Estela Treviño es una curadora e historia de arte, con una trayectoria enfocada en la museografía, la fotografía, su conversación y preservación. Su trabajo la ha visto fungir como Directora del Museo Archivo de la Fotografía, Secretaría de Cultura del Distrito Federal y ha sido encargada de exposiciones y publicaciones como “El color como lenguaje”, de William Eggleston, “Objeto encontrado: Homenaje a Manuel Álvarez Bravo”, ambos en Centro de la Imagen, “Citas con el espejo”, curada en conjunto con Alfonso Morales para Fundación Televisa en el Museo Universitario de Ciencias y Artes (2002), solo por mencionar algunas.
Hoy funge como Directora del Departamento de Fotografía para el Museo del Palacio de Bellas Artes, donde hoy traen con la curaduría de Peter Galassi, Brassaï : El ojo de París, una exhibición que trae por primera vez a nuestro país el trabajo de Gyula Halász (mejor conocido como Brassaï), un hito de la fotografía.
La obra del húngaro es famosa, no solo por su importancia en el desarrollo de la fotografía como medio artístico, pero por su inolvidable contenido. Un retrato íntima y persistente a todos los aspectos de la vida parisina de los años treinta. Personajes, espacios y calles en una exhibición de 266 obras.
Para adentrarnos a mayor profundidad en el trabajo de Brassaï, el rol de la preservación y conservación fotográfica y el documento de la imagen contemporánea, hablamos en entrevista con Estela Treviño.
¿Hoy en día la selección de arte es más del qué o el cómo?
Yo creo que las dos cosas tienen que ver ¿qué vas a mostrar? Es necesario hacer una serie de núcleos en donde sepas que vas a decir y que va a leer la gente. Recordemos que la fotografía y la imagen se lee. Es muy importante tener previstos todos los núcleos que vas a tener en una exhibición para que la gente tenga una secuencia de lo que va a ver. Normalmente hay una introducción y una serie de núcleos, es lo que te lleva a una experiencias. Como en todo, la literatura, el cine o lo que sea, siempre hay un clímax y luego se baja este para aterrizar a un final. Las 2 preguntas son muy importante.
En tu experiencia, referente al “cómo” y considerando los espacios y galerías alternativas, ¿has visto un cambio importante en años recientes de lo que ocurre, por ejemplo en la fotografía o se sigue presentando dentro de un mismo estándar?
Desde luego ha habido cambios sustanciales. Hablando de 25 años atrás, no había gente que se dedicará a la fotografía en específico, no había un concepto de restaurador y conservador, no había un concepto de tener un archivo fotográfico propiamente. Había miles de carencias, lo puedes ver también con la tecnología, y a raíz de que hay un incremento de interés sobre la conservación, que algunos tienen muy presente y otros velado, de alguna manera se comienza a buscar rescatar esta historia. Es así cuando se empieza a hacer este tipo de curadurías.
Te puedo hablar de fotografía de México, en 1979 se hizo la primera bienal de gráfica y se inserta la fotografía. En 1980 hicieron una bienal dedicada a la fotografía, fue la primera bienal de foto. Para ustedes a la mejor el 80 es lejano pero para mí, es a la vuelta de la esquina. Finalmente de pronto podrías decir, ¿por qué no se hizo antes del 80?, la gente se empezaba a especializar poco a poco.
Aparecen instituciones como el CENCROPAM, Centro Nacional de Conservación y Registro del Patrimonio Artístico Mueble, es donde se guardan muchas de las de las obras del INBA. Entonces a lo largo del tiempo es cuando se han estado mejorando todas estas re-lecturas también de otros artistas. Además es importante hacer lecturas nuevas porque puedes tener un archivo de algún autor en específico, del que ya se haya hablado, tal vez en los setentas, ochentas, hasta los noventas y de pronto con tu bagaje personal, con lo que estudiaste, tú línea de pensamiento diferente, quieres evidenciar esa línea con una exposición específica. Puedes dar un giro totalmente diferente o sea una re-lectura auténtica.
