//Por: Ruben Turok (@Ruben_Tkc)
¿Cuándo nos dejaremos de reír? Los historiadores recapitulan como en los 20 y principios de los 30 del siglo pasado, un personaje llamado Adolfo Hitler apareció en el escenario político, siempre se le veía como un bufón, un demagogo y un representante de un puñado de excéntricos y radicales. Las caricaturas burlándose de Hitler fueron innumerables e incluso al llegar a un paso del poder como canciller, la gente aseguraba que no era más que un título sin verdadera influencia en la toma de sesiones, que servía para “calmar las aguas” y que nada sucedería. El resto es historia.
De repente nos encontramos en el 2016, en lo que podría ser la elección presidencial más importante de nuestras vidas (seas o no estadounidense). No pretendo de ninguna manera equiparar a Donald Trump con Hitler, de entrada porque en este caso uno si fue inteligente (Hitler). Pero más allá de las múltiples bromas que se pueden hacer a las expensas de alguien como Trump, el contexto y las motivaciones son diferentes, pero no menos aterradoras. Siempre uno se llega a plantear la pregunta de qué es mejor, un genio malvado con poder, o un idiota malvado con poder y para ser honestos no creo que exista una respuesta.
Donald Trump durante un año ha sido objeto de constantes burlas, todo esto con justa razón. Pero si hay un momento para ponerse serio (aunque la sátira y la responsabilidad no tienen porque estar peleadas) es ahora. Las encuestas muestran un final de campaña sumamente cerrado. El “escándalo” de los correos de Clinton han revivido a Donald Trump a días de las elecciones, todo esto a pesar de sus comentarios machistas, raciales, obscenos, el burlarse de un discapacitado, el ataque a los periodistas, el incitar a la violencia, el tener demandas de fraude en su contra, evadir impuestos y acusaciones por acoso sexual, etc.
Al final supongo que esto habla más de sus electores y de la situación global en general, que del propio Donald Trump. PASE LO QUE PASE EL 8 DE NOVIEMBRE DEBEMOS DE RECORDAR ALGO: MARIE LA PENN, BREXIT Y DONALD TRUMP NO SON LA CAUSA, SINO EL EFECTO DE ALGO MÁS GRANDE.
Pero regresando a mi punto central, esto en algún momento deja de ser chistoso. El futuro está en juego y no creo estar exagerando. De entrada cualquier candidato que niegue la existencia de cambio climático (cosa que la mayor parte de los republicanos en Estados Unidos sostienen, algo que no pasa en ningún otro lugar del mundo) tendría que ser razón suficiente para descalificar a alguien de ser presidente. Pero si a esto le sumas sus comentarios, acciones y falta de conocimiento, el hecho de que tenga posibilidad de ganar las elecciones a tan pocos días de la jornada electoral resulta el fenómeno más aterrador de los últimos 80 años.
Yo me puedo seguir riendo, pero al mismo tiempo entender lo que está en juego. ¿Qué se puede hacer si no voto en los Estados Unidos? Meter presión y expresarse en redes sociales, buscar exponer el peligro que este candidato representa para Estados Unidos y el mundo. Cambiar un voto es enorme, pero más que nada es que la gente no se confíe y salgan a votar, no solo debe Trump perder esta elección, sino que debe de ser humillado para recuperar un poco de lo que se ha perdido a costa suya en su año de campaña.
Que no gane Trump es lo más importante, pero un resultado apretado en sí también significaría una severa crisis política, sobre todo considerando que Trump ha dicho abiertamente que no aceptaría los resultados y que varios de sus seguidores ya han amenazado con hacer actos violentos si pierde el candidato.
El chiste ha pasado a ser una pesadilla, lo que queremos evitar es que la pesadilla se convierta en realidad.
*Pequeña Guía para la Elección*
Debido a cómo funciona el sistema político en Estados Unidos, donde no se gana por voto popular (aunque en la historia reciente solo un candidato, George Bush, gano sin el voto popular), sino que se vota al interior del estado y cada uno tiene una carga específica, por ejemplo: California tiene una carga de 55 votos, versus 3 que representa Alaska.
Para ganar las elecciones, tradicionalmente se requiere alcanzar 270 votos. Actualmente aparecen casi definidos un importante número de estados, dando como resultado temporal a Clinton con 241 vs 170 de Trump, con 138 votos en aire.
Aunque parecería que con solo 29 votos por ir, Hilary tiene casi asegurada una victoria, el ganar los estados restantes puede volverse sumamente complicado. Perder por unos 500 votos en Florida, significaría en la práctica, perder 29 votos electorales…
Los estados que por el momento parecerán definir las elecciones, son los llamados Swing States o estados indecisos, que se caracterizan por no siempre votar por un mismo partido. Los estados fundamentales, por su carga y por la cercanía entre ambos candidatos, que podrían acabar por definir la elección el próximo martes son:
En estos estados probablemente reside el resultado de las elecciones. Como los grandes expertos en temas de espectáculo, Florida es el último estado en reportar resultados, por lo que para la paz mental mundial y estabilidad de los mercados, esperamos que Hilary logre cerrar una victoria en los otros tres antes de que se declare Florida…
Pronóstico: Desafortunadamente cerrado, aunque Hilary Clinton debe de ganar la elección. Tras el “escándalo” que resurgió por sus correos, la posibilidad de arrasar prácticamente se esfumó, cuestión que hubiera ayudado de forma simbólica a rechazar al peor candidato en la política de los Estados Unidos en más de 100 años.
Quedo abierto a sus críticas y comentarios vía Twitter.