Derechos y Reveses: Columna editorial por Cristina Orozco
Luiz Inácio Lula da Silva fue presidente de Brasil, después de tres intentos entre 2003 y 2010. Los brasileños retomaron el orgullo por su país. Bajo su gobierno, la economía se expandió. Barack Obama lo nombró “el político más popular del planeta”. En 2009 Lula fue nombrado “personaje del año” por el periódico francés Le Monde y el español El País, y “protagonista de la década” por el británico Financial Times. En el 2010, la revista estadounidense Time lo ubicó como la personalidad más influyente del mundo.
Ahora, Lula de Silva fue sentenciado a 12 años y un mes de prisión por delitos de corrupción y lavado de dinero, por el caso conocido como el “tríplex de Guarujá.”
Lula, fue declarado culpable de aceptar US$1,1 millones en sobornos de la firma constructora OAS, monto invertido un apartamento triplex en la localidad costera de Guarujá, en el estado de Sao Paulo.
El juez, Sergio Moro le concedió permiso a entregarse a la justicia el viernes 6 de abril a las cinco de la tarde, “por la dignidad al cargo que ocupó” en la cárcel de Curitiba, donde encontrará otros políticos presos entre ellos el que fue su ministro de Hacienda Antonio Palocci, quien colaboró con Moro y declaró contra el expresidente.
Esta situación resulta extremadamente complicada para Brasil, pues el 2018 es un año electoral, y Lula era candidato, hasta su orden de detención, por el partido de los trabajadores, y, el favorito según los primeros sondeos de opinión. Desde que esto se supo la gente comenzó a movilizarse en su defensa, pues goza de una excelente imagen pública.
Según lo informado en diversos medios de comunicación, todo comenzó el 4 de marzo del 2016 cuando Lula fue obligado a declarar, la Policía registró su casa y confiscó documentos; en septiembre, la fiscalía de Paraná, a cargo de los procesos de “Lava Jato”, acusa formalmente a Lula y el juez de “Lava Jato” Sérgio Moro acepta la denuncia contra Lula y abre un juicio por corrupción; en julio de 2017, el juez Moro declara a Lula culpable por corrupción pasiva y lavado de activos en el caso del tríplex de Guarujá y lo condena a nueve años y medio de cárcel en primera instancia; en enero de 2018, el tribunal de segunda instancia confirma la sentencia de Moro y aumenta la pena de prisión a 12 años y un mes. Lula puede seguir apelando en libertad, pero la corte abre la puerta a que pueda ser encarcelado tras el fin de la segunda instancia. En marzo el Superior Tribunal de Justicia (STJ) rechazó un recurso extraordinario de Lula para que se prohíba una posible orden de arresto hasta que el caso sea cerrado en todas las instancias posibles (“habeas corpus preventivo“).
La defensa de Lula presentó poco después el mismo recurso ante al Supremo Tribunal Federal (STF), la máxima corte del país. El STF fijó la sesión plenaria para y dar el fallo definitivo el pasado 4 de abril. En esa larga sesión se determinó que era pertinente su ingreso a prisión en espera a la resolución final del proceso judicial prolongado por años, pues representa una garantía de impunidad.
Aristegui Noticias informó esta mañana que la defensa del ex mandatario calificó la decisión como “arbitraria” debido a que el juez Moro emitió la orden sin haber analizado las objeciones. Según los abogados, “no hubo agotamiento de la jurisdicción”, por lo cual no podía decretarse la orden de prisión.
Desde que se supo de la inminente orden de aprehensión, Lula se refugió, junto a su familia, en la sede del Sindicato Metalúrgico de Sao Bernardo do Campo y de acuerdo al periódico Folha de Sao Paulo, -“no planea trasladarse a Curitiba.”
Los seguidores de Lula le brindan su apoyo y se registran protestas en todo el país. Por otra parte, personajes políticos internacionales como la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner y el presidente de Bolivia, Evo Morales, reprobaron esta decisión.
Guatemala, Perú, y Brasil son algunos países de Latinoamérica que van de frente contra le corrupción y la impunidad, estableciendo un paradigma para otros países -como México- que no atienden con acciones legales y definitivas la protección a la honorabilidad y legalidad de su país.
URGENTE: ADVOGADO CRISTIANO ZANIN ESTEVE COM LULA
O advogado @czmartins acaba de sair de uma visita ao nosso presidente @LulapeloBrasil e fala sobre como ele está. #SempreNaLuta #LulaLivre #SouLula #LulaValeALuta pic.twitter.com/I0yXOLQpBe
— Rogério Correia (@RogerioCorreia_) April 8, 2018
Este sábado siete de abril, Lula da Silva fue recluido en una celda en Curitiba, Brasil, para cumplir su pena de 12 años de prisión.
La primer persona que se ha reunido con el ex-mandatario dentro de su celda fue Cristiano Zanin, uno de los miembros de su equipo de abogados defensores. Tras su reunión, Zanin compartió un video en el cual relata la situación de Siva, quien se encuentra -“bien, aunque indignado con esta situación“-.
La indignación del antiguo dirigente obedece a su sentir de injusticia. Un juicio que -“fue ordenada sin fundamentos jurídicos, bien sea porque fue condenado sin base legal o porque la Constitución no admite la anticipación del cumplimiento de la pena”-, según declara el abogado dentro de la grabación.