Presente virtualmente, invisible físicamente; frase que explica el concepto de una exhibición única en su tipo, expone una experiencia desconcertante, conmovedora y, al mismo tiempo, lleva a la reflexión sobre la naturaleza humana que trastorna nuestras emociones, llevándonos del miedo a la incertidumbre y de la tristeza profunda a una gratificante sensación de esperanza.
Esta experiencia aprovecha la realidad virtual para crear sensaciones, personajes y escenarios, y, a la vez, se basa en historias verídicas de mexicanos, que fueron documentadas con lujo de detalle y en las que, Carne y Arena, nos sumerge haciéndonos partícipes de la acción.
-“Durante los últimos cuatro años, en los que este proyecto se ha ido forjando en mi cabeza, he tenido el privilegio de conocer y entrevistar a muchos migrantes mexicanos y centroamericanos. Las historias de sus vidas me perseguían, así que, invité a algunos de ellos a colaborar conmigo en el proyecto”-, cuenta Alejandro González Iñárritu, creador y director de esta muestra. -“Mi propósito era experimentar con la realidad virtual para explorar la condición humana, en un intento de romper la dictadura del encuadre dentro del cual las cosas, simplemente, se observan y reivindican en un espacio que permita al visitante vivir la experiencia directa de caminar con los pies de la persona migrante, ponerse en su piel y llegar hasta su corazón”-.
Y vaya que lo logra. En las icónicas instalaciones del Centro Cultural Universitario se expone esta pieza que nos hace experimentar en carne propia el dolor, la angustia, el cansancio y la desazón de un grupo de migrantes trasladándose por el desierto, quienes representan a las miles de personas que, año tras año, buscan cruzar la frontera entre México y Estados Unidos persiguiendo lo que muchos siguen llamando “el sueño americano”, sueño que para una enorme cantidad de mexicanos y centroamericanos que intentan esta aventura, día tras día, casi siempre termina siendo una brutal pesadilla.
Los relatos reales, las líneas superficiales entre el sujeto y el espectador se difuminan, hasta mezclarse permitiendo a los individuos pasear por un vasto espacio y experimentar, a profundidad, un fragmento de los viajes personales de los migrantes. Carne y Arena es en esencia una experiencia de inmersión en la que vuelven a coincidir Iñárritu y Emmanuel Lubezki, colaboradores frecuentes con la productora Mary Parent e ILMxLAB, y con cuya experiencia museográfica gira torno a una secuencia virtual de seis minutos y medio, en la que se utiliza tecnología VR de vanguardia para crear un espacio multi narrativo de luz y paisajes, sensaciones y sonidos con personajes humanos.
Al llegar al CCUT uno se enfrenta a dos grandes muros metálicos que enmarcan la entrada de la exhibición y son los mismos que durante años conformaron parte de la cerca original que delimitaba la frontera en la región de Arizona, muchos días y noches, cientos de sueños e historias y miles de lágrimas y gotas de sangre vieron esos muros diluirse en el desierto.
Al interior de Carne y Arena lo que sucede depende de cada persona, pues la muestra está diseñada para recorrerse de manera individual como un ejercicio hiperrealista, coloca al espectador en medio del desierto de Sonora al lado de varios viajeros ilegales que viven y sufren la experiencia de la migración.
El año pasado la Academia de Hollywood entregó un Oscar especial (honorario) al mexicano Alejandro González Iñárritu por Carne y Arena “en reconocimiento a una experiencia narrativa visionaria y poderosa”. La Academia otorga este galardón en muy contadas ocasiones. Por ejemplo: dedicó uno a Walt Disney por Blancanieves y los siete enanitos y lo formalizó con siete pequeñas estatuillas. La última vez que se concedió fue en 1996 y lo recibió Pixar por Toy Story. Solo se han entregado 17 a lo largo de la historia del Óscar.
La instalación Carne y Arena se exhibe en el Museo de Arte del Condado de Los Ángeles (LACMA), en la Fundación Prada de Milán (Italia) y en el Centro Cultural Tlatelolco, de la CDMX. Simplemente, es una experiencia imperdible…