#CultureClub: Liana Finck, notas sobre la actualidad, de New Yorker a Instagram

// Por: Diego Galán

jue 7 noviembre, 2019

Liana Finck es una caricaturista e ilustradora con una trayectoria tan firme como ser parte del New Yorker, la casa más icónica para este formato. Sin embargo, el trabajo de Finck hoy tiene una su propia vida y es una dominante. Con trabajos gráficos como Passing for Human, Excuse Me: Cartoons, Complaints and Notes to Self, además de un following de Instagram de culto (por extraño que eso suene), el trabajo de Finck es uno que más allá de la caricatura y la observación, y nos habla de la perspectiva y la integridad.

Fundamentalmente el trabajo de Finck logra por medio de su acercamiento tan inusual a lo que se normalmente se entiende de formato “caricatura”, además de su inmensa habilidad para conceptualizar y dar opiniones perspicaces sobre el ambiente social contemporáneo.

Con un clavado temprano a la industria y una formación artística desde niña, el trabajo de Finck no destaca por las cualidades que podrían representar una idea de arte o ejecución, sino más bien por ingenio, honestidad, prolificidad, auto-consciencia, austeridad y pertinencia.

En viñetas y notas, la artista parece hacer un desglose intenso y leal a la vida cosmopolita, sin sentirse como una vouyerista. En enmarcar su experiencia social y observación sardónica, y un tanto lacónica, sus profundamente simples análisis de la vida, bajo una perspectiva que no usualmente consigue esta visibilidad, de alguna manera siempre se siente cercana a casa, introspectiva y aún así con opinión. Esto último, a no pasar de manera somera, en una era donde el tener una “opinión” es lo más fácil, pero no el que esta tenga una verdadera sincronía con la realidad y el individuo.

Hablamos con la artista sobre sus inicios, los estereotipos de su industria, la conceptualización, el rol de Instagram y la responsabilidad de artista.

La vieja guardia

Cuéntame un poco sobre tu trabajo y trayectoria. ¿Qué te trajo aquí?

Soy una caricaturista. Empecé a dibujar desde niña. Mi madre es una artista, diseñó la casa en donde vivíamos y siempre contribuyó a mostrarme todo su trabajo desde que era una bebé. Era una niña tímida, pero esto me ayudó a encontrar maneras de expresarme y darme orgullo. Nunca voltee para atrás desde que lo encontré. Fue una especie de reto decidir donde poner mi arte. En mi adolescencia comencé a cuestionarme que quería hacer con mi arte en el mundo, me enfoque mucho en esto, pensando que sería una artista de fine art, pero eventualmente encontré mi lugar como caricaturista, lo que creo es cercano a lo que siempre soñé me convertiría desde joven.

Esta pregunta viene desde la ignorancia. Como un outsider, percibo un estereotipo sobre la figura de “caricaturista”. Sabes, esta idea del caricaturista del New Yorker. Me parece que tu perfil en este sentido es diferente. ¿Qué crees que realmente hace a un caricaturista? ¿En qué nos equivocamos?

Seguramente tienes razón, el estereotipo del caricaturista del New Yorker es un hombre que hoy ya tiene entre ochenta o noventa años. El estereotipo está cambiando hoy porque la vieja guardia está muriendo y eso es triste, pero desde que el New Yorker empezó, las caricaturas han siempre sido definidas por ingeniosas, soft-spoken, urbanas.

Ser un caricaturista se ha vuelto una carrera menos viable, entonces no ha habido mucho de una “nueva guardia”. Los publicadores han cambiado el formato, hay más cómics que un espacio de caricaturas como tal. Antes había muchas revistas con un espacio para las caricaturas, realmente la única fuerte que queda es el New Yorker. Esta es una especie en extinción.

Cuando yo empecé a trabajar en el New Yorker, mi perfil era muy inusual, estaba en mis años veintes. Una mujer muy tímida y de un trasfondo de escuela de arte. Había algunas excepciones al estereotipo, pero en su mayoría eran estos hombres mayores, quienes son amables, pero sin duda era un ambiente difícil para entrar. Sentía que no solo era diferente yo, pero también mi punto de vista, mi estilo de dibujar, mi sentido del humor. Estoy un poco sorprendida de que lo intente por suficiente tiempo como para poder entrar. Ahora pienso que no sería tan extraño mi perfil, la población de caricaturistas ha cambiado muy rápido en los últimos 5 años. Ahora [en el New Yorker] hay nueva mujer editora, con un gusto diferente de caricaturas. Está introduciendo mucha gente joven y mujeres.

Ingenio, humor y la perspicacia. Me parece que es diferente llegar a esas cosas por planeación y pensamiento, a partir de estas observaciones. ¿Cómo lo abordas tu?

Depende del tipo de caricatura que estoy haciendo. Tengo un feed en Instagram donde trato de trabajar sobre los problemas que me están molestando, cosas del mundo romántico, la gente, mi trabajo. Esas vienen a mi sin antes de dibujar, pero las caricaturas del New Yorker tienen más de una distancia. Tomó un día completo para hacer bocetos todos los fines de semanas, solo para tener ideas para este trabajo, por medio de dibujar me llegan las ideas.

