 

Él empezó a estudiar Ciencias Políticas en el Colegio Regional Grande Prairie, terminando la carrera en 1982. Tomó un año sabático para celebrarlo, pero se obsesionó con una nueva área de estudios cuando viajó a Europa para aprender sobre los procesos socio-políticos por los cuales atravesaron las sociedades autoritarias de mediados del siglo XX. Curioso por saber qué hace que una persona se una a una causa como el nazismo y el estalinismo, inició la carrera en psicología en la Universidad de Alberta.

Su primer trabajo fue como profesor e investigador estrella del departamento de psicología de la Universidad de Harvard. Sus clases fueron las mejores calificadas por los alumnos de la carrera, y sus estudios sobre el abuso de drogas y alcohol como influencia en la agresividad de las personas fueron aclamados.

Fue en esta etapa en la cual decidió escribir su primer libro titulado Maps Of Meanning, un texto académico que utiliza la teoría del Análisis Crítico del Discurso para describir la forma en que las personas construyen sus propias ideas, creencias y la imagen de sí mismos. Es un texto repleto de citas de famosos pensadores que cuenta en su centro al mitólogo creador de la teoría del Viaje del Héroe, Joseph Campbell, a psicólogos como Freud y Jung, y a literatos como Fyodor Dostoyevsky. Su objetivo con este libro fue el hacerse de todo el conocimiento necesario para ayudar a sus pacientes clínicos con pensamientos suicidas.

En 1998 regresó a Canadá a ocupar una vacante en la Universidad de Toronto, ahora mismo hay un texto escrito por el director de la carrera en el cual relata cómo fue su primer acercamiento con Peterson y las razones por las cuales abogó por él infinitamente para que se diera su contratación. El texto publicado en The Star termina con Bernard Schiff, mostrándose atemorizado ante la posibilidad de que Peterson llegue a ocupar el puesto de Primer Ministro en Canadá.

Ascenso a la fama, contra el proyecto de ley C-16

Peterson se caracterizaba por ser una persona fuerte, recta, que siempre expresaba sus ideas de forma puntual y sin titubear. Tal vez son estas características junto con su conocimiento profundo sobre narrativa y sus cientos de clases universitarias, lo que lo transformaron en uno de los oradores más impactantes de la actualidad.

Es un pensador rápido, un teórico que domina planteamientos difíciles de penetrar, que difunde sin titubear ideas que han sido muy controvertidas pero que siempre mantiene un rigor académico y una objetividad científica. No importa lo que diga, siempre mantiene citas y dicta ejemplos investigativos.

Su perfil saltó de intelectual obscurecido a figura pública gracias a su pronunciamiento en contra de un proyecto de ley canadiense, el C-16, la cual obligaría a todos a utilizar el pronombre preferido de las personas transgénero. A Peterson no le gustó esto, dejó en claro que siempre ha respetado a sus estudiantes y que si alguien se acercara para decirle cómo quiere que lo llamaran no dudaría ni un segundo en hacerle caso, pero se fundamentó diciendo que la propuesta era autoritaria, que restringe totalmente el derecho de libre pensar.

Citó a la novela de George Orwell 1984 con la policía del pensamiento, y se basó en la teoría de la neurolingüística para criticar a este movimiento de ley como una técnica de manipulación social por parte de los académicos y líderes de la extrema izquierda, para hacer que todos sucumbieran ante su ideología.

Sus primeros pronunciamientos se hicieron virales, con imágenes de docenas de jóvenes defendiéndolo de personas que abogaban por el cambio de ley. Después llegaron las entrevistas televisivas y los debates, en los cuales dejó sin habla a cada teórico de izquierda que se le parara enfrente. Su discurso hizo que la ley se detuviera y que iniciara un movimiento anti-Trudeau muy fuerte en Canadá.

El libro más vendido del año y  la crítica desde la izquierda

Su perfil no fue una moda pasajera dentro de Canadá por dos razones, una es que se le siguió consultando en los medios norteamericanos para prácticamente cualquier tema político, y otro es que ya contaba con una cantidad de contenido original risible dentro de la Internet.

