En su libro Coal Black Mornings (2018), Brett Anderson rememora los elementos que hicieron de su banda, Suede, una de las agrupaciones más importantes de su época. De acuerdo a él, la banda no habría podido salir de la mediocridad si no fuera por un evento que acabó con su inocencia, “cuando empecé a escribir de sexo todo en Suede se transformó“, declara en el escrito.
La música pop no puede ser inocente, tiene que transgredir, generar tanta tensión como sea necesaria. Pocas cosas generan más tensión que el sexo y ellos la utilizaron para crear historias crudas y poéticas, creando un imaginario único hasta ese instante. A partir de ahí muchas bandas tomaron los elementos que hicieron de Suede una banda tan exitosa, entre ellas Placebo.
Nacido el 10 de diciembre de 1972, Brian Molko se vio replicándolas con un mayor brillo en su propio trabajo, como líder y vocalista de Placebo, a mediados de los años noventa. Con un imaginario futurista y un trabajo de guitarras más acorde a la época, influenciado en el trabajo del industrial de NIN y el grunge de Nirvana, su trío llegó con una figura central similar, tensa ante una ambigüedad sexual. De ahí que una parte fundamental de sus composiciones recaiga en la liberación de esa tensión, describiendo relaciones sexuales violentas y gritando confesiones de desamor.
Hoy recordamos a Placebo como una agrupación que se encargó de romantizar al acto erótico, con instrumentaciones frías que encuentran su opuesto en el calor de sus letras, personajes solitarios que encuentran la compañía en el mayor acto de unión.
Lanzada el 20 de enero de 1997, ‘Nancy Boy’ es normalmente descrita como la canción que hizo que el mundo volteara la vista a Placebo. Una canción en la cual Brian Molko lidia con su bisexualidad de forma auto-humillativa sobre un riff de guitarra crudo. De acuerdo a lo descrito por la banda, la canción tenía la intención de “capturar la experiencia de tener sexo bajo los efecto de un alucinógeno“.
Primer sencillo de su tercer disco de estudio, Black Market Music (2000). Esta canción es una pieza pegajosa que juega con elementos claustrofóbicos del electro-rock que los distinguió a principios de la década. Es una pieza explosiva en la cual Molko toma el papel de la sociedad que lo juzga, obligándolo a cambiar sus deseos sexuales.
Tema homónimo a su quinto disco de estudio, ‘Meds’ es una colaboración con Alison Mosshart en la cual Molko y la vocalista de The Kills toman los papeles de una pareja. Ambos relatan la espiral de caos por el cual el vocalista sucumbió, cayendo ante las tentaciones del sexo, las drogas y las complicaciones.
Canción que carga con el mismo título que su cuarto material, esta pieza trata sobre cómo todas las relaciones que creas en la vida terminan siguiéndote por toda la vida, incluyendo aquellas con las cuales sólo pasaste una noche. Los romances y las vivencias no se borran.
Tema de caracter auto-humillativo construido sobre el loop de una guitarra desafinada, evidentemente influenciado por el trabajo de Sonic Youth, es una canción autobiográfica en la cual Molko le canta a una ex-novia. Sin embargo, probablemente lo más interesante de esta pieza es que cuenta con voces del mismo David Bowie.
Clásico sencillo lanzado el 15 de septiembre del 2003, ‘Special Needs’ es una canción con un trabajo armónico hermoso, construido sobre una línea de guitarra minimalista y elementos electrónicos muy dulces, instrumentación que se fusiona a la perfección con el relato de soledad de Molko. El video musical, que juega con tonos fríos, muestra a una pareja rompiendo el hielo, deshaciéndose en un acto de amor a la distancia.
Tercer sencillo en la historia de la agrupación, ’36 Degrees’ juega con las guitarras sucias que caracterizaron a su disco debut homónimo, pero integra unos coros intensos que se fortalecen gracias al bongo con el que se juega en la batería y la línea chillante de guitarra. El título hace referencia a la muerte, pues la temperatura corporal aceptable llega hasta los 37 grados.
Tema de su penúltimo disco de estudio, Battle For The Sun (2009), ‘Speak In Tongues’ relata la historia de una chica que deja al protagonista tras mantener una relación tóxica, llena de violencia y de tensiones que quedaron sin resolver. El narrador la recuerda entre recuerdos sexuales, creando una nueva ansia por volver a tocarla.
Último sencillo del tercer disco de estudio de la agrupación, ‘Black-Eyed’ cuenta la historia de un personaje que tuvo una infancia muy poco feliz, lo cual hizo que su desarrollo se viera incompleto. “Siempre tendré un ojo negro, producto de una casa rota“, declara mientras desarrolla su relato por medio de una serie de fantasías primitivas, entre las cuales se encuentran las sexuales.