//Por: Santiago Rodríguez
Vamos a dar un paso adelante. Ya no somos tan novatos, espero. Ojalá que en este tiempo, muchos de los lectores hayan podido practicar sus disparos con cámaras y celulares. Se han dado varios consejos generales para introducirnos al mundo de la fotografía. Hoy, en mi #ThePicTip de la semana hablaremos de consejos más avanzados para el género de fotografía al que más cariño le tengo. Espero que les sirva para darle un impulso a su trabajo. No tengan miedo de compartir sus fotos en los comentarios, para que todos aprendamos. Tal vez uno de los lectores será el próximo gurú creativo y sólo se esconde tras las típicas dudas que a todos nos asaltan en el arte y la vida.
Estos son los consejos más avanzados; un paso más para pulir nuestra técnica urbana:
Trabaja la escena. Es común que los fotógrafos sientan que con dos disparos tendrán la escena perfecta, y luego se concentran en lo que sigue. Las imágenes se deben descubrir como estatuas en mármol, tomando fotografías hasta que se esculpe la escena. De 13 a 20 disparos digitales no son demasiados si quieres conseguir una imagen perfecta y diferente. Normalmente descubrirás que hay siempre un acercamiento diferente que se escapó a nuestra percepción.
Usa el flash. No toda la luz es adecuada, tenemos que ayudarla para darle al fondo un poco más de empuje. No está mal utilizar el modo programable (“P”, en la mayoría de las cámaras) para ello; ayudará a darle más claridad a la imagen en luces no adecuadas.
Contacto visual. “Más vale pedir perdón que pedir permiso” cuando fotografiamos sin pena ni gloria a la gente que camina en la ciudad. Tener contacto visual con la cámara es fácil: toda la gente voltea al objetivo cuando nos acercamos lo suficiente. Los ojos son la ventana del alma y un potente recurso para incrementar el sentimiento en la imagen.
Baja un poco el nivel. Para la gente alta esto es un poco más interesante de lo que creen. Se trata de bajar el nivel de disparo a una línea debajo de los ojos, exagerando algunas particularidades del objetivo; basándonos en que los retratos al nivel de ojos son lo más común y queremos tener perspectivas innovadoras.
Captura el momento indefenso. Si me dieran un billete por cada vez que alguien me dice “pero que salga natural” ya tendría casi la colección completa de objetivos de Nikon. Pero no es tan difícil romper el espasmo de los modelos en la foto. Hace falta creatividad y bajar la guardia del modelo, llegándose a olvidar de la sesión de fotos misma. Se requiere ingenio, por ejemplo, hacer preguntas tipo: “¿Cómo describirías tu estilo personal?”, “¿qué vas a hacer mañana?”, “¿cuál es tu historia?” pueden ayudar a que el objetivo se distraiga en una introspección que nos permita penetrar la fachada de la “cara de pose”.
Dirige al sujeto. Ya que tenemos el permiso de fotografiar a alguien, tenemos su interés. Con ello, podríamos dirigirlo un poco de modo que obtengamos sus rasgos más particulares para darle interés a la foto. Trabajemos la escena con ellos, en conjunto. Mucha gente tiene la voluntad de participar en este tipo de proyectos espontáneos.
Cazar la imagen. Retomemos un principio básico de la fotografía urbana: somos cazadores. Tenemos que hacer que la presa haga lo que nosotros estamos buscando. Por ello, podemos encontrar un lugar perfecto y dedicarnos por horas a que pase el sujeto adecuado para la imagen que queremos obtener. A veces podemos crear la situación para que suceda (dejar un billete en el piso para que alguien se agache a recogerlo, o una cáscara de fruta, por ejemplo), y simplemente lograr la reacción en alguien que dé la vuelta en nuestra trampa preparada.
Dispara de frente. Es difícil perder el miedo por enfrentar a nuestro objetivo. Las fotografías frontales tienen mayor fuerza de enganche, de presencia y quizás de reclamo para quien las observa. Ayudará a darle interés a nuestro trabajo.
Crea profundidad. Diferentes planos, diferentes realidades en una misma toma. Es un reflejo de la ciudad, con todas sus variantes, que nos transporta a mundos de diferentes dimensiones con tan sólo cruzar la calle. Aquí se recomienda ir experimentando con diferentes aperturas y distancias. Quizás el verdadero centro de la escena no es el objetivo principal, sino la combinación y relación entre los diferentes participantes que quedan capturados en la imagen.