Con tanta buena música que es lanzada día a día, semana a semana, es difícil decidir a cuál disco o artista vale la pena prestar atención. WARP comparte cada siete días una lista de los cuatro estrenos más significativos sea por sus méritos artísticos o por su impacto cultural.
Este viernes elegimos a los nuevos lanzamientos de The Breeders, David Byrne, Moby y Suuns.
La agrupación liderada por Kim Deal está oficialmente de regreso con uno de los mejores discos del año. All Nerve (2018) es el primer material que edita esta agrupación base del noise-rock norteamericano en 10 años, además de ser el primero en 25 con su alineación original.
Kim Deal, Kelly Deal, Josephine Wiggs y Jim Macpherson colaboraron en uno de los discos de regreso más emocionantes de los últimos años. Un álbum eufórico lleno descripciones cinemáticas sobre personas en búsqueda de su libertad a través de las dinámicas instrumentales del noise por las cuales es reconocida la banda, incluyendo el ritmo punk de la batería, los riffs pegajosos y las líricas desafiantes de Kim Deal.
Contrario a Pixies, esta agrupación no llegó para presumir de una juventud con la que no cuentan, en su lugar se paran a tocar la música que entienden con la misma sensibilidad y fuerza de voluntad que cargan discos como Pod (1991) y Last Splash (1993). Un triunfo.
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Desde Hotel (2005), Moby no ha encontrado la forma de llegar a sus escuchas. Tras discos dance fallidos (Last Nigh, These Systems), a experimentales sin mayor profundidad (Destroyed, Long Ambients), pareciera que lo único que mantiene a Moby en la boca de todos son sus excéntricas declaraciones de extrema izquierda. Sin embargo, hay algo de innovador en Everything Ws Beautiful, And Nothing Hurt (2018) dentro de su carrera.
Los ambientes downbeat, que recuerdan a artistas que juegan con una evolución del trip hop noventero, como Burial y James Blake, están producidos de forma impecable. Hay canciones excitantes con cambios de tempo frenéticos y repletos de elementos interesantes.
El disco peca en que Moby pone toda su atención en el discurso político y en la historia post-apocalíptica que ha creado, perdiendo naturalidad en su aspecto musical. Se siente por momentos muy forzado.
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El primer disco como solista del ex-líder de Talking Heads en 14 años llegó una semana previa a lo anteriormente anunciado.
Es un trabajo brillante, lleno de texturas extravagantes y de instrumentaciones orquestales. No hay canción que no posea un gancho inolvidable mientras Byrne canta líneas con un fuerte contenido poético sobre su visión de este mundo fracturado.
David Byrne está de regreso tan divertido, impredecible y brillante como siempre, aunque esta vez planteando un discurso político bastante interesante. Da para considerarse uno de los mejores discos del año.
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El cuarto disco de estudio de este cuarteto canadiense de rock experimental contiene todos los elementos que los llevaron al reconocimiento internacional de Images dy Futur (2013) y Hold/Still (2016).
Un álbum lleno de guitarras chillonas, ritmos secos, detalles sombríos hechos con instrumentos electrónicos y un ambiente opresivo. Experimentación lleno de elementos repletos de efectos y líricas sexualmente violentas influido en el krautrock alemán de Neu! y Faust.
Además en algunas piezas evolucionan con una instrumentación más apegado al dark-wave, repleto de sintetizadores y de voces sintetizadas que no hacen más que crear desconcierto y terror. Juegan de forma brillante con su tempo, cortándolo, agregando elementos en los intermedios, creando momentos de tensión incomparables.
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