//Por: Santiago Rodríguez
Los retratos deben ser tan intensos como las personas. Hay muchas formas de fotografiar este estilo que nos permite tener un acercamiento a quién es presentado en la imagen; pues los ojos son la ventana del espíritu y la sonrisa, un vínculo del corazón. Un retrato es una interacción casi mística entre fotógrafo, fotografiado y espectador. Pueden ser tan reveladores que muchas veces el objetivo de la cámara se impone silencioso, oscuro, como un vacío a lo desconocido, y aterra a quien va a ser retratado, minimizando la fuerza expresiva del retrato por cohibir al modelo.
Una de las técnicas más clásicas de retrato es curiosamente una de las más difíciles de lograr: el retrato de rostro completo (así, es, saquen su INE, su licencia o su credencial de la universidad y veamos cómo nos trata la vida). Esta es también una de las técnicas más claras, directas y fuertes para mostrar emociones, porque todo se centra en el rostro. Somos muy críticos de nosotros mismos cuando vemos nuestras fotos, pero hay un par de tips que nos pueden ayudar a conseguir mejores retratos de cabeza completa, sin que parezcan fotografías de credenciales. Esto retratos sirven para fotografía documental, expositiva, artística, de eventos, de graduación, etc.
La Pre-Sesión:
Este punto es muy poco enfatizado por fotógrafos que apenas se están iniciando. Es vital tener una serie de consultas entre fotógrafo y modelo para establecer cuál es el objetivo de cada “shoot”, de cada imagen. Se trata de saber qué tipo de colores vamos a utilizar (cada persona tiene una paleta de colores diferente), con qué vestimenta o fondo se van a combinar, cómo se va a maquillar, qué se debe esperar de la sesión y cómo deberían llegar para obtener lo mejor de sí mismos.
¿Qué vestir?
El punto de fotografiar rostros es, naturalmente, centrar toda la atención a la cara. Los demás elementos de la fotografía deben enfatizar la potencia de las facciones y la profundidad de la mirada. Por ello, se recomienda utilizar colores sólidos y neutros, para evitar la distracción. Además, según sea el color de cada persona (con base en la teoría de color – los tonos de invierno, primavera, verano u otoño puede ser un buen inicio -) podremos sugerir las mejores combinaciones para resaltar los atributos del modelo. Recuerda a los modelos que en la fotografía, sólo saldrá una parte del pecho y los hombros. No importa que vengan en tenis y pantalones de pijama si así se sienten cómodos.
Separa el fondo.
Igual al punto anterior, el fondo no debe distraer sino apoyar a enfocarnos en el punto de fuga de la fotografía (ojos y nariz). Se puede utilizar un fondo sólido o un fondo con colores definidos predominantes, siempre que este último se tome con técnica de “bokeh” (alrededor de una apertura f/2, de ser posible). Sé consciente de qué color predomina en el fondo para seguir con la teoría de color mencionada arriba.
Rompe el hielo.
Siempre que alguien llega a enfrentarse a la cámara, es normal sentir cierto nerviosismo; es como pararse a hablar ante un auditorio desconocido, con la triste limitante de no poderlos imaginar desnudos para disminuir la tensión. Proponer tomar algunas fotos haciendo caras raras o chistosas, alguna posición divertida o muecas ayuda bastante a que el modelo se relaje y perciba una amistad más cercana con la cámara. Relajar los músculos del rostro es importante para obtener la expresión más natural posible.
Luz y posicionamiento.
Para las tomas de rostro completo se recomienda tener una luz suave y equilibrada, iluminando por igual a todos los puntos de la cara, intentando crear profundidad. Nos puede ayudar tener los flashes con una disposición envolvente. Posiciona a la persona de modo que se pueda crear volumen en sus facciones, que el rostro apunte a la cámara directamente y los ojos al objetivo. Los hombros suelen quedar mejor en un ángulo de 45 grados con respecto a la cámara. En algunos proyectos podemos utilizar luz dura, para crear espacios vacíos y resaltar otras facciones del modelo donde queramos enfatizar la toma (ojos, mentón, nariz, color de cabello). Sé creativo con el posicionamiento, a veces las fotografías donde el pelo cubre el rostro puede ayudarnos a incrementar el efecto de las expresiones.
Atención a los pequeños detalles.
El truco de toda buena fotografía (sirve para cualquier estilo, pero se nota mucho más en los retratos y puede ser que me gane el odio de mis compañeros por revelar este pequeño truco que te convertirá en un fotógrafo al cual la gente quiera seguir voluntariamente en Instagram) es la atención a los detalles mediante los pequeños ajustes. Así es, pequeños ajustes. Son pequeños cambios como inclinar la cabeza, cambiar la temperatura del color de la foto, inclinarse hacia adelante, mover el fondo, retocar el maquillaje… los que crean grandes fotografías.
“Déjame ver cómo me veo”.
Para que la persona sepa cómo debe ajustarse o qué debe cambiar para verse mejor, es interesante estar conectado a una pantalla para que vea la fotografía o bien enseñarle la fotografía en la pantalla de la cámara (o del celular). Siempre ayuda entender cómo se ve uno ante la cámara para saber qué ajustar o qué ángulo conviene para mejorar la toma. Es una retroalimentación que nos ahorrará mucho tiempo como fotógrafos en estas sesiones.
Que los retratos que tomemos sean profundos, llenos de emoción, con una historia dicha en rostros.