All tommorow’s parties

Una de las cosas que más admiro del trabajo de los caricaturistas y especialmente el tuyo, además hablando de tu IG feed, es la manera tan fácil que parece que puedes conceptualizar cosas tan complejas, todo en algo muy simple. Creo que hay una relación entre el escribir y este trabajo, conceptualizar ideas. A veces veo que en tu IG usas más texto, a veces usas más caption. ¿Tienes una relación con la escritura? ¿Tienes una urgencia por escribir?

He tenido que aprender a escribir. Empecé a sentirme más cómoda escribiendo cuando tenía como 16 años, me empezo a encantar. Antes solía escribir poesía, pero nunca fui buena con algunas de otras de estas cosas. Como por ejemplo, con la mecanografía fuí la última de mi clase en lograrlo y ni siquiera podía teclear bien. Cuando era adolescente quería ser una escritora y creo que la única razón por la que me volví una artista, y no una escritora, es que quería ser devota a lo que llevaba haciendo desde niña. 

Me gusta hacer cosas como novelas gráficas en lugar de libros, porque creo que se siente como escribir pero hay un proceso más de emprendimiento. Estás creando un nuevo lenguaje e imágenes, es bastante complicado y molesto, considerando que no se como publicar cosas. 

Cuando estaba en la escuela de arte, pensando en ser escritora y en ese estilo de vida, me dí cuenta que preferí dibujar. Es más fácil hacer historias cortas y perspicaces en dibujos, consume menos tiempo. He querido nutrir ese lado de historias más largas, pero aún no lo he hecho.

Estoy obsesionado con cómo funge Instagram en nuestra realidad actual. La forma en cómo los artistas interactúan en este medio. Tu particularmente eres muy reconocida por tu perfil en IG. Parece que sea lo que sea, es un mal necesario, ¿Te encuentras con que te consume mucho tiempo? ¿Se vuelve un trabajo en sí mismo?

Sí, se ha convertido en un segundo trabajo y me siento muy autoconsciente. Siento una gran responsabilidad cuando hago trabajos remunerados, me preocupa mi renta, entregar un buen trabajo para la gente que me está ofreciendo dinero. En Instagram, siento esta responsabilidad, pero me siento más libre. Quizá un poco limitada por el formato, solo puedo hacer cosas pequeñas ahí. Me gustaría tener más un lugar para hacer cosas grandes, que tener una gran audiencia. Quiero experimentar con esto, es la forma en que yo practico, quiero hacer un trabajo y no sentirme tan autoconsciente de ello. 

Las redes sociales son muy extrañas y me he dado cuenta que me tratan mejor ahí de lo que deberían. Me invitan a fiestas porque soy “popular” en este mundo imaginario y es muy extraño. Lo odio, odio este extraño sistema, se que no es real y que desaparecerá un día y seré otra vez esta persona nerd e incómoda que nadie invita a fiestas.

Hago cómics y novelas gráficas, tengo un book club donde llegan muchas personas, esto es increíble y todo es porque puedo promocionarlo en IG. No me parece una manera viable de conseguir una audiencia. No parece que durará.

Son fascinantes las dinámicas que están sucediendo… ¿Tienes una relación con tu audiencia aquí? ¿Disfrutas esta parte?

Sí. No siempre disfruto tener comentarios, me siento comprometida a leerlos todos el tiempo y se siente como un constante ruido. Se siente como gente constantemente asomándose por mi ventana y ofreciendo comentarios que no pido. Pero cuando conozco a esta gente en persona, como en el book club, son gente genial. Gente muy inteligente, en su mayoría mujeres, muchas de ellas son artistas y me siento muy honrada y emocionada de conocerlas.

Papelería

Vivimos en un tiempo difícil en el tema de lo socio-político. Hay mucho de posmodernismo, y es aún más difícil ser gracioso porque el mundo es tan absurdo que la realidad es más graciosa que algo que podamos crear…

Exactamente. Es difícil ser gracioso en una sociedad tan global, cuando creo que antes si eras un escritor, estabas escribiendo en una revista donde gente igual que tu la leería. Digamos que eres un hombre inglés rico, estarías haciendo chistes de cosas que ellos entienden y toda la gente que lo leyera diría “Oh hahaha, yo entiendo eso”, pero ahora tu audiencia puede ser cualquiera. No hay una comunidad de gente en la que todos escuchan la misma música. Hay muy poco de que “burlarse”. Las cosas cambian muy rápido, las cosas de las que te burlas resultan ser tendenciosas y resulta que estabas equivocado y tu broma es terrible. Ahora tenemos menos sesgos quizá, pero sí es más difícil ser gracioso. Lo cual es interesante, porque no creo que yo sea naturalmente graciosa. 

(risas)

¿Tu sentido del humor a cambiado a lo largo de tu trayectoria?

