El DJ y productor Wata Igarashi ha desarrollado un sonido claro propio. Reúne lo eufórico y lo psicodélico, destacando su música por sus estructuras cristalinas y su intensidad reluciente.
La versión distintiva de techno de Igarashi se muestra en una serie de EPs en Midgar y The Bunker NY, así como en Semantica, Time to Express y Bitta. Recientes remixes destacados de Aurora Halal, Volte-Face y Prins Thomas han demostrado aún más su considerable talento como productor.
La misma mentalidad está presente en sus actuaciones, ya sea como DJ o tocando en vivo, con su control medido de frecuencias e intensidades que dan forma a la pista de baile mientras explora las dimensiones más psicodélicas de Techno. De esta manera, el enfoque considerado de Igarashi es uno que estimula el cuerpo y la mente, generando energía y emoción.
Alejandro Franco conversó con Wata Igarashi en el marco de su visita a México, donde participó con CommonSense Records en Mental 0.6, donde alternó con Franco y DJ Itzone. El DJ originario de Japón habló de sus inicios en la música, el jazz como parte de sus influencias, la escena techno japonesa y hasta del mezcal.
Viviste en Madrid un tiempo, ¿verdad?
Cuando tenía 15 años, viví cuatro años ahí por el trabajo de mi padre.
Supongo que habrá sido muy interesante aprender no solamente el español, sino un montón de cosas que seguirás arrastrando.
La cultural. Cuando vivía ahí, montaba al monopatín. Conocí mucha gente ahí y salía mucho. Aprendí muchísimas cosas que no hubiera podido conocer en Japón.
Me preguntaba cómo empezaste en la música, hace unos minutos hablábamos de Slayer, música metal. Me decías que empezaste a interesarte en la música por este tipo de sonidos.
Sí, al inicio, mientras crecía en Japón. Debido al trabajo de mi padre, tuve que mudarme a Londres, Inglaterra, y en aquel momento estaba muy interesado en el baseball. Así que la forma de mudarme hacía allá y seguir enfocado en el deporte era ir a la escuela americana. Ahí jugaba baseball, pero no todos estaban tan enfocados en el juego, había mucha gente interesada en tocar música o escuchar a Metallica. Eso me influyó muchísimo… Así que cuando cumplí 15 años, le pedí a mi padre que me regalara una guitarra de cumpleaños y, desde entonces, toco la guitarra y me dedico a la música.
Justo después de ello es que nos movimos a España y ahí fue donde las cosas empezaron a salir a flote porque patinaba y tenía una banda de música punk con fusiones de death-metal. Era una banda increíble. Tocábamos frente a muchos amigos. Ahí empecé a interesarme igual en música hardcore un poco más profunda y obscura. Es mi raíz.
¿Decidiste entonces que ese tipo de música podría ser el camino a seguir?
Sí. En verdad la amé y tocaba mucho la guitarra. Sin embargo, después de eso regresé a Japón y ahí me fasciné por la música jazz. Así que empecé a tocar jazz con mi guitarra, improvisaba, algo de avant-garde jazz. Creí que la energía del hardcore también estaba ahí y decirte lo que sucedió sería como –estaba en una banda, pero también empecé a estudiar música electrónica-. En Japón tenían clubes muy buenos. Tocaba jazz entre semana y los fines de semana iba al club a bailar techno. Ahí empezó la mezcla.
Cuando la banda ya no tocaba tanto como yo quería que tocara, decidí que intentaría hacer música techno porque es algo que podría hacer yo solo. Desde entonces, he hecho mucha música techno.
Sí, nos hemos dado cuenta jajaja. Pero no pregunto esto general, sino en tu misma experiencia y perspectiva. ¿Te parece que están relacionados, el techno con el jazz?
Encuentro que el jazz y el techno tienen un área en donde se tocan, al igual que el rock. Estoy totalmente influenciado en el jazz y cuando toco techno, hay definitivamente cierta melodía que trato de integrar que me remite a cuando tocaba jazz, puesto que la música te permite improvisar algo que lentamente se desenvuelve en algo.
La melodía está influenciada en el ritmo y todo está relacionado, eso me gusta mucho cuando lo hago en techno, cuando te permite desarrollar una idea en algo más grande. Eso me gusta mucho de la música jazz, pero también me gusta mucho llevarlo al techno que hago.
Hablábamos sobre tu visita a CDMX y de la de DJ Nobu. La música techno japonesa… Creemos que hay un sonido, hay algo que notamos que está ahí y claro que nos gustaría hablar al respecto. ¿Crees que hay un sonido específico del techno japonés, alguna vibra o energía?
Es un tema muy interesante porque estoy considerado como un artista japonés, pero cuando produzco no soy consciente de serlo… No pienso –hagámoslo una pieza de techno japonesa- y no creo que algún productor japonés piense esto. No es así, por lo que de alguna manera sucede algo. Tal vez sea un sentido común por el lugar en donde crecimos que nos lleva a crear música que va hacia la misma dirección. No puedo explicarte esto… Tal vez alguna vez sea más sutil que otra, pero no siento que todos los artistas sean iguales, pero cuando nos reunimos tenemos similitudes.
