La frontera entre los Estados Unidos y México, es un trazo de división y comunión. Adulterado y evolutivo, contradictorio en naturaleza, pero también con una serie de identidades definidas.
La historia de la frontera es vasta y en cada uno sus episodios exhibe algo diferente. Por lo mismo, para abordarlo como un tema no es suficiente generalizar y mucho menos delimitar. No obstante, en lo contemporáneo, la vida en la frontera es el verdadero visor para al menos dar a entender algunos de sus sincretismos.
De esta manera, apuntamos aquí a algunas de las ciudades, cruces fronterizos y localidades aledañas de esta frontera, para hablar de manera breve sobre algunas de sus cualidades culturales que trascienden hasta el día de hoy.
Entre las metrópolis americanas, las míticas ciudades mexicanas, los pequeños cruces de San Diego y los históricos pueblos californianos, aquí un vistazo a la vida en la frontera.
San Ysidro, San Diego
Cualquier persona que haya cruzado la frontera sabe de San Diego y su pequeña comunidad en San Ysidro. Después de su adjudicación al territorio americano, la comunidad se reconocería por su singular modelo comunal. Un interés en la cooperación social y ser parte simplificada de San Diego, hace de San Ysidro más de un punto transitorio, es en realidad un comienzo de aventura.
El Paso, Texas
Quizá el sitio estadounidense más conocido en cultura popular. Parte del estado Texano y frente a Ciudad Juárez, solo separado por el rió Bravo. La zona urbana que aún luce muchos de los detalles de un espacio rural, no deja de ser cosmopolita. Con extensiones naturales como las Sierras de los Mansos, una cultura profundamente mestiza y estilo de vida outdoorsy, El Paso es sede de comunión.
Otay Mesa, San Diego
El cruce común y de roadtrip, la esencia de la costa y los ríos. Otay Mesa es una ciudad con gran incorporación marítima y amplia comunicación con Tijuana. Más como un puerto que una ciudad, permite observar la biodiversidad de la zona fronteriza. De esta manera, un gran punto de partida para introducirse a la vida fronteriza desde el aspecto del roadtrip.
Nogales, Arizona
Aunque podría pasar a simple vista como una pequeña localidad, esta ciudad compartida con Sonora es la comunidad fronteriza más extensa. Aprovechando su comunicación con la carretera, Nogales es una zona de diálogo de comercio y transporte. La sociedad es un especie de destino de paso y relajación con una cultura de resorts y boutique en el lado americano. Además tiene grandes sitios de turismo como villas indígenas de nativos americanos, “pueblos fantasma”, minería y una íntima escena de nightlife. Algunos elementos del western.
Laredo, Texas
Una de las ciudades mejor conocidas y de colindante con Tamaulipas. Su estatus comercial, le ha permitido darse paso a una gran extensión metropolitana y hispanica en Texas. Cuenta con festivales y carnavales de gran atracción turística en el sentido más comunitario.
Tijuana, Baja California
La mítica Tijuana, más allá de las historias de fábula, es una ciudad propiamente mexicana. Esto en el sentido de ofrecer una conglomeración cultural en su máxima exponencia. Con ciudades colindantes como Rosarito, Tecate y San Diego, es una comunión de nightlife, música en vivo y producción económica. Recientemente TIjuana destaca como la capital de cerveza artesanal en México, además de ser sede de una escena de gastronomía sin igual.
Además de todo, es la localidad de acceso a puntos turísticos como Ensenada y su corazón del Valle de Guadalupe. La región vitivinícola más importante del país. Una combinación de cultura e indulgencia, que hacía el sur explora la ruta del vino y una serie de etnias nativas y colonialistas. Parte de la cultura fronteriza californiana, el historial de esta región de Baja california cuenta con grandes historias como la del Hotel Riviera que figuras como Marilyn Monroe y Al Capone frecuentaban por sus casinos.
Tecate, Baja California
La localidad de Baja California, hoy vuelta pueblo mágico. Tecate es históricamente discreto pero siempre en crecimiento. Con una gran diversidad tanto natural como social, muestra algunos de los sincretismos más interesantes de la cultura fronteriza. Atracciones turísticas como el Cerro del Cuchuma, las Pinturas Rupestres y la Cervecería Tecate, exhibe cultura profunda y divergente. Además de ser una gran sede de cultura de béisbol y cine.
Los Algodones, Baja California
La capital molar y mercado de artesanías únicas. Con una larga tradición aborigen y colonial, la identidad de Los Algodones muestra la relación con lo californiano y lo western. De los primeros asentamientos en tener cruces con la revolución mexicana, además de relación con los americanos sin intervenciones. Propiamente establecida como una especie de comuna de inclusión entre los dos países.
Ciudad Juárez, Chihuahua
Otra mítica ciudad fronteriza y en directa comunicación a El Paso, Texas. Con gran relación la ciudad permanece llena de economía, inversión y monumentos modernos. Una ciudad desértica, panorámica y urbana que permite una gran historicidad cultural sobre las eras mexicanas y la cultura clásica. Una sede para para la teatro, danza y artes plásticas. Semillero de talentos.
Real del Castillo, Baja California
La localidad que quizá mejor aborda la profunda y larga historia de esta sección fronteriza. La antigua capital y mejor símbolo del western mexicano. Parte de Ensenada, la ciudad es destino del roadtrip. Muestra en sus pueblos la tradición minera del gold fever y la vida del viejo oeste.
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