Cuando era niño mi mamá tenía un Volkswagen Karmann Ghia que le habían adaptado con un motor de Porsche. Ella era fanática de la fotografía y la velocidad. Iba con mis hermanos mayores a verla correr arrancones y era invencible. Por eso íbamos días completos al Circuito Zacatenco. Recuerdo ver desde las gradas como entre un ruido estridente de motores se le incendiaba el motor al mismísimo Moisés Solana, el legendario piloto de carreras mexicano.
Mi tío Ernesto, que venía de provincia, nos llevaba a las carreras al Autódromo de la Magdalena Mixhuca. Una experiencia inolvidable, con diferentes categorías de autos, recorrimos todo el autódromo a piel. El final de la recta, las curvas, podíamos ver a los autos aparecer ante nuestros ojos saliendo de las eses, esas curvas serpentinas, tan cerca que podías ver al piloto maniobrando, y si eso no era ejercicio yo no se que era. Llegaba a casa rendido, nunca se me olvidará ver desde las gradas de concreto el Mini Cooper gris con la leyenda “Dios es mi copiloto” darle azote a un Corvette amarillo hasta que se le trono el motor.
Años más tarde mi padre nos llevó al Gran Premio Fórmula 1 donde corrió Jim Clark y Graham Hill. Los vimos cerca en los pits, estos gladiadores más grandes que la realidad relajados con un aire de concentración y propósito, acompañados de equipos fieles y dedicados a la carrera.
Pilotos valientes y espectaculares, manejando unas bestias de metal con habilidad, mezcla de fortaleza física, velocidad y valor, no había manera de describir verlos entrar por la peraltada a toda velocidad.
El tiempo pasó, dejaron de hacer el Gran Premio por falta de seguridad y me fui de México. Lo más cerca que pude aspirar fue a un boleto de día de práctica en Silverstone cuando vivía en Inglaterra, que fue un día único al estar tan cerca de lo que ya era la Fórmula 1 en los ochentas.
En el México actual, he tenido oportunidad de ir dos veces al Gran Premio de la F1 en la CDMX, que cosa tan extraordinaria y bien hecha. Me hizo sentir orgulloso de poder tener la carrera en nuestro país, y hacerlo tan bien que por tres años seguidos ha logrado ser considerado el mejor Gran Premio de todo el circuito.
Para mí, la experiencia de ir a las diferentes áreas del Autódromo es única, son tres días de fiesta, no solo hay autos y pilotos de excelencia jugándose la vida a toda velocidad pero hay música, puestos de comida, las gradas a lado de la recta, el final de la recta, las curvas y lo más espectacular: las gradas de llegada antes de la curva final, donde se ve llegar al los autos reduciendo la velocidad y peleando los lugares , que idea tan única, hacer que la pista pase en medio de un estadio de gradas llenas gritando a la llegada de estos gladiadores y su maravilla de vehículos.
Lejos están esos días cuando de niño visitaba ese autódromo, ahora todo es una organización impecable de lo mejor del mundo. Como últimamente estamos haciendo las cosas los mexicanos, como los mejores del mundo.
Me gusta el ruido de esos autos tan especial, tan de ciencia ficción, Blade Runner saliendo de los pits. La eficiencia del ser humano, la disciplina, la excelencia tecnológica, la pasión y el amor. La fortaleza física de todos los miembros del equipo, desde el piloto hasta la chica que la computa, todo para el mismo propósito, conseguir una milésima de segundo más rápido que el oponente, el perfecto balance de ciencia y tecnología, habilidad y pasion humana.
Las dos veces anteriores que fui al Gran Premio de la CDMX viaje de Nueva York, solo con ese propósito, este año pienso hacer lo mismo.
El contrato que se renueva, sería el que después de 23 años permitiría el regreso del máximo certamen del automovilismo a nuestro país. Este daría lugar a las ediciones de 2015 a 2018 del Gran Premio de México de la Fórmula 1.
En esta racha, se estima que alrededor de 1.3 millones de personas han presenciado la carrera. El Gran Premio de 2017 sería en ese año, la carrera con más espectadores a nivel mundial, sólo después de Gran Bretaña.
En tres ediciones el Gran Premio de México logró crear 30 mil empleos y ha alcanzado recaudar alrededor de los 2, 187 millones de USD.