«Surreal, es la única manera de describirlo. Como un joven recién salido de la preparatoria, el hecho de encontrarme frente a frente con mi ídolo musical, ¡para una entrevista de trabajo!, fue como si mi pequeño mundo se volteara por completo. Me cambió la vida.»
Él es Rob Sheridan y su nombre empezó a tomar notoriedad en el mundo de Nine Inch Nails cuando su fanpage Above The Trees fue descubierta por Trent Reznor. Así, el músico contrató al novato diseñador para dar mantenimiento al entonces recién lanzado sitio de su banda (nin.com). Era 1999 y a partir de entonces Rob comenzó a volverse parte fundamental del ADN creativo de Reznor, con cada álbum y concepto sonoro transportado al mundo visual y físico por el genio creativo de Sheridan, quien para entonces ya fungía como Director de Arte; primero portadas de discos y booklets, después tours, videos, boxsets y experiencias ARG (alternate reality game) como parte de la promoción de Year Zero (2007).
«Siempre fue una experiencia inmensamente compleja. Trent es una persona que se fija mucho en los detalles y yo también, pero lo más importante son los fans de NIN, que realmente están enfocados en ellos. Cada proyecto (disco/gira) era un arma de dos filos: contrario a cómo se trabaja con muchos diseños, todo lo que hacíamos con NIN era examinado con detenimiento, por lo que cada idea o detalle que se le agregara era notado y apreciado. Claramente, eso también implicaba que cada error que cometiera, cada vez que fallaba, cada vez que el trabajo no daba el ancho se hacía notar. No existía la oportunidad de ser flojo por lo que, como diseñador, me mantenía listo para lidiar con lo que fuera.»
Hoy el artista está tomando un descanso del empleo que lo llevó a viajar por el mundo, a experimentar con sus procesos creativos e incluso a estar sobre un escenario como parte del colectivo How To Destroy Angels, al lado de Atticus Ross, Mariqueen Maandig y Trent Reznor: «Después de 15 años era lo mejor para mí y para todos. Los nuevos talentos siempre serán algo bueno para NIN. Tengo varios proyectos personales en los que he querido trabajar desde hace años y ahora tengo tiempo para todo eso.»
Desde Seattle, Rob hace un espacio para responder nuestras interrogantes respecto a su próximo trabajo, un libro ilustrado para niños, y su envolvimiento en temas de activismo social y político frente a la situación que aqueja a Estados Unidos.
– Estuviste desconectado de las redes sociales hasta hace unos meses, cuando volviste no sólo a hablar de arte sino a dar tu opinión sobre la situación política en Estados Unidos. ¿Por qué sentiste de nuevo la necesidad de expresarte a través de tal medio?
«Hace unos años pasaron muchas cosas en mi vida personal y también me despedía de NIN, por lo que de pronto comencé a tener muchos espacios, un lienzo en blanco que no había tenido en años. Tomé la oportunidad para enfocarme en mi vida personal y el mundo exterior en general, me percaté de que las redes sociales y el Internet no me hacían feliz y en un punto caótico me sentí más atraído por amistades y experiencias reales. Esto hizo que me diera cuenta de cuánto tiempo pasaba en Internet y la poca felicidad que realmente me dejaba. El año pasado vendí mi casa de Los Angeles, guardé mis cosas en un depósito y pasé gran parte del tiempo acampando, viajando, explorando, conociendo nuevas personas, escribiendo, dibujando y todo sin la necesidad de Internet.
«Fue catártico, liberador, me ayudó a volver a enfocarme en lo que realmente me importa. Toda esa locura y adicción que tenía por Internet… no la extrañaba. Tampoco extrañé la cantidad de cosas que había acumulado en casa. Pasar mi tiempo con lo mínimo, sin Internet y saliendo a descubrir el mundo me cambió la vida positivamente. Cuando comenzó la locura de las elecciones, en 2016, me volví a conectar. El amor por las noticias no me dejó ignorar lo que estaba pasando en mi país y desde que ese tirano infantil fue electo me volví políticamente activo de nuevo, lo cual requería pasar tiempo en Internet. A pesar de vivir en esta época en la que estar informado y conectado es vital, procuro pensar en todo lo que me dejó ese año que pasé fuera, así me recuerdo a mí mismo que debo desconectarme de vez en cuando.»
– Como artista estadounidense y como parte del equipo que creó la historia del distópico Year Zero, ¿cuál es tu perspectiva sobre la época tan extraña que vivimos?
