From The Mag: JUSTICE, ALAKAZAM!

// Por: Staff

mar 28 marzo, 2017

//Por: Raúl Arce

En una de sus tantas noches gloriosas, el extinto Salón 21 recibió a Justice, dúo francés relativamente nuevo que justo había lanzado † (Cross) y era la banda electrónica de moda en aquel lejano octubre de 2007.

El momento era ideal. Ed Banger Records (sello en el que Justice está firmado) empezaba a erigirse como el embajador de una suerte de segunda ola del french touch de los 90, con artistas que retomaban el hype de lo hecho por gente como Etienne de Crecy, DJ Falcon, Alan Braxe y, por supuesto, Daft Punk. Fue precisamente con un rework de Justice a ‘Never Be Alone’ de los británicos Simian (hoy Simian Mobile Disco) que la disquera obtuvo notoriedad mundial, logrando que mucho de su talento, como Cassius, Breakbot y Sebastian, estuviera presente en nuestras playlist y fiestas durante muchos años.

Aunque no lo parezca, nos ubicamos a 10 años de distancia (sí, 10), en un contexto en el que expresiones culturales como la música parecen pasar a segundo plano. En una conversación con Xavier de Rosnay, al final del año pasado, el músico nos dejó claro que la música tiene un valor intangible y fundamental, sobre todo en tiempos como los que vivimos.

«El papel de la música depende mucho de lo que escuches. Hay música que busca que la gente reaccione y música que tiene como objetivo sacarte de la realidad. Yo considero que la música que hacemos con Justice busca llevarte tan lejos como sea posible de cualquier realidad. Al final, el rol de la música depende de qué busques; escuchar a Bob Dylan y escuchar a Justice no es lo mismo, simplemente porque no todos buscamos lo mismo.»

Hablando de un año tan complicado como 2016, en el que la situación política y económica mundial se movió hacia terrenos oscuros, Xavier tiene impresiones encontradas, pues fue precisamente en este periodo cuando salió Woman, su tercer larga duración.

«Para nosotros fue increíble, pues justo lanzamos un álbum, empezamos a conectar de nuevo con la gente y, al parecer, quieren escuchar lo que hemos hecho. Además ha salido muy buena música. Al mismo tiempo hay una catástrofe y muchas personas odiaron este año por tantos problemas que existen en el mundo. Creo que en cuanto a la situación política fue un mal año, pero en lo que respecta al arte estuvo bien.»

Al abordar entornos musicales, apartados de temas políticos y económicos, nos encontramos en un punto en el que las estrellas pop siguen siendo una constante en la preferencia de la gente, con la diferencia de que su alcance se ha potenciado por herramientas como las redes sociales, mientras que géneros como el EDM parecen perder fuerza. Al respecto, Xavier analiza el panorama de la música, en especial la electrónica, y lejos de despreciar al aparentemente moribundo EDM rescata sus aspectos positivos.

«Cuando la gente escucha la música y la disfruta es algo bueno, incluso si no es específicamente lo que nosotros hacemos o nos gusta, como pasa con el EDM, en realidad no tenemos ningún problema con eso. Cuando ves que 200 mil personas la están pasando muy bien durante un set de EDM simplemente no puede ser algo malo, incluso si el género no es el que nos guste porque, como dijimos antes, la música es un escape para la gente y este es un ejemplo perfecto. Creo que la experiencia del EDM es más importante que la música en sí misma, se trata de compartir algo y creo que eso es muy cool.»

Más allá de desmarcarse de este movimiento que por momentos parece de fórmula y sintético, este músico parisino busca similitudes entre lo que hace junto a Gaspard Augé y la experiencia de ir a un evento gigantesco, rodeado de adolescentes vestidos en colores fluorescentes.

«En cierta manera, nuestra música hace lo mismo, porque parte de la experiencia de escuchar a Justice viene de lo que hacemos en vivo, que es muy diferente a escuchar el disco, queremos ofrecer algo que te haga olvidar todo durante un par de horas.»

Lo cierto es que hay diferencias marcadas, sobre todo cuando se trata del trabajo en estudio, pues estos franceses tienen fama de ser quisquillosos en cuanto a producción se refiere, hecho que no sorprende al ser parte de una generación que heredó una estética muy particular. En este sentido, el pasar de los años y los discos lanzados provoca el surgimiento de dudas y un miedo profundo a repetirse. Xavier cuenta que para ellos el cambio, más que una necesidad, es una consecuencia de lo que buscan como músicos:

«No creo que sea una decisión consciente, simplemente no podemos evitar hacer las cosas diferente. Cuando trabajas tanto en un disco es muy difícil estar satisfecho si sigues haciendo lo que ya hiciste, por lo que nuestra música cambia cada vez. Esa me parece una manera muy natural de hacer las cosas.»

En un punto de la plática surge la pregunta: ¿Cómo hacer un acto electrónico en vivo que no se limite a reproducir lo que suena en el disco? Xavier encuentra esta duda razonable y lejos de ofenderse busca explicar, desde su perspectiva, las marcadas diferencias entre las presentaciones de Justice y sus trabajos de estudio.

«Hacer un disco es un trabajo con procedimientos en el que la atención al detalle mejora las canciones. Puedes escuchar un álbum diez veces y siempre descubrirás nuevas sonidos que no notaste anteriormente. En los shows en vivo, por otro lado, ocurre totalmente lo opuesto, pues las cosas son simples y más directas. Cuando tocamos en vivo, ya sea en individual o como parte de un festival, necesitamos hacer algo que sea atractivo.»

El músico lleva su explicación más lejos y propone un escenario hipotético sumamente probable, dada la participación de la banda en muchos festivales alrededor del mundo:

«Si alguien nos está viendo en un festival, incluso si sólo está esperando por la siguiente banda a 200 metros del escenario, tenemos que dar un concierto lo mejor que podamos. El show en vivo es nuestro campo de juego, es el momento de tocar nuestra música, su esencia, y hacerla tan simple, directa y poderosa como sea posible.»

Una vez que el tema de los festivales ha sido abordado surge el nombre de Vive Latino, evento mexicano del que este combo será parte y que representará su quinta visita al país. La diferencia en esta ocasión es que el festival no está orientado al talento internacional sino que depende casi enteramente del nacional y de actos hispanoparlantes, algo que, al parecer, no los perturba para nada.

«Sí, justo estaba revisando el cartel y vi que somos de los pocos actos no locales, pero creo que está increíble, nos sentimos muy honrados de que nos hayan elegido. Sabemos que mucha gente nos escucha en México y será uno de los primeros shows que haremos. Por supuesto que queremos regresar a hacer otros conciertos… No sé por qué pero, normalmente, nuestros tours empiezan o terminan en México; de hecho, la gira del disco anterior terminó en la Ciudad de México y nos fue súper bien.»

Después de compartir una conversación tan interesante queda claro que a pesar de los tiempos difíciles, las modas pasajeras y la distancia siempre tendremos a la música como un terreno común, neutral, en el que todos son bienvenidos y, por lo dicho por Xavier de Rosnay, Justice, desde su trinchera, seguirá siendo uno de los mejores proveedores de música para alejarnos de la realidad, al menos por unas horas.