From The Mag: Metallica, here comes the revenge

// Por: Diovanny Garfias

mié 10 mayo, 2017

Fotos: Herring & Herring

LAS LEYENDAS MUSICALES SE ERIGEN A TRAVÉS DEL TIEMPO Y LA MEMORIA COLECTIVA ASISTIDAS DEL SONIDO QUE BROTA CADA VEZ QUE SE PARAN DETRÁS DE UN MICRÓFONO, YA SEA PARA REGISTRAR LA CONCEPCIÓN DIVINA DE SU CREATIVIDAD EN FORMA DETALLADA Y PULCRA DENTRO DE UN ESTUDIO DE GRABACIÓN O AL TOCAR EN VIVO Y ENFRENTARSE A UNA HIDRA CON MILES DE CABEZAS QUE, CONTRA TODO PRONÓSTICO, SE DOMESTICA Y CAE EN TRANCE HASTA LLEGAR A UN ESPLENDOR, ENTRE MÚSICA, AMBIENTE Y LA BANDA QUE EMITE ESAS ONDAS SONORAS. METALLICA PUEDE AÑADIR EN SU CURRÍCULUM ESTAS DOS CARACTERÍSTICAS Y MUCHAS MÁS.

Con una trayectoria de más de 35 años, la banda californiana cuenta con un estatus que le permite generar tristes esfuerzos discográficos —como Lulu (2011), al lado del ahora ausente Lou Reed— que de alguna manera se convierten en relevantes, tocar frente a menos de mil personas en apoyo a diversas causas o hacer un dueto con Lady Gaga en los Grammy Awards y ser noticia por las razones incorrectas. De ese tamaño son tus fortunas y desdichas cuando te llamas Metallica.

Entre las grandes cantidades de información generadas por este monstruo de cuatro integrantes se encuentra Hardwired… To Self-Destruct (2016), la placa número diez en su discografía que representa un nuevo punto de partida musical para Metallica. Ideado por la médula del proyecto, James Hetfield y Lars Ulrich, el disco significa un regreso ideológico (mas no sonoro) a Kill ‘Em All (1983) y Ride The Lightning (1984).

El lanzamiento de este nuevo vástago sucedió a la par de la hecatombe política que afectó al mundo el año pasado pero que pareció coronarse con el inicio de la era Trump, el pasado enero. Así, Metallica, una banda políticamente nula (en esencia) nos dejó ver las caras de sus cuatro miembros ante un tema que puede causar llagas. Robert Trujillo, por ejemplo, de origen evidentemente latino, ha tocado el tema con reserva, apoyando siempre a las ahora atacadas minorías en Estados Unidos. Por su parte, Hetfield nunca ha escondido su simpatía por la derecha de su país (se mudó de la bahía de San Francisco por la conducta de política “elitista” de sus habitantes, optando por la montañas de Colorado donde puede cazar sin que nadie lo moleste). Ulrich declaró hace unos meses que pensaba regresar a su natal Dinamarca, tomar su pasaporte y «largarse al aeropuerto si Trump ganaba las elecciones y todo se iba a la mierda.» Por último tenemos a Kirk Hammett.

Hammett, el elegante guitarrista, fue más allá y el pasado 20 de enero, el mismo día del Presidential Inauguration Day en Estados Unidos, tomó su cuenta de Twitter y expresó a sus más de 145 mil seguidores un largo pensamiento político respecto al nuevo líder del mundo libre: «Sólo espero empezar una guerra de Twitter con él, sólo estoy esperando.» Aquel hombre iracundo es el mismo con el que hoy puedo hablar de la música nueva que llevará a Metallica por una gira mundial. Curiosamente, Hammett no contribuyó creativamente en Hardwired… To Self-Destruct, pues perdió su teléfono con alrededor de 250 ideas para el disco, en 2014.

– Teniendo en cuenta lo que pasó con tu celular, ¿cómo fue llegar al estudio a grabar considerando que básicamente el disco estaba escrito?

«Fue algo devastador, porque cuando empecé a generar cosas casi todo estaba hecho. Así que para mí era muy importante entregar algo diferente a Death Magnetic (2008) a la hora de grabar el disco, tengo mi propio equipo y mi compañía de pedales (KHDK Electronics), así que tuve mucha libertad de manipular el sonido.

«No trabajé por adelantado los solos de guitarra, llegué al estudio y toqué lo que me saliera, algo que resultó muy bien (porque fui capaz de hacerlo) pero que no sabía que podía hacer. Después de tres canciones me sentí muy confiado, así que seguimos con los solos de esa forma, tratando de capturar el momento, de ser tan espontáneos y frescos como fuese posible y no sobre pensar las cosas. Gracias a que lo hice de ese modo hay diferentes fraseos y ritmos que no habría tocado, hay cosas en las que hubiera buscado un sonido perfecto (o al menos lo que imaginaba como “perfecto”) pero en este álbum hay cierto nivel de falta de control, un elemento caótico en mi forma de tocar que de verdad disfruté, porque fue diferente a cualquier cosa que he hecho, así que estoy adoptándolo.»

– ¿Llegaremos a escuchar esa música en la que trabajaste antes de grabar el disco?

«Tengo algunas cosas que seguramente terminarán en el siguiente álbum.»

– Muchos han mencionado que este disco es similar a Kill ’Em All, ¿estás de acuerdo?

«Eso fue al comienzo, muy al principio. Las canciones fueron escritas con una actitud muy a lo Kill ’Em All y luego, si escuchas ‘Hardwired’, el primer single, suena totalmente a algo de ese disco.»

– Y se convierte en un éxito mundial…

«¡Es asombrosa la respuesta tan abrumadora que la canción ha obtenido, porque es algo que suena a Kill ’Em All, un disco que no le importó a nadie cuando salió, nadie lo tocaba en la radio! Sale Hardwired… y a todos les interesa y todos lo ponen en la radio, así que los tiempos cambian.»