«Creamos Year Zero como una proyección de lo que le podría pasar a Estados Unidos si las políticas de Bush siguieran moviéndose en el camino incorrecto durante 15 años, y como la mayoría de las historias de ficción distópica, era una advertencia. Es inquietante ver cómo gran parte de esa ficción se está haciendo realidad y lo parecido que puede ser el fascismo con Estados Unidos, nos estamos encaminando al desastre. Además, permitir que Trump ganara equivale a una desagradable vergüenza nacional. Tanto sus políticas, o mejor dicho las de Steve Bannon, y él mismo personifican todo lo que advertimos en Year Zero. El lado amable de esto es que gran parte de la experiencia motivó a las personas a crear resistencia, a poner atención, a mantenerse informados, a luchar. Nuestro mundo futurista se llamaba The Resistance (La Resistencia). Es inspirador ver cómo millones de personas usan ese mismo término en contra de Trump/Bannon, nunca antes había visto tanto activismo, consciencia e indignación. Me da gusto ver que no lo están dejando pasar. Creo que mientras no perdamos eso La Resistencia triunfará.»
– ¿Estás de acuerdo con la idea de que durante los momentos más difíciles es cuando surgen las mejores obras de arte?
«Por supuesto. Creo que gran parte del mejor arte surge del dolor, del enojo, de la pérdida y de la opresión, es el único rayo de luz consistente en las épocas más oscuras. Muchos artistas desahogan la negatividad, interna o externa, en creatividad. En temas de protesta, arte, música y entretenimiento siempre he podido entregar los mejores métodos para comunicar ideas, ya sea una comedia satírica, una canción subversiva o simplemente una gran obra de arte con un mensaje profundo. Tantas personas han abierto los ojos a lo que está pasando ahora. Es tan inspirador que ya ha comenzado a manifestarse en increíbles obras de arte. Una de las señales de precaución con el fascismo es el “desprecio por los intelectuales y las artes”. La razón para esto es: el arte es Resistencia.»
– Actualmente trabajas en un nuevo libro, en Seattle. ¿De qué trata? ¿Piensas publicarlo este año?
«El libro es una antología de historias folclóricas contadas con un giro oscuro. Será un libro excesivamente ilustrado con cuentos mórbidos, fantásticos y sombríos. Llevo mucho tiempo queriendo escribir e ilustrar libros para niños. Ahora, por fin, tengo el tiempo para hacerlo realidad. El primer libro es tan envolvente que se está convirtiendo en material para adultos o niños más grandes a los que les gusten las cosas sombrías. Mi plan es terminar (las ilustraciones son detalladas y consumen mucho tiempo, por lo que me tomará una temporada terminar) y publicarlo este año, pero todo depende de cómo se desarrollen las cosas con los editores.»
Nine Inch Nails: Year Zero Trailer (2007) from Nine Inch Nails on Vimeo.
– En retrospectiva, ¿cuál ha sido el proyecto o situación más desafiante que has enfrentado en los últimos años, mientras trabajabas con NIN? ¿Cuál ha sido el logro que te ha hecho sentir más orgulloso?
«El diseño para la producción de la gira Tension, en 2013, fue probablemente la situación más retadora que he vivido con NIN. Había constantes cambios de último minuto. Trent decidió rediseñar una presentación que habíamos planeado por meses, tuvimos que adaptar todo en poco tiempo, batallamos y pasamos varias noches en vela buscando la manera de reconfigurar el show para que todo tuviera sentido. Hay un mini documental en Vevo que muestra todo esto, allí puedes ver nuestro cansancio después de tantos ensayos, casi nos quebramos pero el show debía continuar, así que trabajamos sin parar hasta conseguir que fuera genial.
«En cuanto a lo que más me hace sentir orgulloso, creo que sería Year Zero, y no sólo por el arte y el ARG, creamos un mundo con tantas riquezas, así como el show de televisión que nunca se materializó.»
– ¿Cuál fue la diferencia entre formar parte activa del colectivo HTDA y sólo ser el Director de Arte de un proyecto?
«Antes era muy tímido, toda la experiencia con NIN me ayudó a madurar mucho y a sacudirme esa parte introvertida. Claro, nada se compara con la primera vez que me subí al escenario con HTDA, lo disfruté mucho más de lo que creí, fue una experiencia muy diferente porque pude aportar mucho de mí al proyecto, desde mi perspectiva visual estética hasta ser parte de una presentación en vivo. La relativamente breve gira de HTDA es una de las cosas que más me han enorgullecido, formar parte de todo esto fue realmente especial para mí.»
– Como artista se te ha reconocido por el uso del “glitch” en tu trabajo. ¿Qué te llevó a experimentar esta técnica? ¿Cómo comenzaste a experimentar con una impresora rota para el concepto Bleedthrough?