Están conectados en lo creativo, los sellos discográficos, el hecho de que se hacen remixes entre ustedes. Pero también por la amistad, la energía…
Sí, me gusta salir con muchos artistas. Tenemos lugares para beber y comer, vamos ahí con Nobu o Haruka y no hablamos de música, sino de lo buena que es la comida. Cosas de amigos, ¿sabes?
Tengo que apuntar en este momento de la conversación al mezcal. Soy amigo de Nobu y te he seguido los últimos meses en estos años pandémicos… Seguían tocando en Japón y los veo como los embajadores del mezcal. ¿Cómo pasó eso, qué tan grande es el mezcal allá ahora mismo?
No puedo decir que todas las personas que gustan de beber alcohol en Japón saben lo que es el mezcal.
Tampoco en México.
Ohh, ¿en serio? Me sorprende saber eso. Sin embargo, esto es porque somos muy buenos amigos de Manestin Team que importa bebidas mexicanas muy buenas. Ellos simplemente decidieron que querían crecer en el mundo club, lo cual tiene sentido porque la bebida es muy enérgica y creemos que funciona bien en las fiestas. Queremos decir lo buena que es, sin ningún interes. Amo compartir.
El mismo principio que en la música, ¿no?
Así es.
¿Cuál es tu perspectiva ahora que estás volviendo a viajar alrededor del mundo, cuál es tu perspectiva de la escena techno japonesa en comparación con el resto?
Para mí es muy importante y no solo porque soy de ahí, sino porque la gente está acostumbrada a escuchar de forma atenta; tranquila, aunque muy intensa. Claro que están fiesteando, bailando, hablando, pero es menos notable en Tokio u otras partes de Japón. Así que cuando me presentó ahí soy muy cuidadoso de proveer mezclas muy buenas.
Eso pasa con todos los géneros, ¿no? Recuerdo comprar las versiones japonesas de los álbumes que amaba en la adolescencia y siempre vienen con una canción extra. Creo que es porque las audiencias japonesas siempre buscan tener ese extra.
Posiblemente, es verdad. Y nos gustan esas cosas extras, recuerdo esos CDs, es muy bueno. Tal vez la gente japonesa piensa que las versiones impresas en el país son mejores, pero yo siempre compraba las versiones estadounidenses porque eran mucho más baratas.
Me gustaría hablar de tu sonido, es muy especial, hipnótico, fuerte. No solo como productor, sino cuando tocas. ¿Cómo encontraste este camino y este universo?
Yo creo que aún no encuentro mi sonido, estoy en búsqueda de llegar a un lugar al cual quiero llegar, pero no creo que aún lo haya encontrado. Todo lo que hago es mi vida, es sobre todo lo que he atravesado. El jazz, las fiestas de Japón. Hay artistas magníficos que venían a tocar, esto me atrajo a tratar de encontrar mi propia voz. No trato de ser original, solo hacer cosas que me gustan; pero no creo que esté en el punto en el cual sienta que he completado algo. Sigo en mi camino por encontrar mi sonido, pero eso es lo divertido, ¿no?
¿Qué sucede en tu cabeza con experiencias como la que acabas de tener en Freedom, en Colombia?
Eso fue increíble porque fue mi primer concierto en dos años en los cuales no pude salir de Japón. Simplemente salir del país me dio nervios y fue un festival tan grande… En Medellín. Puedo decir que me dio nervios, pero al mismo tiempo había estado tocando en Japón y mi misión era mostrarles lo que había estado haciendo. Así que hice lo que había estado haciendo usualmente y creo que me fue bien.
Hay momentos distintos en la música, ¿cómo has estado viviendo las conexiones desde Japón con el resto del mundo? ¿Cómo sientes que estás conectado con la filosofía y la vida de la sociedad?
No pienso en ello como en una forma de dar mensajes, porque raramente me percibo a mí mismo cuando voy a tocar frente a otras personas. Amo la música y quiero que la música sea música. Cada ciudad tiene una vibra distinta. Pienso en cuando los artistas van a Tokio, tocan la vibra de Tokio. Eso me gusta. Estoy más dentro de comunicar todo a través de la música. Solo me gusta que cuando voy a otras ciudades, ver la vibra y adaptarme tanto como pueda, pero no olvidar mis raíces. Quiero compartir la música que disfruto y la música en sí misma es un arma, un statement.
Tu producción y proceso creativo… Haces más cosas además de música, así que ¿cuando produces tratas de hacer algo específico?
Siempre me gusta pensar en todo como un viaje. Creo que vivimos todos los días, en la realidad, creo que cuando quiero ir a una fiesta solo quiero perderme en la música y eso es lo que quiero crear, cuando produzco música. También, como he hecho mucha música para comerciales, me gusta trabajar ciertos tipos de conceptos alrededor de ello.
Siempre pienso en el concepto previo al hacer la música. Normalmente no digo –esto es sobre esto-, porque no se necesita, todos tienen que interpretar la música como ellos quieran. Pero finalmente, es sobre contar historias, a través de los sets, a través de los lanzamientos. Eso es lo que trato de hacer.