Cuando Peterson le reclama a cualquier entrevistador por citar líneas incompletas de su pensamiento diciéndole “eso no fue lo que dije, soy muy cuidadoso con las palabras que utilizo, hay más de 2,000 horas de mis clases e investigaciones en YouTube”, no está mintiendo. Literalmente tiene cientos de videos de sus clases, conferencias y lecturas dentro de su canal de YouTube, el cual está a punto de alcanzar los dos millones de subscriptores.

A lo largo de su carrera como profesor se hizo de una figura centrada en crear contenido multimedia. Creyó que si ayudaba a sus alumnos podría terminar por ayudar a quien lo necesitara si subía a la Internet sus clases, y eso fue lo que hizo por años. Ahora su canal de YouTube le da veinte veces más dinero de lo que la Universidad de Toronto, razón por la cual se ha mantenido como un pensador muy interactivo. Hace sesiones de preguntas y respuestas en vivo, invita a su comunidad de seguidores a participar en sus podcasts e incluso es sencillo agendar una sesión terapéutica vía videochat con él.

Fue entre noviembre y diciembre del año pasado, cuando empezó a recibir el odio de los pensadores de izquierda, gracias a declaraciones en contra del postmodernismo y largas pláticas desacreditando movimientos como MeToo, el apoyo a las minorías y el feminismo. Él se considera un “liberal clásico” pero todos los demás parecen haberlo colocado como la figura central de la extrema derecha actual.

Desde entonces, cada vez que da una conferencia pública tiene que haber seguridad capacitada para detener a aquellos que ofendidos por sus declaraciones deciden golpear paredes, gritar para que sea imposible escucharlo, grafittear mensajes de odio hacia él en plena conferencia e, incluso, defenderlo de golpes.

Fue en enero cuando su importancia se hizo incuestionable con el lanzamiento de su segundo libro 12 Reglas para la Vida, Un Antídoto para el Caos. Es un título de auto-ayuda en el cual Peterson profundiza en una serie de reglas que él cree es necesario seguir para encontrar el máximo potencial y la estabilidad emocional de quien lo lee.

El título ha sido muy bien recibido, pero ha traído controversia la forma en cómo los medios han hablado de él. Lógicamente es el libro de no ficción más vendido del año, lleva más de un millón de copias vendidas alrededor de todo el mundo. The Wall Street Journal y The Washington Post lo tuvieron en el #1 de los más vendidos por tres meses y sigue siéndolo en Amazon, a más de cinco meses de haberse lanzado. Sin embargo, The New York Times, Los Angeles Times e IndieBound no lo mencionaron si quiera.

Es en este punto en el cual se empezó a notar una clara resistencia de los medios “liberales” en contra del impacto de Jordan B. Peterson, misma que parece haberse extendido a los medios musicales.

¿Por qué lo desaprueba la izquierda?

Pese a que su objetivo siempre ha sido mantenerse apolítico y ayudar a sus seguidores con mensajes como “deja de llorar, levántate y haz algo por ser quien quieres ser, por el amor de Dios”, sus mensajes han sido interpretados por infinidad de personas como racistas, machistas, puristas, y naturistas.

Eso es porque Peterson es un opositor de la política de identidad, del obtener valor social a través de grupos ideológicos y sociales fijos. Es un objetivista que cree en el individualismo y en la realización por medio de obtener tus propias metas con tus propios fines, tal como la pensadora rusa de Ayn Rand lo hizo a mediados del siglo pasado. La autoestima no viene de ayudar a los demás, si no a uno mismo. “El postmodernismo es una forma de mantener el marxismo bajo un nuevo disfraz. El marxismo se basa fundamentalmente en el odio más que en la simpatía y la empatía”, ha declarado en diversas ocasiones.

https://www.youtube.com/watch?v=WWGXosh6acA

Él no cree en la desigualdad basada en la raza o el género, ni considera que la clase social sea un problema significativo en occidente. Peterson cree que las desigualdades son parte de un proceso natural de jerarquización y argumenta que todos estos problemas han sido derivados de cuestiones igual de naturales, definiendo que las mujeres no encontraron tantas oportunidades en el pasado, no por la opresión de los hombres, si no por causas referentes al poco control que se tenía sobre la natalidad. En general, tiene argumentos bastante convincentes en contra de todos los temas que defienden los grupos políticamente correctos, y eso lo ha hecho un dolor de cabeza para miles de personas.

