El día de hoy se conmemora aquél 28 de junio de 1969 en el que Estados Unidos comenzó con lo que ahora conocemos como la lucha del movimiento LGBTTTIQ. Si bien podemos encontrar los inicios de esta lucha a muchas décadas atrás, en occidente tenemos esta fecha como referencia a los eventos sucedidos en occidente.
El movimiento que se ha popularizado y diversificado en la actualidad y que podemos encontrar referenciado con frecuencia en cualquier plataformas de redes sociales, podría remontar su origen al siglo XIX, en Alemania. De acuerdo a los escritos de figuras como Heinrich Hössli, Karl Heinrich Ulrichs y Károly Mária Kertbeny a finales de 1800, Berlín presenció la creación del Wissenschaftlich-humanitäres Komitee (Comité Científico Humanitario), siendo éste el primer esfuerzo por contar con un grupo de apoyo al movimiento homosexual.
Ahora bien, lo que originó como tal el festejo que se lleva a cabo cada año en nuestro país y muchas otras sedes alrededor del mundo, ocurrió casi 170 años después del Comité Científico Humanitario en Berlín. En Nueva York, ocurrió un evento sin precedente en Stonewall Inn (Greenwich Village). Y justo un día como hoy, pero de 1969, se dio la primera lucha en la historia de Estados Unidos en contra del sistema opresor, que perseguía y violentaba a la comunidad homosexual. Exactamente un año después de esto, en memoria de lo ocurrido en Stonewall, Nueva York y Los Ángeles albergaron las primeras marchas del Orgullo Gay.
Como consecuencia, otros países del continente americano comenzaron diferentes manifestaciones en la década de los setenta. Entre los primeros países de Latinoamérica que le siguieron a Estados Unidos con los movimientos a favor de la comunidad gay, están Argentina y México. De hecho, de acuerdo con el libro Un amor que se atrevió a decir su nombre (de Norma Mogrovejo), en 1971, un empleado mexicano fue despedido bajo la premisa de mostrar una “conducta homosexual”. Esto provocó una reunión de intelectuales y artistas, entre los cuales se encontraban el escritor Carlos Monsiváis.
¿Cómo han afectado estos diversos movimientos en la actualidad?
Hoy en día, más allá de luchar por el movimiento homosexual (que sigue vigente), se busca homogeneizar las preferencias sexuales de todos, sin importar cuáles sean. Que, sin importar tu orientación o gustos, puedas tener una vida normal. Casarte, tener hijos, buen trabajo y vínculos sociales satisfactorios. Si bien, aún no se logran por completo las metas que persigue la comunidad LGBTTTIQ, existen grandes avances que vale la pena mencionar.
Dinamarca fue, en 1989, el primer país del mundo en reconocer a las parejas del mismo sexo, pero con una ley de uniones civiles. Holanda, con una ley aprobada en septiembre de 2000 (entrando en vigor hasta 2001), se convirtió el primer país en dar luz verde al matrimonio homosexual, seguido de Bélgica (2003), Canadá y España (2005). En pleno 2017, el matrimonio homosexual ya es legal en 22 países, a los que próximamente se sumará Taiwán, convirtiéndose en el primer país de la región asiática en dar este paso.
Fue hasta 2015 cuando México se unió al grupo de países que legalizaron el matrimonio entre personas del mismo sexo. Para mayo del año siguiente, el Congreso recibió las iniciativas de ley que firmó Peña Nieto para modificar el artículo 4 constitucional y diversos artículos del Código Civil Federal que garantizan la igualdad y la no discriminación de la comunidad Lésbico Gay Bisexual Transexual, Travesti, Transgénero e Intersexual (LGBTTTI). Asimismo, en este mismo año, en la fracción III del artículo 390 del Código Civil Federal se agregó un apartado en relación con la adopción y las parejas del mismo sexo:
“Negar el derecho a ser adoptado a un niño o una niña por el sólo hecho de la orientación sexual de las personas adoptantes deriva en una conducta discriminatoria, tanto para ellas, como para el propio niño o niña que pretende ser adoptado, pues se les desconoce su derecho a tener una familia, en el sentido más amplio posible de este concepto”.
Ciertamente los tiempos están cambiando; cada vez más personas miran al mundo con una perspectiva diferente; equitativa. Aunque a veces parecen ser pasos pequeños y un poco lentos, la idea de un mundo sin discriminación por preferencias sexuales y estilos de vida cada vez se va difuminando paulatinamente. Lenta pero segura, la lucha del movimiento LGBTTTIQ ha conseguido que más personas puedan vivir de acuerdo a sus ideales, en compañía de la persona que aman, sin importar su género o preferencia.