Por estas razones, nos interesa mucho en Bellas Artes los nuevos públicos, hay exposiciones que se han hecho con anterioridad, pero gente joven no ha visto. Para nosotros Brassaï es muy importante porque nunca había venido a México. Para los nuevos públicos y los conocedores de la fotografía, o no, siempre pues es es un hit, ver los vintage, estas impresiones de plata gelatina que nunca habían venido a México.
Justo tocas algo que quería entender más a fondo. En Brassaï presentan diferentes actividades, la propuesta de un recorrido virtual, una caminata de noche, entre otras. ¿Este tipo de actividades son para tratar de abordar nuevas audiencias, como complemento a la obra del artista? Si es el caso, ¿qué impactó has visto?
Se trata de lo que tú le comentabas hace un momento, ¿Cuáles son las diferencias en en hacer museografía con anterioridad con en años pasados y conocerla ahora? Todo se va modificando, una de estas cosas es también el departamento de mediación en donde se buscan estos servicios educativos, acercarse a las audiencias o al público para que tengan una retroalimentación mayor cuando tienes una exhibición. Lo mismo pasa con la museografía, de alguna manera hay fuentes tipográficas nuevas y diferentes en dónde se pueden ir en empleando. Hay nuevas tendencias, podemos tener la misma conservación en cuanto a la luz, la temperatura y la humedad. Se ha tenido un estándar desde hace muchísimo de tener 70 luxes, pero de pronto ahora pasa, que que a lo mejor ahora sacaron un foco totalmente nuevo que no emite calor… Siempre va ha haber variantes y creo que estamos obligados todos, tanto nuevas generaciones, como las viejas, de estar al tanto de todo y tener siempre una propuesta y una re-lectura innovadora.
Desde la apertura de Brassaï, ¿Cuál es el tipo de audiencia que está llegando?
Yo creo que hay de todo, sobre todo es muy interesante ver a lo largo de la semana quién va. Los miércoles de pronto se hacen noche de museos, va una clase de público que no ha podido ver una exhibición porque trabaja. Los domingos familias enteras que no tienen los suficientes recursos para pagar muchos boletos para sus hijos y para ellos, también representa otro tipo de público. Entonces se van incrementando estas opciones a lo largo de la semana.
Hablando específicamente de BrassaÏ, esta exhibición nunca había llegado a México. ¿En este sentido, cuáles fueron las piezas que al fin conectaron para que se pudiera hacer hoy?
Se conjugaron varias cosas, por un lado la fundación MAPFRE, es una fundación que ha apoyado siempre al arte y desde luego tiene una vena muy importante sobre el apoyo a la fotografía. Tienen una colección increíble, además de hacer unos catálogos divinos y exhibiciones de muchos autores fotográficos.
En esta ocasión se hizo este trabajo en conjunto con Peter Galassi, desde hace años ha sido uno de los pioneros en estudiar la fotografía, es una persona que le gusta mucho Brassaï, ha escrito textos muy importantes sobre fotografía. Se le propuso hacer esta curaduría y mostrarse en España, recordemos que la fundación MAPFRE es española. Se mostró en Barcelona y Madrid, luego viajó al Museo de Arte Moderno de San Francisco y por el vínculo que se ha tenido con instituciones diversas, pudimos ver la posibilidad de traerla e itinerar en México.
Ahora es muy interesante porque en la itinerancia, y hablando de conservación, pasaron muchos meses donde la exhibición fue vista en diferentes espacios y no todas las fotografías podían viajar por cuestiones de conservación. Hay fotografías que pues se tienen que guardar en el cajón y tienen que pasar muchos años para que se vuelvan a exhibir, justo porque tienen una interacción con la luz. Aunque tengan todas las medidas de conservación y los looks específicos, la plata gelatina siempre va a trabajar porque son sales de plata.
