#CultureClub: Entrevista con Michael H. Willie, el origen del tatuaje en México y la pintura socio-política

// Por: Diego Galán

jue 19 diciembre, 2019

Fotos por Josue Casasola

Heart & Skull Tattoo Parlor es un proyecto de Michael H. Willie Vargas. Un artista de tatuaje y artista plástico mexicano. Con una larga trayectoria, tanto en México como en el extranjero, ha sido precisamente testigo a la cultura del tatuaje y su rápida evolución. Además de ser un realizador de diferentes expresiones artísticas como la pintura, escultura y grabado.

Al ser uno de los primeros tatuadores “formalizados” en el país, Michael observa esta dedicada cultura desde sus orígenes, en medio de un contexto completamente forastero y radical, hasta su normalización y veneración de hoy día.

Siendo uno de los principales actores de esta cultura en México, conversa en su historia grandes detalles y punto de vista de la manera en que los estilos, artistas, percepciones y conversaciones se han desenvolvido en una expresión tan singular como el tatuaje.

En este sentido observar no solo en el componente social y cultural, pero “legal” en México. Todo informado de una experiencia completista como pintor en Inglaterra y artista de tatuaje en el extranjero. Así exhibe una posición interesante como testigo, artista camaleónico y claro, referente de un nuevo ecosistema de tatuaje.

Como artista Michael, muestra un estilo que se sujeta, tanto al eclecticismo que exige el tatuaje, pero también un singular estilo que revuelve alrededor de la observación de la cultura desde lo socio-político con una manifestación casi mitológica. Historias del día a día, extrapoladas a su visión psicológica dentro de medios como la pintura.

Hablamos con Michael sobre su trayectoria, el desarrollo de un estilo, la relación con un cliente y la cultura del tatuaje en el mundo.

Una pieza de meccano

Cuéntame un poco de tu trayectoria…

Mi nombre es un poco extraño, mi padre es danés, mi nombre completo es Michael Herluf Wille Vargas. Primordialmente soy tatuador, también soy artista plástico. tengo una licenciatura y una maestría en pintura. Estudié en Inglaterra, me fue muy bien, tuve mucha suerte.

He estado aquí y allá, por diferentes lugares del mundo. Con el mundo del tatuaje, comencé muy joven, tenía como quince años. Hice una maquinita con un carrito de control remoto, le quite el motorcito. Después corté unos lapiceros de aluminio, doble una pieza del Meccano que tenía y de ahí me empecé a hacer unos tatuajes. Les gustaron a mis amigos y me dijeron “Qué onda, pues tatuame”, así comenzó todo.

La relación entre las artes visuales y el tatuaje es muy evidente. Hablando de una trayectoria, ¿Crees que en tu caso aprendiste a tatuar y luego a llevarlo a otras maneras de expresión, o fue al revés?

En mi caso empecé tatuando. Me absorbió completamente, toda mi atención. No entre de lleno porque en aquel entonces no había ningún studio de tatuajes. Era algo que no estaba bien visto. La policía aquí donde vivo, te veía tatuado y te subían. Me golpearon varias veces, pero era por el mismo contexto en el que se estaba desarrollando. Estaba muy mal visto estar tatuado, eras un delincuente. De ahí me jalo esto, el mundo del tatuaje, a la pintura. Siempre tuve inclinaciones por tatuar, dibujar, todas estas cosas.

México x Copenhague

Alguna vez hablamos de cómo ha cambiado el tatuaje en México. Hoy encuentras miles de estudios y tatuadores, ¿Cómo has visto este proceso de cambio en la cultura del tatuaje?

Viniendo de exactamente un lugar donde no existía la difusión, donde era algo nuevo, era muy underground. A comparación de ahorita que los estudios de tatuaje son como un Oxxo o 7Eleven, casi en cada esquina, la apertura ha sido impresionante. Ya hay como 20 expos de tatuaje cada año en toda la republica mexicana. En cuanto al material, los insumos, todo esto ha cambiado mucho en la forma de practicarlo. La asepsia ha cambiado también muchísimo.

Tuviste la oportunidad de ver la cultura del tatuaje en otros lugares del mundo. ¿Cómo se compara con la de México?

Hoy en día tenemos un nivel muy bueno en México. Tenemos tatuadores muy buenos a nivel global, sin dudarlo. Tuve un encuentro desde muy chico con todo esto. El primer estudio profesional que visite, fue un estudio que está en Nyhavn en Copenhague, es el estudio más antiguo que había en Europa. Ahí me hice un tatuaje que tiene casi 29 años. Cuando me lo hice, me lo regale de cumpleaños de 18 años y cuando regrese a México, si era algo muy diferente, no se veían tatuajes así.

En cuanto a lo demás, ahí estamos. Con la apertura de información, hay una difusión de cultura que tiene a México muy arriba. Somos un país que es relativamente nuevo, al no tener tantos años dentro del medio.

Fotocopiadora

¿Crees que el tatuaje mexicano tiene algún tipo de iconografía o estilo particular?

Yo he visto mucho lo neo-tradicional. Hay un tatuador muy bueno que se llama Pedro Álvarez que hace algo tiene una onda como de neo-pre-hispánico, es una inclinación clara. Está también el mexican style, que son las catrinas, todas estas cosas, retratos y realismo pero dentro del aspecto del Día de Muertos. Creo que esto nos ha caracterizado mucho, empezó más en California. Mexicanos que emigraron allá y empiezan a trabajar, la segunda generación que sacó sus raíces ahí.

El tema del cliente del tatuador me parece interesante. Hoy aparecen ideas como del artista tatuador y el tatuador. Al final como artista tu creas, diseñas, propones, pero los clientes a veces perciben el tatuaje como algo más de replicar. Alguna vez escuche a un tatuador hacer esta diferencia entre “la fotocopiadora y el artista de tatuaje”. ¿Cómo ves esto?

