Por: Christina Orozco
@criorozcoa
Mientras escribo, 16 de febrero, en China, Corea, Taiwán, Japón y en otros países de Asia festejan el Nuevo Año Lunar.
La fecha varía, año con año, por lo general, es entre el 21 de enero y el 20 de febrero, pues se basa en el calendario lunisolar. Cada mes lunar dura 29,5 días, algunos meses tienen 29 y otros 30. En total, un año lunar cuenta con 354 días, por lo cual, sobran 11 y, cada 2,7 años, se introduce un mes extra para recuperar el tiempo perdido. Algo similar al año bisiesto del calendario gregoriano.
En el Año Nuevo Lunar, las familias se reúnen para celebrar. Limpian sus hogares, para expulsar la mala suerte antes que llegue el Nuevo Año y, es tradición que los jóvenes reciban sobres rojos con monedas de la suerte y buenos deseos. Éste será la celebración del año 4716 y, es también una fiesta por la llegada de la primavera, por el cierre e inicio de etapas y, será el Año del Perro.
El horóscopo chino se divide en 12 años, asignados a los animales que acudieron a la carrera que organizó el “Emperador Jade”. Según las creencias taoístas, él es quien gobierna el cielo, la vida humana y el infierno. La leyenda popular cuenta que Jade convocó a estos animales terrenales y quedó tan impresionado que decidió dividir los años entre ellos.
Son doce animales domésticos: el buey, el caballo, la cabra, el gallo, el cerdo y el perro y, junto al ratón, el tigre, el conejo, el dragón, la serpiente y el mono, se dividen los años, los destinos y las personalidades de los humanos, separados en dos categorías: el yin y el yang.
El gato y el ratón no eran enemigos. Cuando supieron de la carrera, el gato le dijo al ratón: “deberíamos llegar pronto para apuntarnos, pero suelo despertarme tarde”. La rata prometió despertarlo, pero lo olvidó. En el camino, se topó con el buey, el caballo y otros animales. Todos más rápidos que ella. Así que persuadió al buey para llevarla. El buey llegó primero, pero la rata se coló delante y fue el primer animal de la suerte.
Esto en occidente se conoce como “cuentos chinos”. Lo chino, antes de la globalización, era lo exótico, por aquello que implica lo desconocido y la ignorancia; nadie podría negar lo afirmado. Del trueque comercial entre occidentales y orientales surgió el dicho: “Engañar como a un chino”, es el tipo de trueque de algo de más con poco valor. “Trabajo de chinos”, se refiere a lo difícil de hacer. Cuando se dice que algo “Está en chino” indica que está indescifrable, como es para occidentales, la fonética y la grafía del idioma chino. “Tortura china” habla de la paciencia y cuidado que ellos ponen a las cosas, pero referidas a su capacidad para hacer daño. El “martirio chino”, se refiere a tolerar situaciones y a personas insoportables. Cuando se dice que algo es como “Película de chinos”, es asunto o negocio con partes escondidas y cuando actúas como la “Policía china” indica que se anda misterioso y tonto por no decir lo que le sigue.
Este es el “Año del Perro”. Buenas noticias para México, pues resulta que al perro más flaco se le suben todas las pulgas y como somos el país que ocupa casi el último lugar en La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), somos el perro más flaco. Los equipos técnicos de los candidatos presidenciales, recibirán un texto de la OCDE con recomendaciones para generar crecimiento, competitividad, eficiencia en el gasto público, fortalecer las instituciones y dotar de sustentabilidad a México.
Esto de la política nacional está en chino, el gobierno se trae sus cuentos chinos, nos quieren engañar como a un chino; este año las elecciones se sentirán como martirio chino y, finalmente acabaremos con un gobierno de película de chinos que gobierna al país al estilo policía china…