Él cree que la mejor forma de abordar la desigualdad es fortaleciendo al individuo y que uno de los grupos más vulnerables del presente son los hombres blancos, gracias a los movimientos radicales de izquierda que los señalan como los culpables de todas las atrocidades del mundo. Como psicólogo clínico es una persona segura de que lo peor que se le puede decir a alguien en proceso de crecimiento es el categorizarlo como una víctima. Una víctima se vuelve vaga, no toma responsabilidad de sus actos y se postra en su zona de confort porque está segura de que su miseria no es culpa suya, si no de los demás, se vuelve rencorosa sin siquiera haber intentado algo. Es por esta noción que Peterson está en contra de todos estos movimientos que no hacen más que fomentar un odio irracional hacia los grupos ‘opresores’ y que reduce el valor de los ‘oprimidos’.

Las publicaciones de los medios musicales

Las publicaciones en contra del profesor dentro del ámbito musical iniciaron el 2 de agosto, cuando Pitchfork decidió escribir una nota de la fotografía que Peterson compartió dentro del estudio de Mumford & Sons con la banda a su alrededor. Aunque esta fotografía fue compartida en febrero.

“El profesor de psicología que se hizo internacionalmente famoso por denunciar el feminismo y a otras justicias sociales, compartió una foto con Mumford & Sons en Instagram”, describe en el primer párrafo previo a decir que “Peterson no acepta el reconocimiento de los pronombres neutrales”, desvirtuando con cada línea que cita el medio lo que ha dicho realmente el psicólogo en sus entrevistas.

Consequence of Sound lanzó una nota similar el mismo día, describiendo al profesor como “el intelectual favorito de los blancos privilegiados”. La desinformación se propagó a medios como NME, Stereogum y Paste Magazine, lo cual es normal tomando en cuenta que la publicación norteamericana es fuente de información para las demás, pero fue cuando empezaron a publicar notas diarias a Peterson que empezó a ser notable que esto puede ser más que sólo una publicación click-bait.

Nos preguntamos entonces qué pasa con estas plataformas que pretenden ser nuestros líderes de opinión con respecto a la música. Son estas mismas páginas aquellas que hacen que un artista con visiones políticas distintas nunca salga a la luz, aquellas que prefieren destruir con críticas a Kanye West y tacharlo de loco por votar por Donald Trump. No son pocas las personas que creen que los últimos trabajos de West no han sido llamadas obras maestras sólo por su postura a favor del controvertido presidente de los Estados Unidos.

El arte es el principal medio que tiene el hombre para orquestar un discurso socio-político, a veces inconscientemente, es por ello que resulta alarmante que en lugar de tomar los aspectos compositivos y de producción para calificar a la música, pareciera ser que ahora lo hacen desde un punto de enfoque social.

La ideología política no debería de ser una limitante para que los grandes artistas sean considerados como lo que son, grandes artistas, y los medios dedicados a apoyar al arte no deberían de estar atacando a un hombre que se ha vuelto famoso por profundizar en ideas que estos puedan considerar como ‘incorrectas’. Lo único que se genera con esto es causar una mayor separación y un mayor odio entre personas que no comparten puntos de vista.

The Atlantic lo dice en su artículo “¿Por qué la izquierda le teme tanto a Jordan Peterson?”, pero parece ser que lo contra-cultural es ser parte del pensamiento crítico libertarista de centro derecha, y lo correcto es defender la igualdad forzada y violentar a aquellos que piensan distinto.

La discusión no es si Peterson tiene ideas bien fundamentadas o no, lo que llama la atención es que es un hecho que los medios se han abalanzado en su contra por sus ideas, vetando su discurso sin profundizar en las teorías, y distribuyendo una crítica sin fundamento ante un intelectual que ha mostrado muchas características admirables. No hay que temer de Peterson, hay que temerle a aquellos que lo silencian.