«Trabajar con Trent me llevó a adentrarme en la estética del “glitch”, aprendí sobre la forma en la que él creaba música y cómo usaba el sonido para evocar emociones. Trent rompía cosas para cambiar el sonido, las usaba en la forma incorrecta, musicalmente hablando, para crear sonidos incómodos. Su tapiz era un baile constante entre belleza y terror, así que con el reto de crear visuales que pudieran combinar con su música comencé a buscar la manera de hacer las cosas de “la forma incorrecta”, bellos errores, un sentido visual de desorden. Al inicio no fue nada fácil dado que soy perfeccionista por naturaleza, pero conforme me adentraba fui encontrando un antídoto liberador a este peso que cargaba.»
– ¿Cómo te introdujiste en el proceso de “data bending” y qué tan complicado fue conseguir el resultado que buscabas en algo que deja mucho al azar?
«En todo lo relacionado con los visuales de With Teeth, desde el arte del disco hasta el video ‘The Hand That Feeds’, procuramos explotar las imperfecciones aplicadas a la tecnología, especialmente en relación con los nuevos consumidores de aquella época. Mucho del arte se derivó de scanners rotos y “glitches” de éste (una evolución de la máquina de escribir rota que también usamos para el concepto de Bleedthrough). Para el video ‘The Hand That Feeds’ aprovechamos todos los “glitches” y fallas de grabación de los miniDV. Muchas personas, incluyéndome, suelen aprovechar la parte estética de tecnología obsoleta, como el VHS. Para With Teeth tomé la parte estética de la tecnología más reciente en aquel momento.»
VIDEO: The Hand That Feeds
– ¿Existe alguna técnica o proyecto que te gustaría intentar en el futuro dentro del arte del “glitch”?
«Tengo una nueva serie de “glitch” análogo que aún está en desarrollo. Para este proyecto continué con el proceso análogo que utilicé en el pasado. Es un medio caótico y fascinante y no he encontrado mi método en particular en ningún otro lado. Tampoco he terminado de explorar ese mundo, así que es realmente emocionante regresar después de tantos años. En temas de nuevos procesos, he experimentado con “glitches” para realidad virtual e impresiones en 3D. Ya veremos a dónde me lleva.»
– El año pasado trabajaste con The Black Queen en los visuales de su gira y dirigiste su video ‘Ice To Never’. ¿Cuáles eran tus objetivos, visualmente hablando?
«Los miembros de The Black Queen son muy buenos amigos míos y quedé impresionado cuando escuché el disco en el que habían trabajado (Fever Daydream), una mezcla perfecta de nostalgia y vanguardia. Me preguntaron si quería apoyarlos a hacer un video y en ese momento me pareció una gran oportunidad para usar la estética VHS y crear visuales nostálgicos y contemporáneos. La banda tenía varias ideas muy disparatadas pero no tenía presupuesto, así que decidimos mezclar un poco de todo y experimentar en mi estudio, grabando en la calle y editando todo en un mixtape visual neón con estilo ochentero. Queríamos que diera la impresión de un VHS sin nombre, abandonado en una venta de garage, con contenido angustiante que te deja pensando “¿qué demonios acabo de ver?”.»
– Generalmente, llegamos a conocer a un artista por sus piezas finales pero tú has publicado en Internet algunos tutoriales y explicaciones detalladas del proceso que sigues. ¿Qué te llevó a abrir esta parte de tu proceso?
«El hecho de exponer un proceso, mostrar cada uno de sus elementos e incluso dar acceso a éstos me ayuda a seguir adelante y a crear procesos nuevos. Cuando hice el arte para el soundtrack de The Social Network pasé un buen rato creando “glitches” de imágenes, alterando su código en un editor hexadecimal, fue un proceso muy largo y meticuloso. Poco después de esto comenzaron a surgir muchas aplicaciones y herramientas que hacían el proceso de crear “glitch” mucho más sencillo. Esto fue algo bueno, sin embargo, la estética detrás de esto ya no era única, cualquiera podía hacerlo, por lo que comenzó a ser más y más popular. Esto me llevó a crear un nuevo proceso para How To Destroy Angels. Me alegra poder abrir un diálogo en relación con los procesos porque mientras éstos se vuelven más comunes e imitados yo me siento más motivado a crear cosas diferentes para mis futuros proyectos. La competencia impulsa la creatividad.»
– Cuentas con un gran acervo artístico. ¿Te gustaría crear alguna exhibición con tu trabajo en el futuro?
«Había comenzado a planear una instalación sobre mis “glitches” en Los Angeles pero terminé saliendo a explorar. Voy a hablar con unas personas en Seattle próximamente, tal vez pase algo allá. Tengo muchas ideas muy interesantes para esto.»