// Por: Ernesto Cruz

lun 20 junio, 2022

Fotos: @la.danisela

Jesse Baez, después de mucho tiempo: para él y para mí. Para él porque, después de diez años de carrera y muchos EP’s de culto, finalmente sacará a la luz su primer producción de larga duración; y para mi porque, después de mucho buscarlo, por fin pude entrevistarlo. Y creo que ha llegado en el mejor momento posible. 

Es un tipo que transmite autenticidad apenas empiezas a hablar con él. Basta cruzar palabras durante un par de minutos para darte cuenta de que es un artista que hace música porque le gusta y lo demás le sale sobrando. Estamos en la Roma, en una ciudad que no le resulta en absoluta ajena: es tan guatemalteco como Arjona, tan de Chicago como Jordan, tan regio como el Babo y tan chilango como una gordita de suadero con queso en Metro El Rosario. 

A pesar de ser un devoto de la amistad, se confiesa ermitaño; y por eso, el encierro ocasionado por la pandemia no alteró significativamente su cotidianidad. ‘’Yo ya estaba listo para afrontar la pandemia porque básicamente me la vivo encerrado, entonces, si soy honesto, no alteró realmente mi ritmo de vida’’. 

Por eso, su reciente participación en la edición 2022 del Festival Pal’ Norte cobró un significado distinto: no solo porque fue su regreso a los escenarios mexicanos, sino también porque representó el reencuentro con muchos amigos a los que tenía –literalmente- años sin ver.

‘’Yo soy muy feliz en el estudio pero presentarte en vivo tiene una energía especial, incomparable; además, el hecho de que mi regreso haya sido a un festival en Monterrey fue muy significativo porque es la ciudad en la que grabe mi primer EP, muchos de mis amigos son regios… Fue como regresar a casa en muchos sentidos’’. 

Y aunque Amor En Español (2022) se fundamenta en los vínculos sexoafectivos y el romance, uno de los grandes motores para que se lograra fueron sus amigos, quienes fungieron como su cobijo en el estudio y ante este mundo lleno de incertidumbres. 

‘’Obligados por la situación pero fue una manera de aprender a trabajar con pocas personas, con un círculo realmente íntimo al que podías comunicarle tus intenciones artísticas de mejor manera para que ellos lo interpretaran a la hora de meterle mano a las canciones’’. 

LOVE. AMOUR. AMORE. 愛. Люблю

La premisa de su primer álbum es sencilla pero poderosa: ningún idioma habla del amor como se habla de él en español. Y tiene sentido para una comunidad que ha abordado ese sentimiento desde la ferocidad, el vértigo y la locura. En Español, el amor no conoce de medias tintas y sólo tiene dos maneras de vivirlo: la tragedia o el paraíso. 

Y al referenciar canciones en nuestro idioma que aborden al amor con todas esas características, Jesse no duda: ‘’Inocente Pobre Amiga’’  de nada más y nada menos que Juan Gabriel. 

‘’Te pareces tanto a mi que no puedes engañarme. Imagina tener el poder para abrir una canción con una frase así. En la música hay niveles y el que tiene esa canción debe ser el más alto al que se puede aspirar’’. 

Amor En Español (2022) se coció a fuego muy lento. Y en el camino pasaron muchas cosas que pusieron a tambalear este proyecto. Jesse habla de paciencia y a veces de necedad para sobrevivir en esta industria. Poner en balanza lo que quieres hacer y lo que estás dispuesto a hacer para lograrlo. 

“Siempre hay momentos que parecen orillarte a que lo abandones; pero uno también debe ser consciente de que ya eres adulto y que pasar a otra cosa acarrea consecuencias. Luego me pongo a pensar: ok, pero si no es la música, ¿qué otra cosa podría hacer? Es lo único en mi vida que he hecho con constancia. Con el paso del tiempo uno entiende que el proceso no es lineal y que el tener momentos de crisis no es sinónimo de una carrera fracasada; y por el contrario, un éxito no significa que debas dejar de esforzarte por sacar tu proyecto adelante”.

Y Jesse no conoce otra manera de trabajar si no es pasándola bien. 