Sí, siento que ha sido algo bueno para mi. Ser graciosa es una cosa que puedo hacer, pero no es mi aire y agua. No como alguna gente que respira y habla funny. Pienso que soy más directa y analítica que graciosa. Es lo que más hago en IG y se ha vuelto más aparente, también en el New Yorker. Es más como observaciones graciosas que realmente funny.

Ví una imagen en tu IG donde se puede ver una pluma de Muji. Personalmente estoy obsesionado con la papelería, el papel y la escritura. Pienso que también puede ser un cliché de este tipo de trabajos, pero me interesa saber ¿Tienes este tipo de fijación con las libretas, lápices? ¿Disfrutas esta parte de tu trabajo?

No en la manera que la mayoría de la gente lo disfruta. No puedo trabajar sobre una libreta porque siento este perfeccionismo intenso, es un objeto tan bello y siento que lo estoy arruinado al dibujar en el. Sí dibujo en hojas sueltas, como siento que no son tan buenas, entonces no necesito una libreta. A veces pienso no puedo sacar la libreta porque tiene diez dibujos en ella, no puedo seguir trabajando ahí, no se donde guardar las cosas.

Tengo un gusto extraño de plumas, agarro la pluma medio extraño, soy zurda y la tomó con un ángulo muy extraño incluso para alguien zurdo. Tiendo a amar las plumas de gel y de punta suave, que no sean tan cuadradas. Algunos estilografos, cosas de Muji. En cuanto papel me gusta el de impresora, el suave. Cuando dibujo algo para alguien, lo hago en papel de acuarela. Últimamente me gusta mucho los plumones, algunos simples o que den textura. Encuentro que el truco para usar el color es tener un buen tono y contraste en papel.

¿Qué te gusta a ti?

Soy una persona de lápices. Me gustan los Palomino, Staedtler tecnicos. Nunca dibujo, solo escrito, supongo que tiene algo de snob esto, pero tengo una fijación con el grafito y el papel.

¿Cómo haces para que tus libretas no se manchen cuando usas lápices?

Es una historia triste, trato de borrar todos esos detalles y cosas pequeñas que pienso que son errores.

(risas)

Me pasa lo mismo que a ti, donde pienso que estoy arruinando la libreta más que usarla propiamente. Supongo que es una cosa como de obsesivo compulsivo…

Sí, lo sé. Creo que me acabo de percatar de algo, estuve en un tour para promocionar un libro, quizá un poco más de un mes, dando clases, un viaje continuo y extraño. Siempre he pensado que tengo una baja tolerancia para el tiempo social, aunque me gusta mucho la gente, entonces siempre le he tenido miedo. En este viaje pase más de un mes con gente y fue muy divertido. De regreso a casa, regresaron esos pensamientos como de “¿Cuando podré salir a caminar sola, de estar en la naturaleza? necesito alejarme de la gente”. Es un comportamiento obsesivo compulsivo, esa es la respuesta.

Se manifiesta en diferentes maneras… Creo que es la parte divertida, que tienes esa misma relación con la realidad en diferentes áreas…

Sí.

Responsabilidades

Le hago esta pregunta a todos porque creo que es relevante. Pienso que es difícil para cualquier individuo o creativo, no tener una responsabilidad con algo en estos tiempos, con lo que pasa en el mundo. Es un tema delicado, tomar lados, todas estas cosas. ¿Alguna vez tienes esta urgencia por tomar una responsabilidad, una causa?

¿Crees que un artista debe tocar lados o crees que un artista no debe demostrar estas cosas?

Pienso que al final del día, no podemos ver a los artistas como figuras idealizadas. Al final del día todos somos personas, entonces creo que de alguna manera es inevitable…

En donde estoy ahora, mi trabajo es muy autobiográfico y observacional. Si algo me afecta directamente, entonces hago trabajo sobre ello y su efecto, luego se vuelve político. Hago más caricaturas feministas, que de ser afro-americano en los Estados Unidos, de la migración, de ser homosexual o trans, creo que eso es lo que funciona para mi. No se si es lo moral, pero cuando hago caricaturas políticas de cosas que me importan pero no experimentó de primera mano, no salen bien. Tienes que ser más un periodista para hacerles justicia, me pregunto si eso cambiara para mi.

Para finalizar, dicen que lo más local es lo más global. Lo que está a tu alrededor se convierte en lo más identificable.

No había escuchado eso antes, me encanta.

¿Cuando haces este trabajo autobiográfico, expresandote de tu mundo alrededor, estos son tus ojos o son los de todos?

Creo que algo en medio. No hago caricaturas como de “diario”, como muchos otros caricaturistas. Solo hago de cosas que me pasan a mi y también a otra gente. Le pasan a la gente en mi demografía, mi edad, mi género, mi raza y mi orientación sexual. Mi nivel socioeconómico, donde vivo en una ciudad, eso es suficiente gente para relacionarse con mis cosas, que nunca pensaría que mis caricaturas son sobre todos.