Por: Carlos González, investigador jurídico de la UNAM
Publicado originalmente en: Crónica del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM
¿Quién ganó el debate? ¿De entre la y los candidatos? No sé y, con el debido respeto, no me importa. Ya lo dirán las encuestas; las serias y las no tanto. Y las personas analistas; las serias y las no tanto. A mí lo que me importa es la impresión de las y los electores que lo vieron. Y como no tengo encuestas a la mano, no puedo dar una opinión acabada sobre la impresión de las y los electores que lo vieron, pero puedo compartir mi experiencia del debate.
Olvídense de la salvajada del bronco pidiendo la mutilación de la mano a las y los ladrones o de cualquier otro asunto de las propuestas y contrapropuestas de la y los participantes. Déjenme compartirles lo que yo vi del debate desde Torreón, Coahuila. Lo vi después de ir al estadio de futbol del equipo Santos con mi playera de los PUMAS, a ver a mi equipo ganar 2 a 1 goles, sin que nadie me dijera ni reclamara nada. Primer punto a favor de la tolerancia de a de veras, no la de los discursos ni figuraciones académicas.
Yo vi el debate en un restaurante pletórico de jóvenes, en medio de varios antros y restaurantes también abarrotados de jóvenes. Con ellas y ellos disfruté y felicité al INE por el cambio del formato. Fui invitado por un grupo de jóvenes agrupados en la organización Impulso Ciudadano. Fue impresionante. Durante la transmisión televisiva nadie hablaba. Silencio total… en el restaurante y los antros aledaños, todos con sus pantallas televisivas transmitiendo el debate. Sólo interrumpían el silencio cuando les venía en gana aplaudir o abuchear alguna participación.
Al final del debate, se organizó un panel de comentarios con chavas y chavos a través de la transmisión en internet y en vivo con un teléfono celular, su luz de linterna y un micrófono conectado al celular. Yo participé en el panel, junto a mi novia, dirigente de mujeres empresarias en la Ciudad de México.
Fue un ejercicio libre, versátil y plural. En él vi y sentí al México del futuro que viene pronto. Al término del debate y nuestra mesa de análisis, mis hijas jóvenes veinteañeras me mandaron por separado mensajes por whatsapp compartiéndome sus impresiones y valoraciones del debate. Entonces comprendí que lo mejor de la política y las elecciones en México está por venir. Y lo disfruté mucho. EnHoraBuena.