“Grabar este disco fue como estar de vacaciones; o sea, entraba al estudio con varios de mis mejores amigos, fumábamos weed y nos dedicamos a hacer canciones durante horas. De cierto modo creo que eso se refleja en la identidad sonora del disco porque adquirió una personalidad compacta e íntima en la que cada canción se siente como una anécdota contada uno a uno. Lo cual es difícil para mí porque hay momentos en los que sí me importa el juicio que la gente haga de mi y más cuando entro a grabar; sin embargo, esta vez logré llegar a un estado de confianza en el que pude abrirme sin pensarlo tanto. Estar en el estudio finalmente fue como estar en casa”.

Por lo mismo que fue un álbum que se hizo con paciencia y sin deadline, hubo canciones cuyo proceso desde que fue imaginada hasta que se masterizó, tomó de 18 a 24 meses. Escenarios parecidos han generado una nueva frustración en artistas que son conscientes de que eso que trabajen hoy tal vez tardará años en ver la luz. Ante eso, el objetivo de Jesse siempre fue claro: hacer música que le guste hoy y que sabe que la va a seguir gustando mañana, en una semana o en 2049.

“Entiendo la frustración a la que te refieres y creo que es alimentada por el ritmo desquiciante con el que sale música todos los días; pero uno deje ser consciente de que la música se hace para ser atemporal porque, si uno se pone a perseguir tendencias, está jodido. Y más en la era Tik Tok donde las cosas cambian en cuestión de horas, literal; entonces, lo que hiciste ayer que suena al trend de hoy, para mañana ya es obsoleto porque hay una nueva canción viral. Las canciones deben ser buenas hoy y deben ser buenas mañana. Pensemos el Outkast: si sacaran <<Roses>> hoy, seguro se vuelve la canción del verano”.

Ya que salió el tema Tik Tok, resultó inevitable preguntar sobre su perspectiva de una industria en la que los artistas no solo se encargan de hacer música, ahora también se ven obligados a ser creadores de contenido, interpretes de estadísticas, publirrelacionistas… 

“Ahora es medio imposible deslindarse de todo eso que esté trabajo implica, porque también es eso: un trabajo; pero dentro de 50 o 100 años, lo que la gente recordará serán las canciones, los discos… El Arte”.

Al lanzar su primer disco tras casi diez años de historia en esta aventura, es inevitable pensar en el legado que dejará cuando llegue el retiro o cuando el destino nos alcance. Y creo que para todos los que hemos estado el pendiente de la música en español durante los últimos años, quedará claro que Jesse fue uno de los catalizadores para que nos dieramos cuenta de que se podía hacer R&B en nuestro idioma. Y ha sido tan importante como cuando los Dug Dugs, El Tri o Pappo’s Blues nos dieron el ejemplo de que el Rock N Roll también podría ser hispanohablante. 

“No sé si represento todo lo que dices o si alguna vez la gente pensará que ese es mi legado para la historia de la música; pero al menos quiero que me recuerden como un artista que siempre disfruto de hacer canciones”.

Cosas De Antes

He visto a Jesse Baez presentarse en vivo unas cinco veces, y creo que lo que más llama mi atención es el hecho de que en todas esas oportunidades, siempre me encuentro a hombres que lloran durante el set porque se sienten identificados con lo que él canta. Eso, en un continente como el nuestro con sociedades tan machistas en el que los sentimientos masculinos están condenados a expresarse solo en la clandestinidad de las borracheras, habla de cómo su música es un espacio seguro para las generaciones que han crecido escuchándolo. 

“Mano, yo soy un llorón. Lo heredé de mi abuela y de mi mamá. Y no es como que ahorita me voy a poner a llorar con tu pregunta, pero soy un hombre sensible. Ayer, por ejemplo, me salió el Instagram un bato que es entrenador de atletas paralímpicos. Y me dio mucho sentimiento ver su trabajo y las vidas que ha inspirado a través de su labor. Lo único que se me ocurrió fue escribirle para decirle lo mucho que lo admiro, todo mientras lloraba a cantaros. Y así tengo episodios casi todas las semanas, por lo que me parece muy gratificante que los hombres lloren con libertad en mi show porque a pesar de que mi música está escrita desde vivencias muy personales, somos humanos y mi público puede empatizar y sentirse identificado. Al final del día es sano y creo que mientras más nos desprendamos del juicio contra la lloradera, seremos hombres emocional y espiritualmente más sanos”.