Aunque su última presentación, aquella que no fue anunciada sobre el techo del edificio Apple en enero de 1969, en realidad el último concierto de The Beatles tomó lugar el 29 de agosto de 1966 dentro del Candlestick Park de San Francisco, California.
El cuarteto británico lo había estado pensando desde hacía unos meses. El separarse, el desvanecer el nombre de la banda de una vez por todas y continuar con el desarrollo de su talento por separado. Fue una decisión complicada, que se convirtió en eterna gracias al gran pasillo por el cual tenían que caminar para llegar al escenario. Tal como Ringo Starr lo narra:
“Hubo una gran plática en el parque Candlestick sobre que ésto tenía que teminar. Teníamos que marcar un punto y aparte tras el concierto de San Francisco, aquel parecía ser desde hacía unas semanas nuestra última vez juntos, pero yo personalmente nunca me sentí 100% seguro de ello hasta que regresamos a Londres. John quería dejarlo más que los demás, él sólo dijo que ya había tenido suficiente”
La banda no estaba en lo más brillante de su popularidad, aunque la capacidad del The Park era para 45,000 personas, The Beatles, la banda más grande de la historia, en ese momento sólo pudo vender 25,000. Había una larga sección de asientos vacíos. El promotor local, Tempo Productions, olía el fracaso a lo lejos.
The Beatles tomaron el 65% de las ganancias, la ciudad de San Francisco tomó 15% y 50 boletos gratis para regañar. El precio del ticket se encontraba entre los $4.50 dolares y los $6.50, demasiado bajo incluso para la época.
Eso en conjunto con el desastre que armaron The Beatles, las celebridades locales y la prensa, dentro de los vestidores del estadio, hicieron que Tempo no volviera a producir un concierto en años. Gene Nelson, de Emperor, relata la escena como si se tratara de una noche apocalíptica.
“Era el entretenimiento y en el escenario, ya de noche, se sentía un frío horroroso, lleno de niebla y de un aire de esos que te congela los huesos. Fue imposible saciar a la gente que seguía gritando ‘Beatles Beatles’ mientras pensaba en cómo estaban los vestidores en ese momento. Lleno de gente de la prensa, con sus hijos a un lado, el cantante Joan Baez, toda celebridad local. Había una gran fiesta y The Beatles no querían salir… tardaron 45 minutos más de lo estipulado gracias a ello”
George, Paul, Ringo y John salieron al escenario a las 9.27 de la noche y tocaron un pobre repertorio de 11 canciones: Rock and Roll Music, She’s a Woman, If I Needed Someone, Day Tripper, Baby’s In Black, I Feel Fine, Yerterday, I Wanna Be Your Man, Paperback Writer y Long Tall Sally.
El grupo conocía de la importancia de ese concierto. Es por ello que John y Paul cargaron con cámaras todo el tiempo, tomaron fotografías del público, del resto del grupo y experimentaron con selfies sobre el escenario.
The Beatles murió en ese momento, pero el recuerdo de todo lo sucedido quedó grabado en su música, las letras (periodísticas o no) que hablan de aquella fecha y más importante… las fotografías, en las cuales se ve al cuarteto cargando con su vestuario de antaño, con ojeras, sus primeras arrugas, y tristes tras saber que lo impregnado en el papel solo tendría valor como parte de un recuerdo.