Sin embargo, contamos con la gran fortuna de la colección hecha por Álvarez Bravo. Bravo es uno de nuestros máximos exponentes de la fotografía mexicana. Él hace una colección muy interesante para la Fundación Televisa, en donde dan carta abierta el señor Azcárraga y Juan Gelman, para para comprar fotografías, Bravo hace una colección verdaderamente imteresante porque compra desde William Eggleston, hasta Margaret Cameron, compran todos los mexicanos. Hicieron una colección que de verdad te podría decir que es la mejor de latinoamérica y en ese misma época compraron alrededor de 30 fotografías de Brassaï.
Estas nunca se habían expuesto en conjunto jamás, en diferentes tiempos se exhibieron algunas. Una fue Luz y Tiempo, la otra fue Citas con el Espejo, hubo exhibiciones donde también se abordaron dos o tres fotografías de Brassaï, esto lo único que se ha visto en México.
Creo que el pensar en en hacer esta exhibición en donde hay 226 obras, desde que comenzó su trabajo fotográfico y hasta el final, es muy enriquecedor. Puedes ver todas las etapas de pensamiento, la iconografía que ideo de París de noche. Empezó a retratar esta vacuidad de la noche, pero también los personajes que la habitan como las prostitutas. Es otro pensamiento del de la mañana. El decía que por la noche había una poética del vacío, de la vacuidad y por día se pensaba y se accionaba de otra manera. París de día es totalmente diferente que en su pensamiento de París de noche.
Él tenía esta cámara con tripié donde seguía utilizando negativos de vidrio que él mismo preparaba, iba por todo París, con todo el tiempo del mundo. Ponía su tripié y se esperaba a que saliera la toma con los minutos específicos para que fuera una toma increíble. Habría que resaltar que siempre, en esta poética del blanco y negro, son muy importantes las tonalidades del blanco, gris y negro, pero los negros de Brassaï, para mí no hay mejores. Son los negros absolutos que imprime en sus fotografías, eso es lo que te jala a la a la fotografía y te involucra.
¿Culturalmente crees que hay una relación muy presente entre Francia y México, una relación respecto a la vida en las calles de noche, los personajes que habitan, hay un paralelismo importante?
Siempre ha habido un paralelismo y sobre todo con la fotografía. Los franceses son los que descubren la fotografía, Nicéphore Niépce, fue uno de los franceses que estuvo tratando de fijar fotografía. La descubren en 1827 y hace algunas tomas tratando de fijar, hay unas que no lo superan, no había encontrado el químico específico. Se asocia con Louis Daguerre que después patenta, al poder fijar con vapores de mercurio.
En este contexto, los viajeros, los romanticistas, todos los franceses son pioneros. En Brasil tenemos al fotógrafo Hércules Florence, en la misma época trabaja en el heliograbado, son estas impresiones hechas con el sol, pero que tampoco puede fijar del todo.
De esta manera, todo es francés. El interés de su parte estaba en los viajes de romanticistas a hacer tomas, dibujos o grabados para las enciclopedias. Francia siempre ha tenido un vínculo directo con México, justo porque les atraía las ruinas, los tipos mexicanos, posteriormente ya no hablando a finales del siglo 19 sino ya en el 20, había gente que que vino hacer retratos importantes, muchos fotógrafos de la época, Llega el pensamientos de corrientes estéticas importantes como con André Breton que invita a una exhibición surrealista a Álvarez Bravo.
Un pionero de la fotografía con bases de vanguardia de la nueva objetividad, había ciertos guiños surrealistas como “La Buena Fama / Durmiendo”, “Parábola Óptica”, fotografías de este tipo.
Me puedes contar un poco más del aspecto como escénico de los personajes de BrassaÏ, ¿Cómo era la dirección de estos personajes? Es muy diferente este contexto del de hoy en día.
