Por: Mario Yaír T.S.
Se cree que Frank Sinatra estuvo dos veces en México, una para dar un concierto en el Palacio de los Deportes en 1991 y otra a escondidas para celebrar su cumpleaños en 1966. Vetado del país desde 1965 por la película Marriage on the Rocks, que ofendía a las buenas costumbres mexicanas, Sinatra fue espiado durante los 7 días que pasó en las playas mexicanas. Esta es la historia.
Pese a la censura de sus películas en México, Sinatra gritaba a los cuatro vientos que vendría, y así ocurrió. El Acapulco sesentero del glamour y el prestigio fue testigo de su llegada junto con un grupo de amigos al Hotel Las Brisas, el más exclusivo de la época.
En esas noches de fiesta se encontraban sus hijos Tina, Frank y Nancy Sinatra con su clásico peinado a go-go. La fiesta fue por demás normal, lo acostumbrado dentro de su círculo de amigos. El humo del cigarro, la música alegre, las copas hasta la madrugada.
Entre el resto de los asistentes se encontraba la glamorosa actriz Lana Turner quien tuvo tres maridos en tan sólo 4 años y mil romances más; uno de ellos con el mafioso Johnny Stompanato, a quien le negaron llevarlo como pareja a Los Oscares por su mala reputación y que tras su asesinato en 1958, Lana fue principal sospechosa. También se encontraba la actriz india Merle Oberon, quién ya vivía junto con su esposo Bruno Pagliai en Acapulco y por cuya casa pasaron los pies de Dolores del Río, George Hamilton, Lynda y Lucy Johnson. Fueron los poderosos amigos de Sinatra quienes lograron que su visita pasara desapercibido en migración, entre ellos, el expresidente Miguel Alemán quien le prestó un yate para salir a pasear a la bahía.
Cantaba por las noches al ritmo de las jaranas junto con su esposa Mia Farrow. Desde el balcón del hotel gustaba de sentir la brisa acompañado de un trago. Caminaba sobre la arena sin la preocupación de que alguien lo notara. Pero con quién más tiempo pasó fue con el músico y amigo Teddy Stauffer con quien cenaba hasta altas horas de la noche platicando.
El registro de su visita salió a luz junto con otros archivos del espionaje mexicano en 1998. Se abrieron al público 3mil cajas del Archivo General de la Nación en donde se encontró la bitácora del agente secreto que lo seguía, bajo las órdenes, -“Que no se entere Díaz Ordaz”-.
El agente Hassanille dejó algunas líneas pintorescas en su reporte, -“En lo personal, consume bastante cantidad de whisky marca Jack Daniel’s etiqueta negra, en las rocas y casi una botella diaria”-.
Pese a que esa fue la visita declarada, se cree que la compra de una casa en la costera y sus influyentes amigos le permitieron regresar de incógnito mil veces más. Sin dejarse escuchar, pasó algunas temporadas como un turista más. Tuvieron que transcurrir 25 años y un perdón a persona non grata para que finalmente pudiera dejarse oír en el Palacio de los Deportes.
-“Gracias México”-, dijo Sinatra al centro de la pista, – “me siento muy contento de estar aquí, de lograr este sueño, esta noche trataré de interpretar algunas canciones que nos harán recordar buenos momentos”-. Sinatra alteró la letra de ‘Come fly with Me’ y dice, -“Just say the words and we’ll beat the birds, down to Acapulco bay”-.
Sinatra sacó del arcón de los recuerdos sus gloriosas canciones mientras en su memoria estaba el vestido largo de su esposa moviéndose con el viento, el sonido de las olas y un agente secreto que lo mira con binoculares al otro lado de la bahía.