Yo como tatuador ofrezco un servicio. En mi caso es un poco diferente, porque soy solo yo en el estudio, debo tratar de hacer cualquier tipo de estilo que me piden, y lo hago, no tengo dificultad con esto. Sin embargo muchas veces tu cliente quiere algo específico, lo quiere igualito, tú tratas de sugerir. Vas a tener clientes que te dicen “Quiero esto y tienes la libertad de hacer lo que quieras” y otros te dicen “Quiero esto igualito”. Lo tienes que hacer, es un servicio.

¿Qué tiene que mejorar en la industria?

Acuerdos con Secretaria de Salud y COFEPRIS para recolección de residuos. Tu pagas una cuota por una licencia y ellos tiene que recoger todo. No tienes que contratar otras empresas. Va de la mano, ellos que se dedican a todo este cuadro de sanidad y tienen que tomar la batuta en este sentido. Ellos te ponen restricciones para darte la licencia, por consiguiente deben hacer su labor de recolección.

Hay muchas que se pueden mejorar siempre. Podrían llegar más materiales, como marcas de tinta.

De cuando empecé a tatuar a hoy día, yo pienso que estamos muy bien. Si he visto todo el espectro de cómo ha cambiado. De cómo te veían por ser tatuador a lo que ven hoy día. Hoy ya eres un artista y te reconocen, antes eras un delincuente (risas).

Identidad

¿Cuál es la identidad de Heart & Skull Tattoo?

Aquí lo que promovemos es el contacto. Por eso somos un parlor, no somos un estudio. Tu entras siendo un desconocido y te vas siendo un amigo. Platicamos, hay mucha dinámica de esto. ¿Por qué te quieres tatuar, para que? Hay veces que no es necesario, el cliente mismo te lo expresa, te lo comparte. Hay veces que tu tienes que sacarle un poquito. Algunos son un poco herméticos en ese aspecto y no les gusta abrirse tanto, otros son muy dados a compartir.

El tatuaje es algo muy energético. Cuando tu estas tatuando a una persona, está liberando energia. Dependiendo de las cargas que trae la persona, muchas veces el tatuador las absorbe. Hay rituales de paso, de memorias, historias personales, tragedias, odas, muchas cosas dentro de este tema. Casi terminas siendo un psicologo, te vienen a platicar sus historias, dolencias y alegrías. 

Si estás en una sesión seguida con un cliente y pasas a otro, lo que tienes que hacer como tatuador, no en el aspecto de ser frío, pero tienes que desconectarte para empezar de nuevo. Aprendemos mucho de nuestros clientes, nos dejan mucho que pensar. Vas indagando, descubriendo y aprendiendo.

El tatuaje es muy acertivo, cuando pasa el tiempo y te das cuenta que es algo que no se borra y perdura, se queda y perdura, se queda y perdura, y  pasan los días y los años, tu mente, tu cerebro asimila el proceso de algo que es permanente. Yo me acuerdo, los primeros tatuajes que te haces entiendes “dura para siempre”, pero ni idea tienes de qué significa eso. Conforme va envejeciendo tu tatuaje contigo, te vas dando cuenta del proceso (risas).

Es muy emocional cuando te abres con tus clientes, puedes ser frío y simplemente hacerlo como un trabajo, aquí tratamos de hacer algo más humano.

Un territorio nuevo, un sueño

¿Cómo te formaste como artista? ¿Qué te interesa expresar en tu arte?

Dentro del modo artístico de expresión, tengo varias vertientes. Uso el tatuaje, la pintura, escultura y el grabado, como diferentes formas de expresión. Hay algunas disciplinas que no trabajo tanto, pero  el tatuaje y pintura son los primordiales. En cuanto al tatuaje, en cuanto estilo me gusta mucho el realismo en blanco y negro, me gusta el negro y sombras, tradicional japonés y tradicional americano.

En la pintura es un poco diferente, mi pintura es más socio-política. Trabaje una serie durante como 6 a 7 sobre ilegales y migrantes. La presente en mis exámenes de graduación, desde ahí empecé. Esta comienza con unos gansos emigrando, son los que más distancia recorren por sí solos y su brújula interna, buscando el sol (risas). Término con que sucede con migrantes de segunda generación, hijos de migrantes en ciertos territorios. Esto donde se meten a las maras y todas esas ondas. ¿Por qué? Se tatúan todos y de ahí sale un proyecto de remover los tatuajes a estos chavos. Presentó cuerpos tatuados con retratos y las pinturas sin los tatuajes. Una yuxtaposición de imágenes, imagen fija tipo documental a llegar a toda la travesía que hacen al buscar un territorio nuevo, un sueño.

El tatuaje es más apegado a la gráfica, es más ilustrativo. Cuando trabajas pura sombra, es una forma más artística, es como si literalmente estuvieras pintando la piel. Aquí no puedo ejercer un estilo propiamente único, por la variedad de clientes que tengo. Te tienes que adaptar. Los extranjeros te piden cosas muy diferentes a los locales.

Contrastes

¿Qué diferencias hay?

Por ejemplo, un canadiense vino y le hicimos una manga completa en dos días. Solamente venía a eso. Te dan más libertades como artista, puedes crear algo más. Es un poco más motivador de alguna forma, porque tienes esta libertad creativa. Te explayas.

Me imagino que esto viene desde su cultura del tatuaje…

Sí, me imagino que ya crecieron con esta cultura, está mucho más arraigada que aquí. En mi generación no era algo muy normal, no lo veías. Recuerdo que llegaban al Sanborns dos o tres revistas de tatuajes, íbamos corriendo por ellas, se acababan y si llegaba una, era para el primero que llegaba. Era algo muy raro.