Si, quiero abundar en lo anterior, recordando a Cartier-Bresson, un exponente muy importante francés, acuñó la frase del “instante decisivo” viene a México y se queda a vivir aquí, tiene un vínculo con otros fotógrafos. Es muy interesante lo que abordas entre México y Francia.
Hablando ahora de la iconografía de estos personajes en la noche, hay fotografías increíbles donde ves estos juegos de espejos maravillosos, literalmente es un juego. Vemos prostitutas que salen de espaldas, que es una reflexión totalmente contemporánea, tú podrías ver una fotografía hoy en día de cualquier fotógrafo con alguien de espaldas y ahora no es un tópico que tengas que salir de frente, pero en ese en ese momento si era una cosa verdaderamente espectacular. La documentación que hace por ejemplo de la Casa de Suzy, la casa de cita, tiene también una connotación interesante de la época, te habla del contexto histórico, político y social.
Es interesante también lo que dices tú, hay cosas que no son “el instante decisivo” de Cartier-Bresson y que ningún otro fotógrafo lo hace, porque todo mundo cree que la fotografía tiene que ser ese “instante decisivo”. Hay cosas que te salen al encuentro y tienes la fortuna de retratar en ese mismo momento, hay otras en donde le pides a la persona que lo vuelva a repetir y eso ya es una foto construida. Entonces yo creo que BrassaÏ, como muchos otros, también hicieron ese tipo de fotografía. El gran Beso de Robert Doisneau es una foto construida. En este caso el sobrino de BrassaÏ apuntaba a que ciertas fotos si las construyó. Creo que es válido porque dentro de un pensamiento donde tienes una serie de ideas y de corrientes estéticas, dónde te llevaste mucho con artistas de Montparnasse, hiciste la revista de Minotauro, de pronto como creativo se te antoja armar una escena.
Alejándome un poco de Brassaï, quería hablar de tu rol y tu trabajo respecto a la preservación y la conservación de archivos fotográficos. ¿Primero, cuál es el rol de lo digital hoy en día en relación a esto? ¿Segundo, cuál es el rol de un espectador, que lo mejor no tiene nada que ver con la industria, para apoyar este tipo de preservación?
Primero, entender lo que le está pasando la fotografía. Desde 1827 hasta ahora, ha sido vertiginoso el como se ha desarrollado la fotografía en un contexto de aparatos. Tienes desde el daguerrotipo, ferrotipo, albúminas y demás. Todo esto hasta que llegamos a un celular. Hay un parteaguas, una reflexión en donde ya no hay está esta implementación de la luz, de foto, en realidad el significado de esta palabra.
Hay muchos estudiosos en Francia y en otros países, en donde se coincide que la fotografía ya está muerta. Hay fotografía pero la fotografía de antes y la fotografía que algunos autores como Graciela Iturbide o otros siguen haciendo, pero son los mínimos, en realidad pues ya no hay está masividad que había antes de tomar una fotografía.
La fotografía, per-se, ya está muerta, ahora nos va a costar mucho trabajo dejar de decirle fotografía. Ahora es imagen porque es una imagen digital. Por un lado es muy bonito reflexionar de esa manera, es casi poético, pero por otro lado se puede rescatar con esta situación digital. Ahora puedes guardar todas estas imágenes para usarlas con fines educativos, difundir y demás. A la vez, también puedes escanear archivos enteros por si le pasa algo a ese vintage, porque haya una catástrofe o por que el tiempo haga su trabajo. Es una contradicción pero reflexionarlo de esa manera puede ser muy bonito, una cosa apoya a la otra.
