Lugar de Origen: California , Estados Unidos
Año de Fundación: 2009
Miembros: Zac Carper, Brandon Schwartzel, Elvis Kuehn y Max Kuehn
FIDLAR se encontró de cara con su público mexicano por primera vez. No es un nombre que acostumbre a oírse en las listas de reproducción o que sea comúnmente mencionado entre la gente. Distintas personalidades, distintos perfiles, distintas influencias. Así nacen todas las bandas, y es gran parte de ello lo que permite la creatividad y el crear nuevo material. Para FIDLAR no fue diferente. Zac y Elvis se conocieron en un inicio por un contacto en común. Luego de unas sesiones de improvisación, se concretó la idea de formar una banda.
El provenir de distintos proyectos que no tuvieron el empuje o las circunstancias adecuadas para darles continuidad, finalmente vino a crear una amalgama de compañerismo y aprendizaje que los ha mantenido alrededor de 10 años. “Casi todos estuvimos en otras bandas antes de llegar a FIDLAR. Eso ya nos había dado la experiencia para saber cómo llevar un proyecto, así que cuando nos encontramos todo comenzó a fluir de manera muy natural. Sigue siendo un reto, pero hemos encontrado el modo de seguir juntos”, menciona Brandon, el bajista, quien además se muestra bastante entusiasmado con la respuesta de los mexicanos.
Beastie Boys, The Clash, Blink 182 y Creedence Clearwater Revival son algunas de las variadas influencias que conforman la música de FIDLAR, que a primeras oídas puede ser complicado saber qué línea creativa siguen. “Nosotros sólo queríamos tocar sin preocuparnos a qué iba a sonar. Sentíamos ese cosquilleo cuando tienes una guitarra en tus manos y quieres tocar muchas cosas a la vez, pero terminas haciendo puras tonterías”, comenta Zac, quien dice que el álbum “Dookie” fue sin duda una producción que le abrió la mente y le fomentó la creatividad e interés por el skateboarding.
El nombre de FIDLAR está compuesto bajo el acrónimo “Fuck It Dog, Life’s A Risk”, que está vinculado directamente al mundo del skateboarding, y que funciona como mantra o principio. Al ver una pared muy alta o un riel peligroso o hacer un truco que implique cierta destreza y peligrosidad, es cuando se aplica este emblema. Las letras van impregnadas de ello, al igual que situaciones un poco más delicadas, como las drogas.
“Hemos tenido algunos asuntos con ello, y sí, la gente nos pregunta que si de verdad aspiramos y nos inyectamos, y la verdad es que sí, somos lo más sinceros y transparentes. Vivimos una vida como queremos, y siempre necesitamos un toque para dar nuestros shows, aunque espero no morir de sobredosis para aguantar al público mexicano”, relata Zac, quien tuvo una situación en la que fue necesario que se internara para su rehabilitación.
La banda se encuentra promocionando su más reciente material titulado Almost Free (2019), en el cual no escatiman en las vivencias, en dejar las cosas para después o no hacerlo por miedo. Este álbum describe cosas desde un punto de vista más personal. “Mira, viejo, en unos años estaremos cuarentones y no sabemos qué estaremos haciendo para entonces. Tienes que vivir ahora, esto, lo que tienes”.
La más reciente producción se caracteriza principalmente por añadir nuevos sonidos y haber sido trabajada en un sentido más orgánico. Nuevos instrumentos, como el corno, saxofón e incluso algunas trompetas, que recaen en líneas más sensibles. Otros cambios como nuevos pedales o guitarras son parte del sonido que distingue el nuevo disco. “Para nosotros es fácil regresar a lo que hicimos primero, pero a los fans les cuesta un poco más digerir lo nuevo, así que tienes que poner cosas que recuerden a los primeros álbumes”.