Es muy interesante que nuestras nuevas audiencias de alguna manera reflexionen esto, porque hay todavía muchas fotografías en casa de los abuelos, de los papás y demás, increíbles. No les dan un sentido de la conservación porque no les interesa, pero en la composición y en la técnica puede decir mucho. Es una documentación, yo siempre lo voy a decir, el arte es documentación. Todo esto es un archivo de fotografía documental, lo que tu documentes es esa misma fotografía o que un artista tomé un happening o sus esculturas. Es el caso de Gabriel Orozco que le tomó una foto a sus piezas y así las vuelve fotografía, es un acto de documentación y eso hay que verlo de esa manera. Es tener esa conciencia de la documentación.
Justo iba a tocar este tema de la imagen como documento…
Ahora que tú me estás diciendo esto, yo hice un coloquio hace como diez años, cuando era directora del Museo Archivo de la Fotografía. En este, tocamos esta temática de “que es lo que va a pasar con los archivos fotográficos en el futuro”, pero no los archivos fotográficos viejos los que están en azoteas…
Los que se podrían estar construyendo ahorita…
Exactamente, los que que están ahorita en fototecas, evidentemente es una gran piedra que hay que cargar, pero qué va a pasar realmente con el archivo de Pedro Meyer, de Graciela Iturbide, de Francisco Mata, de quien quieras, de verdad a mí me pone muy nerviosa pensar en él en ese futuro que deberíamos estar pensando ahorita.
Nosotros como mexicanos estamos acostumbrados a ir trabajando sobre la marcha, pero no hay una reflexión a futuro, muchos de estos archivos se van al extranjero porque los compran las universidades americanas o europeas y aquí estamos en pañales. Claro si hay muy buenos conservadores, si hay está esta situación en donde, por supuesto, es importante la preservación y conservación de las imágenes, pero creo que hace falta mucho en tener una medida en donde haya presupuesto para comprar estos grandes archivos y saber dónde los podemos guardar de la mejor manera, además que sean autosuficientes.
Yo decía en este coloquio que hay que tener un banco de imágenes nacional, en donde sobre este, se apoyarán todos estos archivos que se compren a nivel nacional, en donde se pudieran estar vendiendo el uso de imagen para fines educativos y otras índoles. Es tratar de ser de esta situación una de autosuficiencia. Esto se podría lograr con una buena estrategia, pero falta mucho para para pensarlo y hacerlo.
Referente a esto, no puedo evitar pensar en lo que significa esto en las esferas de lo público o privado. Contextualizando lo público, acabamos de tener este recorte a cultura, estamos en este proceso de incertidumbre, ¿Debemos pensar en lo privado como una alternativa?
Siempre es bueno pensar en la en la iniciativa privada y aquellos que son amantes del arte, de la conservación de nuestro patrimonio. Además quiero apuntar, algo que no mucha gente sabe, la palabra patrimonio significa que tu tienes un legado, viene de padre. Lo mismo sucede con el arte, es un patrimonio nacional, precisamente como viene de un legado de padre nosotros tenemos que cuidar ese patrimonio.
Vivimos, no sólo México sino todo el mundo, una situación complicada, pero definitivamente hay gente que apoya la iniciativa privada. A medida de los intereses y de la sensibilidad de cada una de estas iniciativas privadas, se pone un granito de arena que por supuesto va construyendo este gran país. Hay gente apasionada y que estamos en ello, siempre es importante aunque sea poco o mucho, siempre es importante implementarlo.
¿Hablando de la foto con documento, o imagen en este caso, cuál crees que sea el rol que tiene en este sentido la imagen contemporánea?
Sí creo que es un documento, siempre va a ser un documento. Siempre hay puentes históricos y esto es muy interesante, no sé si lo dices en el contexto iconográfico, pero yo he visto similitudes de la “Nueva objetividad” de los años veintes, con el conceptualismo actual. Esta preocupación de retratar el objeto es muy importante, estos discursos. Hay vínculos, esos puentes históricos son muy interesantes, hay muchas re-lecturas en el arte sobre una obra o sobre una corriente y siempre es interesante ver otra perspectiva. Es lo mismo que hacen los curadores, ver de diferentes perspectivas una temática o una obra.